La doctrina de los TJ acerca de Cristo

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Jaime Restrepo M.

A.A. 1254, Manizales (Caldas),

Colombia, Sur América.

Correo Electrónico: jaremo@epm.net.co www.elancladelevangelio.org

La Doctrina de los Testigos de Jehová
Acerca de

"CRI ST O"

Prácticamente cada uno de nosotros se ha encontrado a los TJ en un punto en un momento de su vida. Generalmente nuestra discusión con ellos se centra en tales doctrinas como el infierno y la inmortalidad del alma. No obstante, un error propagado mas fundamental por los Testigos es su doctrina de Cristo. Enseñan que Jesús no es Jehová Dios. En lugar de eso, Jesús es la primera persona creada por Jehová y que posee características divinas (en consecuencia, El puede ser descrito como “un dios”). Ellos aun identifican a Jesús como el arcángel Miguel del Antiguo Testamento. Presentan las siguientes citas en sus escritos:

“... Pero en el mismo principio de toda la creación Jesús fue creación de Dios, una criatura producida por Dios ...”1

“¿Sabe usted que Jesús tuvo una existencia gloriosa mucho antes de que naciera como humano aquíen laTierra? La Biblia nos informa que él es el Hijo ‘primogénito’ de Dios. Estos significa que él fue creado antes que los otros hijos de la familia de Dios. El es también el Hijo ‘unigénito’ de Dios, puesto que él es el único que fue creado directa­mente por Jehová Dios; todas las otras cosas llegaron a existir por medio de él como el Agente Principal de Dios”.2

“Escudriñando las Escrituras cuidadosamente para notar lo que ellas dicen, y lo que no dicen, con respecto a nuestro Señor Jesús, encon­tramos su testimonio muy explícito, armonioso y satisfactorio ... En ese tiempo, como también subsecuentemente, era correctamente conoci­do como `un dios’ — un poderoso. Como el principal de los ángeles y después del Padre, era conocido como el arcángel (el mensajero u ángel mas alto), cuyo nombre, Miguel, significa `Quién como Dios’, o representativo de Dios”.3

Nótese que la doctrina de los TJ acerca de Cristo enseña que Jesús era un ser creado; que hubo un tiempo cuando Jesús nunca existió, acorde a sus escritos. Obviamente, esta doctrina constituye una negación de la deidad de Jesucristo y de la doctrina de la encarnación.

Evidencias Positivas de la Deidad de Cristo

A través de las Escrituras, la deidad de Cristo es presentada; es representado que es Dios y no “un dios”. Esto es evidenciado en las siguientes formas:

1. Los Títulos Aplicados a Cristo. Un número de títulos atribuidos solamente a Dios son atribuidos a Jesús. Aquí está una lista parcial de ellos:

        a. El Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin. Estos títulos son dados a Jehová en Apoc. 1:8 e Isaías 44:6; ellos son aplicados a Jesús en Apoc. 22:13. Atribuir a Jesús lo que es aplicado a Dios es blasfemo a menos que Jesús sea Dios. Además, Jesús no puede ser correctamente descrito como el “Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin” si nada existía antes de El. Si la doctrina de los TJ acerca de Jesús es cierta, debería haber sido descrito como el Beta y la Omega, el segundo y el último, porque como dicen ellos, Jehová existió antes de Jesús.

b.  Señor de Gloria. En 1 Cor. 2:8, Pablo aplica este título a Jesucristo. El título fue usado frecuentemente en el Antiguo Testamen­to para referirse a Jehová. “Esta expresión (el Señor de Gloria - mw) no debe ser tomado como equivalente a `glorioso Señor’, sino, como una expresión análoga a `Padre de gloria’ (Efe. 1:17); `El Dios de la gloria’ (Hch. 7:2), `El Señor es poseedor de la gloria’. El caso genitivo usado aquí en el Griego es el genitivo de posesión. `Señor de gloria’ es un título de la Divinidad. Significa poseedor de la excelencia Divina. “¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria” (Salmo 24:10; Hch. 7:2; Sant. 2:1; Efe. 1:17). Por tanto, la persona crucificada era una persona Divina”.4

c.   Señor. Uno de los títulos mas frecuentes atribuidos a Jesús es el título de “Señor” (Kurios). Kurios puede ser usado para referirse al amo en una relación amo-esclavo. No obstante, también es usado como el equivalente Griego para la palabra Hebrea adonai la cual es usada en lugar de Jehová (YHVH) por los Judíos que temían que pudieran blasfemar el nombre divino por pronunciarlo mal. La versión de los Setenta (LXX), que es citada frecuentemente en el Nuevo Testamento, usó consistentemente kurios para referirse a Jehová. La manera en que kurios es aplicada a Cristo (Mat. 3:3; Rom. 10:13; Juan 20:28) hace obvio que ellos entendían que Jesús es Jehová.

