El camino al liderazgo.

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Leer Mat 20:20-28
Una de las debilidades más grandes de la iglesia de nuestro tiempo es la escasez de líderes y obreros. Eso resulta en escasez o debilidad de ministerios y en sobrecarga de trabajo para unos pocos.
El problema es que muchos quieren ser líderes, pero pocos quieren ser servidores. “Todos quieren ser jefes, pero nadie quiere ser indio.”
Quieren la posición, pero no están dispuestos a pagar el precio. No se dan cuenta que para llegar a jefe, primero hay que ser buen indio (fiel, leal, luchador, trabajador, comprometido).
En el mundo, el liderazgo o la posición se obtienen por popularidad (¿Cuántos votos obtuviste?) Pero el camino al liderazgo en la iglesia es diferente. ¿Por qué?

No se llega por influencias.

Les acababa de decir que lo iban a crucificar, pero la mujer no pensó en el dolor que sufriría sino en la oportunidad para usar su influencia a favor de sus hijos.
Matthew 20:20–21 NBLH
Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y postrándose ante Él, le pidió algo. Jesús le preguntó: «¿Qué deseas?». Ella le dijo*: «Ordena que en Tu reino estos dos hijos míos se sienten uno a Tu derecha y el otro a Tu izquierda».
En el mundo, todo se consigue por medio influencias de algún tipo: familiares, amistades, profesionales, o deudas por favores recibidos. Pero en la iglesia no es por lazos familiares.

No es por lazos familiares.

Si ves la lista de los apóstoles, nombrados por el Señor, ninguno de ellos era pariente de Cristo.
Dado que varias mujeres servían al Señor, no sería extraño que la madre de Jacobo y Juan hubiera sido cercana a Él y que ella haya tratado de aprovechar esa cercanía para conseguir posiciones para sus hijos.
Recuerdo que mi primer trabajo lo conseguí por influencia de mi madre. Ella habló con mi padrino, un ingeniero dueño de una constructora. “Preséntate el lunes”, fueron sus instrucciones.
Pero en la iglesia no es así, el ser pariente o amigo del pastor o de un líder no es garantía que tú lo serás. El parentezco y la amistad no significan nada para ser líder en la iglesia.
Desafortunadamente, en algunas iglesias las cosa se manejan por parentesco, y despúes sufren las consecuencias de tales elecciones.
El liderazgo en la iglesia tampoco se consigue por conexiones.

No es por conexiones.

“Aquí y en China”, ¿quienes son los que reciben los puestos importantes? ¿Los capaces? ¿Los mejores? ¿O los que tienen conexiones?
¿Qué sabe sobre salud un abogado para que sea nombrado Ministro de Salud? ¡Nada! ¡Ah, pero es aliado del presidente.
¿Qué sabe una abogada sobre Vivienda y Desarrollo Urbano? ¡Ah, pero las conexiones!
Bernabé intercedió por Marcos, sobrino de Pedro, para que Pablo le llevara de nuevo en otro viaje misionero. Pablo se negó rotundamente, porque Marcos le había fallado por inmadurez. De nada le valió su conexión con Pedro y Bernabé.
Cuando Marcos ya había madurado, Pablo mismo instruye a Timoteo que le traiga a Marcos. Le dijo: “Toma a Marcos y tráelo contigo, porque me es útil para el ministerio.” Ya maduro, Marcos escribió el Evangelio según Marcos.
Basados en lo que ven en el mundo, muchos tienen ideas equivocadas sobre el liderazgo eclesiástico, pero no es...

No es lo que muchos piensan.

Matthew 20:22–23 NBLH
Pero Jesús dijo: «No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que Yo voy a beber?». Ellos respondieron*: «Podemos». Él les dijo*: «Mi copa ciertamente beberán, pero el sentarse a Mi derecha y a Mi izquierda no es Mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado por Mi Padre».
Queremos las posiciones de honor: la derecha y la izquierda.
¡Querían liderazgo sin saber lo que pedían!

El liderazgo conlleva sufrimiento.

“¿Pueden beber la copa que voy a beber?” 22a
¿A cuál copa se refería el Señor? ¡A la muerte en la cruz!
¿Recuerdas la palabras de Cristo en su oración en la madrugada antes de ser crucificado?
Matthew 26:39 NBLH
Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: «Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras».
Los líderes de la iglesia se verán constantemente criticados, como advierte Santiago:
James 3:1 NBLH
Hermanos míos, que no se hagan maestros muchos de ustedes, sabiendo que recibiremos un juicio más severo.
Ante cualquier falla, por pequeña que sea, no faltará quien diga: “Y es líder!”
Se verán limitados en su comodidad…, limitados en sus finanzas por los sueldos que la iglesia les paga (¡Si es que les paga!), muchas veces tienen que sacar de su propia bolsa para llenar necesidades de la iglesia que el dinero de la iglesia no alcanza a llegar.
Se espera más de ellos que de otros, deben ser ejemplo de la grey.

