Glorificando a Dios con Nuestro Cuerpo

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Introducción

A Dios le interesa el cuerpo del ser humano.
Al fin y al cabo él es el creador de cada uno de nosotros.
Psalm 139:13 NBLH
Porque Tú formaste mis entrañas; Me hiciste en el seno de mi madre.
Si nosotros vemos el Antiguo Testamento podemos observar la importancia que Dios le da al cuerpo del ser humano.
Vemos pasajes que hablan acerca de como Dios alimentaba el cuerpo de los israelitas con comida y agua.
Leemos las leyes / reglamentos que Dios daba en cuanto a ciertas enfermedades.
Vemos ciertos ritos religiosos que tenían que ver con el cuerpo (e.g., circuncisión, ungimiento de los sacerdotes).
Las religiones del mundo antiguo, sobre todo las religiones de los griegos consideraban al cuerpo como una cárcel / prisión.
Los griegos buscaban escapar del cuerpo puesto que lo miraban como algo inferior al alma.
Para ellos, mientras su alma estuviera atrapada dentro del cuerpo, era como estar dentro de una cárcel.
Es por eso que había tanto desenfreno / libertinaje entre los griegos. Para ellos, esta vida existía para disfrutar de los excesos y places que este mundo tiene que ofrecer.
1 Corinthians 15:32 NBLH
Si por motivos humanos luché contra fieras en Efeso, ¿de qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.
Pero, hoy vamos a considerar un pasaje que toca un tema que necesita mucho la sociedad moderna - la pureza del cuerpo; sobre todo en asuntos de la vida íntima. Hoy consideraremos:
El libertinaje contamina al cuerpo
El llamado a huir de la fornicación
El poder para huir de la fornicación

El libertinaje contamina al cuerpo

Pablo estaba escribiendo a una congregación que miraba muy normal que un hombre tuviera como mujer a la esposa de su padre.
Era una sociedad muy liberal sobre todo en asuntos de sexualidad.
En el mundo antiguo era un insulto decirle a alguien que parecía un “Corintio”. Era una manera de criticar / catalogar a alguien que vivía solo para los placeres corporales sobre todo en asuntos de inmoralidad sexual.
Muchos de los hermanos de la congregación en Corinto venían de un trasfondo de pecado oscuro.
1 Corinthians 5:9–10 NBLH
En mi carta les escribí que no anduvieran en compañía de personas inmorales. No me refería a la gente inmoral de este mundo, o a los codiciosos y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendrían ustedes que salirse del mundo.
Y ahora Pablo se enfoca en el libertinaje que abundaba en esta congregación:
1 Corinthians 6:12–13 NBLH
Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna. Los alimentos son para el estómago y el estómago para los alimentos, pero Dios destruirá a los dos. Sin embargo, el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo.
Parece que la congregación tomaba los buenos regalos que Dios nos daba pero en lugar de disfrutar lo que Dios daba - vivían en constante exceso.
En la cena del Señor se embriagaban.
Vivían en constante banquete y glotonerías.
Sabían que la vida íntima en pareja es un don de Dios pero ellos abusaban y vivían en constante libertinaje de adulterio y fornicación.
Pablo los confronta diciendo que “todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho.”
Los hermanos se habían dejado “dominar” por sus pasiones carnales. Vivían controlados por sus deseos.
Eran adictos a sus pasiones.
Tenían el concepto que Dios hizo al estomago para la comida y por ende la comida para el estomago.
Consideraban de la misma manera que su cuerpo existía solo para el placer y por tanto el placer era para darle satisfacción al cuerpo.
Pudiéramos decir que actuaban como lo haría un animal - por algo decimos que los animales tienen un instinto animal que los lleva actuar de la manera que lo hacen.
Vivimos en una sociedad donde:
Es normal que las parejas vivan juntas antes del matrimonio - esto es fornicación.
Existen matrimonios donde mientras haya acuerdo común las parejas tiene permiso de verse con otra persona.
En nuestra sociedad hay un desenfreno sexual aun en las escuelas primarias y secundarias.
Hay mujeres llamadas feministas que pelean por los derechos de las mujeres - excepto por las mujeres que están en el vientre. Las que están en el vientre son la excepción porque esas pueden ser privadas de su vida.
Hay hombres que por ser hombre pueden exigir que su mujer sea pura pero ellos pueden vivir como quieran; al fin y al cabo son hombres.
La sociedad de los EEUU es una sociedad Corintia.