2. La Designación de Jesús Como Dios. A través de la Biblia, los escritores inspirados se refieren a Jesús como Dios; por tanto, que Jesús era Dios es obvio de las siguientes evidencias:

a.  Mateo 1:23 — “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”. Este versículo atribuye a Jesús, un nombre que significa “Dios con nosotros”. Si Jesús no era Dios, entonces esta descripción de Jesús era totalmente inexacta.

b.  Juan 1:1 — “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. La Traducción del Nuevo Mundo, que fue traducida y publicada por los TJ para confirmar su única doctrina, varía esta traducción por llamar el Verbo “un Dios”. Dice, “En [el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios”. La razón de porqué es dada esta traducción es porque el artículo definido no aparece antes de Theos (Dios).

La regla de que Theos sin el artículo debe ser traducida “un dios” cuando se emplea del Hijo, en el sentido de una relación in originada. `El engendramiento no es un evento temporal, por muy remoto que se quiera, sino un hecho independiente del tiempo. El Cristo no vino a ser, sino que necesaria y eternamente es el Hijo. El, una Persona, posee todos los atributos de la misma Deidad. Ello demanda eterni­dad, el será absoluto; en este respecto, El no es `después’ del Padre  En Juan 1:18 la cláusula ‘El unigénito Hijo, que está en el seno del Padre’ expresa tanto Su eterna unión con el Padre en la Deidad y la inefable intimidad y amor entre ellos, compartiendo el Hijo en todos los consejos del Padre y gozando de todos Sus afectos” (W.E. Vine, Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento, Vol 4, Pág. 201).

“En la literatura Joanina, m. es usado solamente de Jesús. el monogenes, sólo, único puede ser muy adecuado para todas sus apariciones aquí” (Arndt & Gingrich, Un Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento y otra Literatura Cristiana Primitiva, Pág. 140).

En consecuencia, la relación “Padre-Hijo” no prueba que Dios creó a Jesús como lo afirman los Testigos.

 

Los Testigos de Jehová Son Politeístas

Cuando uno ha entendido completamente la doctrina de Dios ense­ñada por los TJ, comprende que su doctrina de Dios no es nada menos que un politeísmo mutilado poseyendo todas las características de un politeísmo pagano. Los paganos del pasado creían en una deidad principal a quien todas las otras deidades estaban subordinadas. La doctrina de los TJ de Dios cree en un Dios quien es el principal sobre otros dioses. Jehová es el dios principal; Jesús es un dios subordinado. Haciendo caso omiso de que otras conclusiones pudieran seguir, nadie puede negar que los TJ creen en mas de un dios. La creencia en mas de un Dios es politeísmo claro y sencillo.

Dios es uno (1 Cor. 8:4). El un Dios está compuesto del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Ellos son conocidos como Jehová. Cuando adoramos a uno, adoramos la suma total de ellos. La doctrina de la Trinidad es la única forma para armonizar las sencillas declaraciones de la Escritura que, por un lado, afirman la calidad de único de Dios y por otro lado, afirman la deidad de Jesús y el Espíritu Santo. Puesto que los Testigos se equivocan grandemente en su concepto básico de Dios, son una religión falsa bajo la maldición de Jehová.

Anotaciones al Pie

1"El Verbo” - ¿Quién Es? Según Juan. Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania, 1962, Pág. 48. El autor no está mencionado en los libros publicados por la organización de la Torre del Vigía.

2La Verdad Que Lleva a Vida Eterna. Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania, 1968, Pág. 47.

3Estudios en las Escrituras, Vol. 5, Pág. 83-84.

4Christian F. Kling, “La Primera Carta de Pablo a los Corintios”, Comentario de Langes

   Dios’. Así, con este título lo que se expresa es la Deidad absoluta, no la Deidad en ningún sentido secundario ni derivado” .... “Las palabras `Padre’ e `Hijo’ nunca se usan en el NT como sugerentes de que el Padre existiera antes que el Hijo ...” (W.E. Vine, DiccionarioExpositivo de Palabras del Nuevo Testamento, Vol. 2, Págs. 200-201).

