Firmes y Gozosos a pesar de todo 3.

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Si observamos detenidamente la epístola a los Filipenses, nos daremos cuenta que, en los cuatro capítulos que contiene, 8 veces aparece, en forma verbal o sustantival, la palabra “regocijo” y 7 veces la palabra “gozo”
Por lo tanto, no hay manera de dudar que el propósito de Pablo en esta carta es exhortar a los creyentes de Filipos a mantenerse con gozo o regocijo.
En los cap. 1-2, Pablo los había animado a regocijarse haciéndoles ver el gran amor que les tenía, que sus prisiones no habían detenido el avance del evangelio, que lo que pudiera pasarle no debería detenerlos, mostrándoles el ejemplo de Cristo, exhortándoles a que el gozo los distinguiera del mundo, y asegurándoles el amor de Timoteo y Epafrodito.
En el cap. 3, el apóstol continúa animándoles a permanecer gozosos:
Por lo demás, hermanos míos, regocíjense en el Señor.” 3:1
Pero esta vez les advierte de un peligro que puede robarles el gozo.

Advirtiéndoles sobre el Legalismo.

3:1-11

Los legalistas y sus enseñanzas.

Los legalistas, seguramente de la secta de los Fariseos, eran aquellos que insistían en el cumplimiento de la Ley y querían imponer esa carga en los creyentes en Cristo.
Les advierte acerca del peligro que son diciéndoles: “cuídense de ellos”. ¿Por qué? Porque si hay algo que fácilmente nos puede robar el gozo es poner sobre nuestros hombros una carga tan pesada que no podemos llevar.
Pablo les llama “perros”, “malos obreros”, y “falsa circuncisión”.
Era común que los judíos consideraran a los gentiles como “perros” porque los consideraban “inmundos” (contminados).
La palabra griega para “perro” es “κυνός”, de donde viene la palabra española “cinismo”. El dicc. la define así:
Cinismo: Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables.
Sin ninguna verguenza, los legalistas estaban insistiendo en la práctica de la circuncisión como un medio para estar bien con Dios.
Les llama “malos obreros” (kakós ergateis) porque sus acciones eran peligrosas para los creyentes. Ahora tienes idea porque a los ladrones les llamamos “cacos” (malos).

La verdadera circuncisión.

La circuncisión data desde los tiempos de Abraham. Fue una señal o recordatorio del pacto que Dios hizo con él y su descendencia.
Los israelitas creían que esa era la garantía de que eran pueblo de Dios o que los ponís en buena relación con Él.
Los Filipenses eran gentiles, por tanto, no eran descendientes de Abraham.
nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne,” 3
Con esas palabras, le hizo ver que la verdadera circuncisión es espiritual y no externa.
Cuando el Señor dio la Ley a Moisés le mostró que lo que importaba era la circuncisión espiritual, la cual solo Dios puede hacer:
Deuteronomy 30:6 NBLA
»Además, el Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
Todo el pueblo de Israel se circuncidaba físicamente, pero eso no los hacía amar a Dios con todo su corazón, sino no hubieran ido en pos de otros dioses.
La confianza de los Filipenses no estaba puesta en la carne o en la falta de un pedazo de ella; estaba puesta en la fe en Cristo y en Su obra en la cruz.

Las religiones hacen énfasis en lo externo.