Liderazgo no es mandar sino trabajar.

Matthew 20:25 NBLH
Pero Jesús, llamándolos junto a Él, dijo: «Ustedes saben que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos.
Algunos piensan que lo único que hacen los líderes es mandar o enseñorearse de otros. Eso como pensar que el pastor o maestro simplemente tiene que abrir la Biblia para predicar o enseñar.
Para dirigir, es necesario haber aprendido a seguir. Para mandar es necesario haber aprendido a obedecer.
El empleado piensa que el presidente de la compañía no trabaja. ¡Al contrario! El líder no trabaja 8 horas sino 12-14 horas. El empresario es siempre un trabajador incansable.
Mientras tú puedes tener un ministerio en la iglesia, los líderes tienen dos o más. Son los primeros en llegar y los últimos en irse. Mientras tu vienes una vez a la semana, ellos vienen dos o tres.
Para que yo tuviera tiempo para preparar el sermón, un diácono tuvo que venir para atender al electricista.

Ser líder tiene muchos requisitos.

Para ser líder en la iglesia no se necesita elocuencia ni educación. Moisés fue tartamudo, varios de los apóstoles fueron pescadores sin educación. Amós fue un arriero de bueyes. Eso no quiere decir que no haya requisitos para ser líder.
Entre más alta es la posición, más estrictos son los requisitos.
Para ser pastor, los requisitos son:
1 Timothy 3:2–7 NBLH
Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, no dado a la bebida, no pendenciero, sino amable, no contencioso, no avaricioso. Que gobierne bien su casa, teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad; (pues si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?). No debe ser un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación en que cayó el diablo. Debe gozar también de una buena reputación entre los de afuera de la iglesia, para que no caiga en descrédito y en el lazo del diablo.
Para ser diácono, los requisitos son parecidos:
1 Timothy 3:8–12 NBLH
De la misma manera, también los diáconos deben ser dignos, de una sola palabra, no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias deshonestas, sino guardando el misterio de la fe con limpia conciencia. Que también estos sean sometidos a prueba primero, y si son irreprensibles, que entonces sirvan como diáconos. De igual manera, las mujeres deben ser dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Que los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus propias casas.
Entonces, ¿Cómo se llega al liderazgo en la iglesia?
Primero, cumpliendo esos requisitos, y, segundo, sirviendo.
Matthew 20:26 NBLH
»No ha de ser así entre ustedes, sino que el que entre ustedes quiera llegar a ser grande, será su servidor,
Durante los últimos meses, hemos sido testigos de la encarnizada lucha por llegar a las máximas posiciones públicas: representantes, senadores, y presidente.
Lo chistoso es que se llaman servidores públicos, pero la realidad es que se sirven a si mismos, buscan sus intereses personales, no los del pueblo: salarios, beneficios, vida fácil, y poder.

Requiere humildad.

Matthew 20:27 NBLH
y el que entre ustedes quiera ser el primero, será su siervo;
La grandeza en el Reino de Dios no viene a través de mandato o autoridad sino a través del servicio. Lo que debemos buscar es servir, no mandar.
El gran apóstol Pablo solamente una vez tuvo que defender su apostolado, y eso porque la situación en la iglesia de Corinto lo ameritaba. De lo contrario, tanto él como los otros, se presentaba como siervo de Jesucristo.
En la última cena con sus discípulos, Jesús tomó la posición del esclavo de más abajo y les lavó los pies.

Requiere imitar a Cristo.

Matthew 20:28 NBLH
así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos».
En otras palabras, vrs. 27-28 dice: “Sean siervos como lo fue el Hijo del Hombre (Jesús).”
Jesús es el modelo a imitar. Él enseñó con palabras y con hechos. El líder dio el ejemplo de cómo ser o llegar a ser líder.
Aun en los últimos momentos antes de ir a la cruz, aprovechó la oportunidad para darles ejemplo de liderazgo y servicio.
John 13:12–15 NBLH
Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó Su manto, y sentándose a la mesa otra vez, les dijo: «¿Saben lo que les he hecho? »Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy. »Pues si Yo, el Señor y el Maestro, les lavé los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. »Porque les he dado ejemplo, para que como Yo les he hecho, también ustedes lo hagan.
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