“Podría ser muy natural ver en la designación `Hijo’ una insinuación de subordinación y derivación de Ser, y no podría ser difícil atribuir una connotación similar al término `Espíritu’. Pero esto talmente cierto que esta no fue la denotación de cualquier término en la conciencia Semita, la cual subraya la fraseología de la Escritura; y aun pudiera ser pensado dudoso si fuera incluido en sus sugerencias mas remotas. Lo que subraya la concepción de la condición de hijo en el discurso Bíblico es exactamente el de `semejanza’; cualquier cosa que sea el Padre también lo es el hijo. La aplicación enfática del término `Hijo’ a una de las Personas Trinitarias, en conformidad, afirma mas bien Su igualdad con el Padre que Su subordinación al Padre; y si hay alguna implicación de derivación en esto, pareciera ser muy distante. La adición del adjetivo `unigénito’ (Juan 1:14; 3:16-18; 1 Juan 4:9) necesita añadir solamente la idea de único, no de derivación (Sal. 22:20; 25:16; 35:17; Sabiduría 7:22 m); y aún tal frase como `unigénito de Dios’ (Juan 1:18 m.); no puede contender implicación de derivación, sino solamente de absoluta consubstancialidad única; como también la frase `primogénito de toda creación’ (Col. 1:15)’ no puede transmitir insinuación de llegar a ser, sino simplemente de afirmar prioridad de existencia ... El punto reposa, por supuesto, en el adjetivo `propio’. Jesús fue correctamente entendido que llama a Dios`su propio Padre’, eso es, usar los términos `Padre’ e ` Hijo’ no en un sentido simplemente figurado, como cuando Israel fue llamado hijo de Dios, sino en un sentido real. Y esto fue entendido ser la afirmación de ser todo lo que Dios es. Ser el Hijo de Dios en algún sentido era ser como Dios en ese sentido; ser el propio Hijo de Dios era ser exactamente como Dios, ser `igual con Dios’” (Benjamin Warfield, Biblical Doctrines, Vol. 1, Págs. 163-164).

Comentarios similares necesitan ser hechos con referencia a los pasajes de “unigénito”. La descripción de Jesús como el “unigénito Hijo” de Dios no tienen nada que ver con derivación. Aquí está la idea designada por esto:

“... Pero la palabra también puede ser usada mas generalmente sin referencia a derivación en el sentido de `único’, `sin paralelo’, `incom­parable’, aunque uno no debiera confundir las referencias a clases o especies y a género ... Juan enfatiza muy fuertemente la distinción entre Jesús y los creyentes y la calidad de único de Jesús en Su condición de hijo divino ... Como el hijo unigénito Jesús está en la mas estrecha intimidad con Dios. No hay otro con quien Dios pueda tener una comunión similar. El comparte todo con este Hijo. Por esta razón Jesús puede dar lo que un hombre no puede dar, es decir, la narración de un testigo ocular de la plenitud posible de Dios ...” (Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, por Kittel, Vol. IV, Pág. 737-741).

“Sólo podremos comprender acertadamente el término `el unigénito’,

y que Theos con el artículo debe ser traducida “Dios” es inexacta y ni aún seguida seriamente por los TJ. Theos sin el artículo aparece en Mat. 5:9; 6:24; Luc. 1:35,78; Juan 3:2,21; 9:16,33; Rom. 1:7,17-18; 1 Cor. 1:30; 15:10; Fil. 2:6,11,13; Tito 1:1; etc. pero los TJ traducen la palabra “Dios” en estos lugares porque obviamente se refiere al Padre. Aun en Juan 1:6,12-13,18, Theos aparece sin el artículo, no obstante, los TJ no siguen su regla y no traducen “un dios” en aquellos versículos en vista de que estos se refieren al Padre en aquellos contextos. Por tanto, su regla debe ser rechazada porque es aplicada arbitrariamente sobre la base de sus dogmas preconcebidos y no soportan el examen de la erudición Griega.

Ciertamente, la entrega de reglas para el artículo definido es extre­madamente difícil. Arndt y Gingrich escribieron:

“En vista de que el tratamiento de la inclusión u omisión del artículo pertenece al campo de la gramática, el léxico puede limitarse a sí mismo a exhibir los rasgos principales de su uso. Es difícil establecer reglas sin excepción para el empleo del artículo, en vista de que el sentimiento del escritor por el estilo tendrá especial libertad de jugar en esta área ...”5

Para escribir reglas para el uso del artículo definido se debe acercar con excesiva cautela. No obstante, algunas reglas han sido formuladas. Bruce M. Metzger escribió lo siguiente con respecto al tratamiento de Juan 1:1 por parte de los TJ.:

“No obstante, como verdad sólida, tal traducción es espantosa. Pasa por alto completamente una regla establecida de la gramática Griega la cual necesita la traducción, `... y el Verbo era Dios’. Hace algunos años el Dr. Ernets Cadman Colwell de la Universidad de Chicago señaló en un estudio del artículo definido Griego que, `Un predicado nominativo definido tiene el artículo cuando este sigue al verbo; no tiene el artículo cuando precede al verbo ... El versículo de apertura del Evangelio de Juan contiene uno de los muchos pasajes donde esta regla sugiere la traducción de un predicado como un sustantivo definido. La ausencia del artículo (antes de Theos) no hace al predicado indefinido o cualitativo cuando precede al verbo; es inde­finido en esta posición solamente cuando el contexto lo demande. El contexto no hace tal demanda en el Evangelio de Juan, porque esta declaración no puede serconsiderada como extraña en el prólogo del evangelio de Juan el cual alcanza su clímax en la confesión de Tomás (Juan 20:28, `Señor mío, y Dios mío’)’”.6

Además, A.T. Robertson, el notable gramático Griego, enfatizó que la ausencia del artículo era necesaria para la correcta doctrina de Cristo. Escribió:

“Con lenguaje exacto y cuidadoso Juan negó el Sabelianismo (una
antigua herejía muy similar a esa del Sólo-Jesús de los Pentecostales
— mw) por no decir ho Theos en ho logos. Eso significaría que todo

de Dios estaba expresado en ho logos y los términos serían intercam­biables, cada uno teniendo el artículo. El sujeto es aclarado por el artículo (ho logos) y el predicado sin este (theos) exactamente como en Juan 4:24 pneuma ho theos solamente puede significar `Dios es espíritu’, no `espíritu es Dios’”.7

Por tanto, Juan 1:1 se coloca como un afirmativo de la deidad de Cristo; el Verbo era Dios.

c.   Hebreos 1:8 — “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo ...”

d.  Tito 2:13 — “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. (Compárese la mutilación de este pasaje por parte de los TJ). Nueva­mente, Metzger escribió:

“En aun otro versículo crucial la Traducción Nuevo Mundo ha perver­tido el significado del original para de esta manera evitar la referencia a Jesucristo como Dios. En Tito 2:13 se lee, `Mientras aguardamos la feliz esperanza y la gloriosa manifestación del gran Dios y de nuestro SalvadorCristo Jesús’. Esta traducción, para separar `el gran Dios’ de `nuestro Salvador Cristo Jesús’, pasa por alto un principio de la gramática Griega que fue detectado y formulado en una regla por Granville Sharp en 1798. Esta regla, en resumen, es que cuando el copulativo kai conecta dos sustantivos del mismo caso, si el artículo precede al primer sustantivo y no es repetido antes del segundo sustantivo, el último siempre se refiere a la misma persona que es expresada o descrita por el primer sustantivo. Portanto, este versículo en Tito, debe ser traducido, como en realidad lo traduce la Revised Standard Versión, `aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo’”.8

Compárese .2 Ped. 1:1 y Romanos 9:5 para declaraciones compara­bles acerca de Cristo.

e.   Juan 20:28. En este versículo está registrada la expresión de Tomás cuando vio al Señor resucitado; dijo: “¡Señor mío, y Dios mío!” Aquí, Tomás llamó a Jesús expresamente Dios y Jesús no lo corrigió.

f.    Juan 10:33 registra lo que los primeros Judíos entendieron, lo cual los TJ no entienden, es decir, que Jesús se hizo a sí mismo Dios.

g.  Isaías 9:6. Cuando el profeta profetizó la venida del Mesías, lo describió como “Dios Fuerte”. En el antecedente del monoteísmo Judío, esta descripción del Mesías solamente puede significar que Jesús es el Dios del Antiguo Testamento.

3. Jesús Aceptó Adoración. Al tiempo cuando Satanás tentó a Jesús, le dijo: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Mat. 4:10). Ningún hombre (Hechos 10:26) ni ángel (Apocalipsis 22:8-9) es digno de adoración. No obstante, Jesús aceptó adoración de los hombres sin descripción de Jesús como el unigénito de Dios. Por tanto,necesitamos contestar sus argumentos pertenecientes a estos puntos.