El llamado a huir de la fornicación

En el versículo 18 vemos el llamado de Dios para todos los creyentes:
1 Corinthians 6:18 NBLH
Huyan de la fornicación. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo.
Fornicación no se refiere solo a las relaciones íntimas entre dos personas antes del matrimonio; más bien se refiere a cualquier pecado / desviación sexual que viole los principios bíblicos.
Pablo dice que huyamos de estos pecados.
Muchos ven la ética bíblica en cuanto a la sexualidad y creen que la Biblia lleva a los seres humanos a ser gente reprimida o santurrona.
Esto está tan lejos de la verdad.
Nosotros creemos que la intimidad en el matrimonio es parte de la creación de Dios.
Mas bien, las religiones falsas han malinterpretado la Biblia ordenando que su clero (sacerdotes o monjas) vivan vidas de castidad; que Dios nunca ha ordenado en la Biblia y de allí surgen la pedofilia, hijos ilegítimos, y abortos entre gente del clero.
La Biblia no reprime al hombre. La Biblia nos presenta una norma de vivir para proteger los dones que Dios nos ha dado - en este caso la vida íntima en pareja.
Pablo nos dice lo terrible que es el pecado sexual para el ser humano:
1 Corinthians 6:15–18 NBLH
¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo (el Mesías)? ¿Tomaré, acaso, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡De ningún modo! ¿O no saben que el que se une a una ramera es un cuerpo con ella? Porque El dice: “Los dos vendran a ser una sola carne.” Pero el que se une al Señor, es un espíritu con El. Huyan de la fornicación. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo.
Cuando un hombre se une a una ramera para tener intimidad está uniendo su alma a ella.
Es una unión tan intima que el hombre está completamente vulnerable con esa persona que afecta su cuerpo, mente y corazón.
Por tanto, al unir su cuerpo con una y otra mujer, o la mujer unir su cuerpo a uno y otro hombre - está haciendo violencia contra su propio cuerpo.
Los tales están contaminado su cuerpo.
Están dañando su alma.
Están perjudicando no solo su salud sino lo más profundo de su ser.
Hermanos, oremos por nuestros hijos para que puedan tener un comportamiento, en cuanto a su sexualidad, de acuerdo a las normas bíblicas.
Debemos instruir a nuestros hijos que si son fieles a Dios en este aspecto disfrutarán de la bendición de Dios.
Si se rebelan en contra de lo que Dios ha establecido solo les espera dolor y quebranto.

El poder para huir de la fornicación

Si somos realistas vemos que mantener una vida pura, en lo más íntimo de nuestro ser, mientras vivimos en una sociedad con tanto libertinaje es demasiado difícil.
Somos como pescados nadando contra lo corriente.
Lo normal ahora es vivir en el desenfreno y lo anormal / raro / anticuado / reprimido es vivir una vida de pureza.
Ahora, Pablo no nos va a dar simplemente reglas / normas diciendo haz esto o haz aquello. Pablo nos va a mostrar ciertas una verdad doctrinal tan grande, tan profunda, tan maravillosa que va a cautivar tanto nuestra mente y corazón que nos llevará a la obediencia y sumisión a Dios.
Lo primero que vemos es que nuestros cuerpos no son nuestros - son de Dios.
1 Corinthians 6:13 NBLH
Los alimentos son para el estómago y el estómago para los alimentos, pero Dios destruirá a los dos. Sin embargo, el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo.
El cuerpo es para el Señor.
Él es su creador.
Él es quién nos sostiene.
Él es quién nos permite vivir y mantiene aun el latido de nuestro corazón.
No podemos hacer lo que queramos con nuestros cuerpo según nuestros propios conceptos porque al final de cuentas nuestro cuerpo es de Dios.
Dice una persona - yo hago con mi cuerpo lo que quiero; pero Pablo dice - tu no puedes hacer con el cuerpo lo que quieres porque finalmente el cuerpo no es tuyo; es de Dios.
Y es aquí donde reconocemos lo supremacía de Dios sobre todas las cosas. Si es Dios, y si lo es, debemos creer que de él es nuestro cuerpo y lo debemos someter a su palabra; o por lo menos dejemos de engañarnos a nosotros mismos cuando decimos que creemos en Dios cuando realmente no es cierto puesto que no aceptamos su autoridad.
Pablo dice que no podemos unir nuestros cuerpos a una ramera y llegar a ser uno con ella, porque somos miembros del cuerpo de Cristo.
1 Corinthians 6:15 NBLH
¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo (el Mesías)? ¿Tomaré, acaso, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡De ningún modo!
En el momento que creemos en Cristo venimos a ser miembros de su propio cuerpo.
Ahora, no solamente nuestros cuerpos son de Dios sino que estamos unidos de una manera tan profunda al cuerpo de Cristo que no podemos ni imaginar unir nuestros cuerpos a una ramera.
Somos uno con el Señor.
1 Corinthians 6:17 NBLH
Pero el que se une al Señor, es un espíritu con El.
Luego Pablo nos dice una realidad profunda:
1 Corinthians 6:19 NBLH
¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos?
Esto es diferente a lo que nos dice en 1 Cor 3.16.
1 Corinthians 3:16 NBLH
¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
En 3.16 se nos dice que toda la iglesia, la congregación, el “ustedes” son templo de Dios.
En este caso se nos dice que cada uno de nosotros somos el templo del Espíritu Santo.
Dios mismo mora en cada uno de nuestros cuerpos.
¡Qué gran arma contra el pecado cuando se acerca a nosotros!
Somos el templo del Espíritu Santo.
Dios mismo mora en cada uno de nosotros.
El que peca aún así lo hace porque quiere y no porque no tiene el poder para resistir.
Pero Pablo nos da una arma aún más poderosa, el motivador más grande contra la maldad y pecado:
1 Corinthians 6:20 NBLH
Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios.
Hemos sido comprados por la sangre preciosa de Jesucristo.
Jesús fue a la cruz del Calvario, sufrió la muerta cruenta de dolor, para que nosotros tuviéramos vida.
Él dio su vida, entregó su preciosa sangre para redimirnos del pecado.
Cristo sufrió y murió para que nosotros llegáramos a ser hijos de Dios.
…por tanto vivimos para glorificar a Dios por medio de nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Para esto fuimos creados y por esto fuimos redimidos y no para vivir en impureza.
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