Sin ninguna diferencia, el énfasis de las religiones es lo externo.
A eso se refirió el Señor cuando les dijo a los Fariseos que eran “como sepulcros blanqueados, bonitos por fuera, pero llenos de corrupción por dentro”.
Aunque algunos puedan considerar la religión como algo bueno, debemos saber que practicar una religión no tiene ningún valor espiritual delante de Dios.
El escritor, antes de conocer a Cristo, había sido un fiel practicante del Judaísmo, pero ahora reconocía que eso era una obra de la carne:
Philippians 3:4–6 NBLA
aunque yo mismo podría confiar también en la carne. Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más: circuncidado a los ocho días de nacer, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, hallado irreprensible.
En su vida como Saulo, él había cumplido su religión al pie de la letra:
Acts 23:6 NBLA
Entonces Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y otra fariseos, alzó la voz en el Concilio: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos. Se me juzga a causa de la esperanza de la resurrección de los muertos»
Acts 26:5 NBLA
puesto que ellos han sabido de mí desde hace mucho tiempo, si están dispuestos a testificar, que viví como fariseo, de acuerdo con la secta más estricta de nuestra religión.
Religioso de marca mayor, pero no tenía paz.
No hay paz para los malvados, dice el Señor.Isa 48:22
porque:
el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la leyRom 3:28
Cuando Saulo tuvo su encuentro con Cristo, estuvo dispuesto a sacrificarlo todo para conocer mas a Cristo.
Philippians 3:7–8 NBLA
Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,
Sacrificó religión, posición, carrera, dinero, etc.
¿Qué sacrificas tú para conocer más a Cristo?
Conocer a Cristo te cambia intereses y prioridades. Ahora lo que le interesaba era “ser hallado en Cristo” siendo justificado por la fe en Él:
Philippians 3:9–11 NBLA
y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, y conocerlo a Él, el poder de Su resurrección y la participación en Sus padecimientos, llegando a ser como Él en Su muerte, a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos.

Exhórtandoles a buscar continuamente la madurez espiritual.

3:12- 4:1
La falta de madurez espiritual también puede impedir que te regocijes en Cristo, especialmente cuando estás pasando por pruebas y dificultades.

Recuerden que la madurez es un proceso.

La perfección se refiere a la madurez espiritual. Dicha madurez no es un evento sino un proceso, como una carrera de obstáculos.
Philippians 3:12 NBLA
No es que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús.
Pero para madurar es necesario romper las ataduras del pasado, y enfocarse en el futuro:
Philippians 3:13–14 NBLA
Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Los tristes o dolorosos recuerdos del pasado atentan contra nuestro gozo. Por lo tanto, no podemos permitir que lo que sucedió en el pasado controle nuestro presente.
No puedes cambiar tu pasado, solamente aprender de él.
Si somos maduros, no tenemos más opción que seguir adelante a pesar de todo lo que pueda venir:
Philippians 3:15–16 NBLA
Así que todos los que somos perfectos, tengamos esta misma actitud; y si en algo tienen una actitud distinta, eso también se lo revelará Dios. Sin embargo, continuemos viviendo según la misma norma que hemos alcanzado.

Recuerden su nueva ciudadanía.

Para los extranjeros en este país, una gran razón de gozo es obtener la ciudadanía.
Pablo les recordó a los Filipenses, que tenían una ciudadanía mucho mejor que la ciudadanía romana que tantos anhelaban:
Philippians 3:20–21 NBLA
Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de Su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a Él mismo.
Toda ciudadanía conlleva privilegios y reponsabilidades, y se espera que se apeguen a las leyes del país.
Si clamamos ser ciudadanos del cielo, debemos regirnos por las leyes del reino de los cielos, las leyes del rey celestial.
El comportamiento de una persona indica en gran manera su ciudadanía. Indica si es celestial o si es terrenal o carnal:
Philippians 3:17–20 NBLA
Hermanos, sean imitadores míos, y observen a los que andan según el ejemplo que tienen en nosotros. Porque muchos andan como les he dicho muchas veces, y ahora se lo digo aun llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo, cuyo fin es perdición, cuyo dios es su apetito y cuya gloria está en su vergüenza, los cuales piensan solo en las cosas terrenales. Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo,
¿Muestran tus acciones que eres amigo de la cruz o enemigo?
¿Cuáles son tus apetitos? ¿Carnales o espirituales?
¿Que otra áreas de tu vida no muestran que eres un buen ciudadano celestial? ¿Qué puedes hacer para cambiarlas?
Ninguna de las cosas terrenales te podrá dar el gozo que Cristo da, ese gozo que supera cualquier dolor o tristeza que las pruebas o dificultades puedan traerte.
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