Los Testigos han abusado una figura de lenguaje para justificar su doctrina. No nos olvidemos que para que Jehová se revelara a Sí mismo al hombre tuvo que usar el lenguaje humano — lenguaje que fuera entendible para nosotros. Por tanto, se compara a Sí mismo a muchas cosas para revelarse a Sí mismo a nosotros (Pastor, Puerta, Pan, etc.). Los Testigos han cometido el error de tomar una de las palabras usadas para revelarnos a Jehová y presionar más allá de los límites propuestos por el Señor. Argumentan que Jesús es el Hijo de Dios porque Jehová engendró a Jesús. Podríamos correctamente argumentar que Jehová está hecho de madera porque Jesús es la puerta para la casa la cual es Jehová; todos saben que las casas están hechas de madera. Si los TJ van a presionar la terminología Padre-Hijo a tal grado como para decir que Jehová engendró a Jesús, no creo que sería inapropiado para nosotros preguntar quien fue la Madre de Jesús. Guarde en mente que Jehová engendró a Jesús antes de que el mundo empezara y, por tanto, esta terminología no se está refiriendo a la concepción de Jesús en el vientre de María. Por consiguiente, demandamos que los Testigos nos digan quien era la Madre de Jesús a través de quien Jehová engendró a Jesús.

Tal presión de una figura de lenguaje como la que he hecho no es más ridícula que la que los Testigos hacen cuando argumentan que Jesús era un ser creado a causa del uso de la terminología “Padre-Hijo”. Hay muchos puntos de comparación que pueden salir de la relación padre­ e hijo. El punto más obvio de comparación es el que los Judíos entendieron cuando Jesús afirmó que Jehová era Su Padre. Cuando Jesús afirmó que Dios era Su Padre, los Judíos entendieron que se estaba haciendo a Sí mismo igual a Dios. Juan registra, “Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios” (Juan 5:18). Los Judíos entendieron que el título “Hijo de Dios” era igual a declarar deidad para uno mismo (Juan 19:7; 10:33).

Que la terminología “Padre-Hijo” la cual se aplicó a Jesús y Dios no debe ser así presionado como para implicar que uno derivó su existencia del otro es evidente como lo demuestra el siguiente comentario:

“Se debe entender con ello la existencia de una relación eterna entre el Hijo yel Padre en la Deidad. Es decir, el Hijo de Dios, en Su relación eterna con el Padre, no posee este título porque hubiera empezado en algún punto en el tiempo a derivar Su ser del Padre (en cuyo caso no podría ser co-eterno con El), sino debido a que El es y siempre ha sido la expresión de lo que el Padre es; Comp. Juan 14:9, `El que me ha visto a mí, ha visto al Padre’. Las palabras de Heb. 1:3, `El cual siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia (la de Dios)’ constituyen una definición de lo que se expresa con el título `Hijo de La palabra Griega tiene dos significados distintos, `una cosa cogida ilícitamente’, y `un tesoro para ser agarrado y retenido de ninguna manera arriesgado’. Cuando una palabra Griega tiene mas de un significado, la regla de interpretación es tomar la que concuerda con el contexto y el cual es encontrado. El pasaje que estamos estudiando es la ilustración de las virtudes mencionadas en 2:2-4, es decir, humildad, abnegación para el beneficio de los demás. Si nuestro Señor no consideró una cosa que es ilícitamente cogida para ser igual con Dios en la expresión de la esencia divina, entonces estaría afirmando Sus derechos para esa expresión. Estaría declarando Su derecho de propiedad de esa prerrogativa. Pero afirmar el derecho de uno a una cosa no se participa de una actitud de humildad y abnega­ción. Por tanto, este significado de la palabra no lo hará aquí. Si nuestro Señor no consideró la expresión de Su esencia divina como un tesoro que debía ser arriesgado en absoluto, eso significaría que El estaba deseando renunciar a Sus derechos para esa expresión si la necesi­dad lo presentaba. Esta es la esencia de la humildad y la abnegación. De esta manera, nuestro segundo significado es el que es usado aquí. Traducción: Quien siempre ha sido y en el presente continua para subsistir en ese modo de ser en el cual da la expresión exterior de Su esencia natural, ese de Deidad, y quien después de pesar los hechos, no consideró un tesoro para ser agarrado y retenido en todo riesgo, para ser igual con la Deidad (en la expresión de la esencia divina)” (Wuest’s Word Studies, 11, Págs. 64-65).

De igual manera, A.T. Robertson añadió:

“Los pocos ejemplos de harpagmos (Plutarco, etc.) permite serenten­dido como equivalente a harpagma, como baptismos y baptisma. Eso es para decir que Pablo quiso decir un premio para ser retenido antes que algo para ser ganado” (A.T. Robertson, WordPicturesofthe New Testament, Vol. 4, Pág. 444).

Una vez más estamos enfrentados con un pasaje de la Escritura que es usado por los TJ para probar que Jesús no era Jehová sino que, cuando es interpretado correctamente, prueba la Deidad de Jesucristo.

