La suficiencia de Su sacrificio.

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En el cap. 9, el autor había hablado de los efectos del sacrificio de Cristo en comparación con lo que los sacrificios ofrecidos en el Tabernáculo eran incapaces de hacer. Tales sacrificios no purificaban la conciencia, no redimían al pecador de su pecado, ni aseguraban salvación.
La primera parte del cap. 10 se enfoca en la suficiencia del sacrificio de Cristo en contraste con la impotencia de la Ley.

La Ley no puede perfeccionar al pecador.

La verdad central del versículo 1 se resume en estas palabras subrayadas:
“Pues ya que la Ley sólo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras año, hacer perfectos a los que se acercan.” 1-4

Solamente era una sombra de lo venidero.

“sólo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas”
A través de todo el AT, encontramos que, por medio de tipos a imagenes, Dios comunicaba al pueblo eventos proféticos referentes al Mesías. En Génesis, un cordero fue sacrificado para proveer vestiduras a Adán y Eva; en Exodo, el cordero pascual sacrificado protegería al pueblo del ángel de la muerte; en Levítico, el azazel (el macho cabrío que se llevaba los pecados del pueblo al desierto); en Números, la serpiente de bronce que sanaba al que había sido mordido por la serpiente. Todos esos eran solamente símbolos, sombra del que vendría y la salvación que Él ministraría.
Los Hebreos cometieron el error de enfocarse en la sombra y no en el que producía la sombra.

Sus sacrificios eran recordatorio de pecado.

en esos sacrificios hay un recordatorio de pecados año tras año.” 3
Cada sacrificio, ofrenda, u holocausto le recordaba al pecador su condición. como diciéndole “esto lo ofreces porque eres un pecador”.
Si hubieran perfeccionado, no hubiera sido necesario que continuaran ofreciéndolos. Su conciencia seguía acusandoles.
Los sacrificios de la Ley eran impotentes para perfecionar o purificar por dos razones:

La sangre animal no limpia los pecados del hombre.

Hebrews 10:4 LBLA
Porque es imposible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados.
Los animales y el hombre son de diferente naturaleza y, por lo tanto, no pueden mezclarse de ninguna manera. Puedes mezclar animal con animal o humano con humano, pero no animal con humano. ¿Alguna vez has visto que a un hombre le dan una transfusión de sangre animal? ¡NO!
Espiritualmente hablando es similar: no puedes esperar que la sangre de un animal purifique el alma del hombre.
¿Entonces por qué Dios les ordenó que lo hicieran? Para darles un tipo, una idea de lo que habría de suceder más tarde.
Dichos sacrificios no perefeccionan ni limpian porque...

Los sacrificios y holocaustos no complacen a Dios.

Hebrews 10:5–6 LBLA
Por lo cual, al entrar El en el mundo, dice: Sacrificio y ofrenda no has querido, pero un cuerpo has preparado para mi; en holocaustos y sacrificios por el pecado no te has complacido.
Ni por muy gordo que estuviera el sacrificio ni por muy frecuente que fuera ofrecido complacía a Dios. Si no era el animal quien había pecado, sino que era el hombre.
Fue de Jesús quien el Padre dijo “En este estoy complacido”.
Lo dijo en ocasión de Su bautizo:
Matthew 3:16–17 LBLA
Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y he aquí, los cielos se abrieron, y él vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El. Y he aquí, se oyó una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.
y en ocasión de Su transfiguración:
Matthew 17:4–6 LBLA
Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo a Jesús: Señor, bueno es estarnos aquí; si quieres, haré aquí tres enramadas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd. Cuando los discípulos oyeron esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor.
El sacrificio de animales, de acuerdo a la Ley, nunca era suficiente, por eso los ofrecían vez tras vez, año tras año

El sacrificio de Cristo fue suficiente.

Por “suficiente” entendemos que es bastante para la necesidad, que no se necesita más de ello. Como cuando tienes hambre y te sirven un plato con más de lo que necesitas, tú dices “es suficiente”.
El sacrificio de Cristo fue suficiente porque llenó completamente la necesidad del pecador.
Fue suficiente porque...

Cristo hizo la voluntad del Padre.

Hebrews 10:8–9 LBLA
Habiendo dicho arriba: Sacrificios y ofrendas y holocaustos, y sacrificios por el pecado no has querido, ni en ellos te has complacido (los cuales se ofrecen según la ley), entonces dijo: He aqui, yo he venido para hacer tu voluntad. El quita lo primero para establecer lo segundo.
Cristo vino a darnos ejemplo de obediencia a la voluntad de Padre:
John 6:38 LBLA
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
John 4:34 LBLA
Jesús les dijo*: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.
Jesús fue obediente hasta en el momento más crítico, antes de ir a la cruz. Se sometió a la voluntad del Padre:
Luke 22:42 LBLA
diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Que hagamos Su voluntad es lo que agrada o complace a Dios...

Su sacrificio fue aceptable a Dios.

Hebrews 10:10 LBLA
Por esta voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre.
Hebrews 10:12 LBLA
pero El, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sento a la diestra de Dios,
En el cap. 9 aprendimos que “sin derramamiento de sangre no hay perdón”. Pero si la sangre de animales no complace a Dios, entonces un hombre tenía que derramar su sangre como sacrificio a favor de los hombres. ¡Jesucristo fue ese hombre!
Él se lo dijo a Sus discípulos:
Matthew 26:28 LBLA
porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados.
1 Peter 1:18–20 LBLA
sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo. Porque El estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a vosotros

Su sacrificio perfeccionó al creyente.

Hebrews 10:14 LBLA
Porque por una ofrenda El ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados.
Aunque desde la perspectiva humana estamos lejos de ser perfectos, desde la perspectiva divina, Dios nos ve perfectos. La perfección de Cristo es imputada o aplicada al creyente.
Jesús llevó sobre su cuerpo nuestras imperfecciones o pecados:
1 Peter 2:24 LBLA
y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.

Su sacrificio fue una vez para siempre.

“un solo sacrificio para siempre” 12,
“por una ofrenda” 14,
“donde hay perdón de estas cosas, ya no hay ofrenda por el pecado.” 18
Con una sola ofrenda bastó para llenar la necesidad del pecador. Su sangre derramada fue suficiente. Ya no hay necesidad de sacrificios para tratar de agradar a Dios. ¡Jesús lo hizo todo!

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