Hijo de Dios

Los TJ aprietan el término “Hijo de Dios” para probar su doctrina de que Jesús es un ser creado: Argumentan:

“El título `padre’ significa un varón dador de vida, y un varón dador de vida significa progenitor, un autor o fuente, uno que engendra o produce prole. Puesto que Dios era el Padre de Jesús, ¿dependía también Jesús de Dios para vida?” (“El Verbo” — ¿Quién Es? Según Juan, Pág. 43).

Por medio de instar los términos “Padre” e “Hijo”, los TJ argumentan que hubo un tiempo cuando Dios existía por Sí mismo pero que El “procreó” a Jesús para establecer la relación Padre-Hijo mencionada frecuentemente en la Biblia. Un énfasis similar es colocado en la corregirlos (Mat. 8:2; 9:18; 14:33; 15;25; 28:9,17; Juan 9:35,38). Jesús era Dios o el más grande hipócrita.

4. La Oración Fue Ofrecida a Jesús. En Hechos 7:59, Esteban oró a Jesús, “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Nótese también que Eclesiastés 12:7 relata que el espíritu del hombre regresa a Dios al morir. Por tanto, Esteban oró a Jesús y le pidió que recibiera su espíritu. Ambos actos son blasfemos a menos que Jesús sea Dios.

Pasajes de Jehová Aplicados a Jesús

Otra línea de evidencia la cual muestra que Jesús es Dios es notar el número de pasajes del Antiguo Testamento que hablan de Jehová y que son aplicados a Jesús en el Nuevo Testamento. Estos pasajes fuerzan a la conclusión de que Jesús es el Dios llamado Jehová en el Antiguo Testamento. Nótese cuidadosamente que yo no estoy diciendo que el Hijo es el Padre sino que el nombre Jehová es aplicado al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Aquí están algunos de los pasajes que en el Antiguo Testamento hablan de Jehová pero que en el Nuevo Testamento son aplicados a Cristo.

1.  Salmo 68:18 — “Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios”.

Versión Modern a: “Subiste a lo alto; llevaste muchos cautivos; recibiste dones entre los hombres, y entre los rebeldes también; para poder morar Jehová Dios en medio de ellos”.

Biblia de las Américas: “Tú has ascendido a lo alto, has llevado en cautividad a tus cautivos; has recibido dones entre los hom­bres, y aun entre los rebeldes, para que el SENOR Dios habite entre ellos”.

Usted ha de notar que en el versículo 17 el Salmista dice que es el Señor quien hizo esto, y en la Traducción Nuevo Mundo se enfatiza que fue Jehová- “Los carros de guerra de Dios se cuentan por decenas de millares, millares repetidas veces. Jehová mismo ha venido de Sinaí al lugar santo. Has ascendido a lo alto; te has llevado cautivos; has tomado dones en la forma de hombres, sí, aun a los tercos, para residir [entre ellos], oh, Jah Dios” (v.17-18, TNM). En Efesios 4:8, este pasaje es citado y aplicado a Jesucristo.

2.  Salmos 102:25-27. Este salmo abre, “Jehová, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor” (v.1). Luego, en los versículos que nos interesan, el salmista dijo, “Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son la obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán”. El “tú” de estos versículos es Jehová como el versículo uno lo indica. Este pasaje está citado en Hebreos 1:10-12 como aplicable al Hijo. La única forma en que esto pudiera ser, y en algún sentido aplicado al Hijo, es si el escritor de Hebreos pensó que él era Jehová encarnado.

3.    En Juan 12:37-41, el apóstol escribió, “Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él; para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor? Por esto no podrían creer, porque también dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, y se conviertan y yo los sane. Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él”. Cuando él dijo que Isaías vio Su gloria y habló acerca de El, Juan tenía la intención de que esto se entendiera que se refería a Jesús. No obstante los pasajes que él citó, está Isaías 6:10 el cual nos dice de Isaías estando en la presencia de Jehová cuando lo llamó para ser Su profeta. La única explicación posible de esto es que Juan identificó a Jesús con Jehová.

4.  Isaías 40:3. En la profecía de Isaías del ministerio de Juan el Bautista, él dijo, “Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios”. Mateo 3:3 cita este pasaje como profetizando el ministerio de Juan el Bautista. Nótese, no obstante, para quien fue preparada la calzada. Isaías lo llamó el camino de Jehová pero Mateo lo aplica a la preparación de este por parte de Juan para el Señor Jesucristo. Nuevamente, la evidencia es que Jesús es identificado como Jehová.

5.  Joel 2:28-32. “Y después de esto derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñaran sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado”. Sin duda, nuestros lectores reconocen que este como el pasaje citado por Pedro en el día de Pentecostés. En Hechos 2, a los Judíos se les dijo que invocarán el nombre del Señor Jesucristo para salvación. Por tanto, Pedro identificó al Señor Jehová con el Señor Jesús. La misma aplicación de este pasaje aparece en Romanos 10:13 donde Pablo cita Joel 2:32 y se lo aplica a Jesús.

6.  1 Pedro 3:14-15 cita a Isaías 8:12 y Sigs. “Pero aun si sufrís por causa de la justicia, dichosos sois. Y no os amedrentéis por temor a ellos, ni os turbéis, sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones ...” (Biblia de las Américas; Comp. Versión Moderna). La Reina‑

“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación; porque por medio de él todas las [otras] cosas fueron creadas en los cielos y sobre la tierra, las cosas visibles y las cosas invisibles, no importa que sean tronos, o señoríos, o gobiernos, o autoridades. Todas las [otras] cosas han sido creadas mediante él y para él. También, él es antes de todas las [otras] cosas y por medio de él se hizo que todas las [otras] cosas existieran” (Col. 1:15-17 en la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras).

La vocinglera adición de “otras” en cuatro ocasiones diferentes en este pasaje es la más obvia perversión de la Escritura para justificar las creencias doctrinales que jamás he visto.

3. Filipenses 2:6. En la discusión de Pablo sobre la humildad de Cristo en Filipenses 2:5-11, leemos: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semej ante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre”. Aunque este pasaje enseña obviamente la deidad de Jesucristo al decir “siendo en forma de Dios”, para el tiempo que los Testigos se las han tenido que ver con este pasaje, ha sido torcido para decir que la idea de estar en igualdad con Dios nunca se le ocurrió a Jesús o que si se le ocurrió, fue rápidamente removida de Su mente. Sobre la base de este pasaje, los Testigos enseñan que Jesús, como ser creado, nunca trató a Sí mismo de hacerse igual a Jehová; nunca dirigió una rebelión contra Jehová para usurpar Su trono. En consecuencia, traducen el versículo 6 como sigue: “Quien, aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios” (Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras).

La discusión en esta ocasión se centra alrededor de la correcta definición de harpagmos. Thayer comenta sobre este pasaje diciendo: “(Cristo Jesús), quien, aunque (en tiempos pasados cuando era logos asarkos) llevó la forma (en la cual apareció a los habitantes del cielo) de Dios (el soberano, opuesto a morphe doulou) No obstante, no pensó que esta igualdad con Dios debía ser ansiosamente adherida o retenida (Pág. 418 sobre “morphe así referida en su comentario sobre harpagmos).

Wuest declara los mismos hechos más completamente; dijo: “Debemos considerar ahora cuidadosamente la palabra `aferrarse’.que Cristo fue la primera cosa creada, y no ‘el Ser superior a todo lo creado’” (Proceso a la Biblia de los Testigos de Jehová, Pág. 118, Eugenio Danyans).“La descripción de Cristo como prototokos pases ktiseos en Col. 1:15 encuentra obviamente en la cláusula hoti del v.16 su base y explicación mas precisa: Cristo es el Mediador en la creación a quien todas las criaturas sin excepción deben su creación ... Por tanto, prototokos pases ktiseos no indica simplemente la prioridad en tiempo de la preexistencia del Señor. Si la expresión se refiere a la mediación de la creación a través de Cristo, no puede estar diciendo al mismo tiempo que El fue creado como la primera criatura” (Diccio­nario Teológico del Nuevo Testamento, por Kittel, Vol. 6, Pág. 878).

“La palabra `primogénito’ es prototokos. La palabra Griega impli­caba dos cosas, prioridad para toda la creación y soberanía sobre toda la creación. En el primer significado vemos la absoluta preexis­tencia del Logos. En vista de que nuestro Señor existía antes de todas las cosas creadas, El debe ser increado. En vista de que es increado, es eterno. En vista de que es eterno, es Dios. En vista de que es Dios, no puede ser una de las emanaciones de la deidad de la cual hablan los gnósticos, aun cuando El procede de Dios el Padre como el Hijo. En el segundo significado vemos que El es el soberano natural, la cabeza reconocida de la casa de Dios. De esta manera, nuevamente, El no puede ser una de las emanaciones de la deidad en quien la esencia divina está presente pero difusa. El es el Señorde la creación.

Traducción. "Quien es una reproducción ymanifestación derivada de la Deidad, el invisible, elque tiene prioridadysoberanía sobre toda la creación” (Wuest’s Word Studies, Kenneth S. Wuest, “Colosenses”, Pág. 183).

Nuevamente, vemos que las mismas palabras del pasaje, antes que probar la doctrina de los TJ la ataca. Este pasaje afirma la soberanía y prioridad de Jesús en la creación de Dios.

El siguiente pasaje en este contexto confirma esta exégesis del “primogénito de toda creación”. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potesta­des; todo fue creado por medio de él y para él”. Todas las cosas creadas llegaron a la existencia por medio de Jesucristo. Esa declaración no podría ser cierta si la doctrina de los TJ es así. Porque ellos enseñan que Jesús es una parte de la creación de Jehová, se meten en problemas con este versículo. ¿Cómo podría Jesús haberse creado a sí mismo? Jesús, acorde a su doctrina, es un ser creado; este pasaje afirma que toda la creación de Dios vino a la existencia por medio de Jesús. En consecuencia, su doctrina demanda que Jesús se haya creado a sí mismo. Cuando los traductores de la traducción del Nuevo Mundo llegaron a este versículo, ejercieron una licencia no garantizada con el pasaje; en realidad, claramente lo pervirtieron. Aquí está su traducción de este pasaje: Valera dice “a Dios el Señor”, otras versiones como las anteriores dicen “santificad a Cristo como Señor”. Es cuestión de manuscritos. Los considerados mejores dicen, “a Cristo como Señor”. El pasaje en Isaías 8:12-13 dice, “... ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea el vuestro temor, y él sea vuestro miedo”. La cita de este pasaje con la identificación de Cristo como el Señor (Jehová) hace irresistible la conclusión de que Jesús es Jehová.

7.  Deuteronomio 30:11-14. “Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que lo cumplas”. Este pasaje obviamente se está refiriendo a Jehová (v.10). No obstante, en Romanos 10:6-11, Pablo aplica esto específicamente a Cristo, Aquí está lo que dijo: “Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos, que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado”. La única conclusión es que Jesús es Jehová.

8.  Zacarías 12:10. El lector debe reconocer que los pronombres personales de este pasaje se aplican a Jehová Dios. El versículo se lee, “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito”. Nótese que el pasaje dice que mirarán a Jehová a quien traspasaron. Juan 19:37 aplica esta profecía Mesiánica a Jesús. Obviamente, Jesús es Jehová.

 

 

Pasajes Inexplicables

“Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria...” (Isaías 42:8). “¿A quién me asemejaréis, me igualaréis o me compara­réis para que seamos semejantes?” (Isaías 46:5 - Biblia de las Améri­cas). La respuesta es ¡a nadie! Sin embargo hay un número de pasajes los cuales enseñan que ciertas cosas pertenecen exclusivamente a Jehová las cuales mas tarde es dicho también que pertenecen a Jesús. Estos pasajes son contradictorios el uno con el otro a menos que Jesús sea Jehová. Aquí están un número de aquellos pasajes: Señor de Señores. En Deut. 10:17, Moisés dijo: “Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores ...” En Apoc. 17:14, Jesús es identificado como “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores ...” ¿Quién es el Señor de señores? Los pasajes no están en conflicto una vez que Jesús sea identificado como Jehová.

1.  Conoce los corazones de los hombres. En .1 Reyes 8:39, el escritor dijo que sólo Jehová “... conoce el corazón de todos los hijos de los hombres”. No obstante, Lucas 5:22 y Juan 2:25 dicen explícitamente que Jesús conocía los corazones de los hombres. Nuevamente, esto es armonizado mejor por medio de admitir que Jesús es Jehová.

2.  Escudriña la mente y da a cada uno según su camino. En Jeremías 17:10 el profeta dijo, “Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”. Sin embargo, el apóstol Juan en Apoc. 2:18,23 dice: “Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego ... yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras . Una vez mas esto se armoniza admitiendo que Jesús es Jehová.

3.  La Gloria de Dios. En Isaías 42:8, Isaías dijo: “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas”. Sin embargo, en Juan 17:5; 1:14, es dicho que Jesús tiene la gloria de Dios.

4.  La Honra de Dios. En Isaías 48:11, el profeta dijo: “Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro”. Sin embargo en Juan 5:23, Jesús mismo dice que “para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”. La única conclusión, a fin de evitar la contradicción, es que Jesús es Jehová.

5.  El Creador del Mundo. En Isaías 44:24, Jehová es identificado como el Creador de este Mundo; El dijo, “... Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo”. O como lo vierte la Biblia de las Américas: “... Yo, el Señor, creador de todo, que extiendo los cielos yo solo y afirmo la tierra sin ayuda”. La Versión Moderna vierte este pasaje así: “Yo soy Jehová, Creador de todas las cosas, el que da expansión a los cielos por sí solo, el que extiende la tierra, sin que haya nadie conmigo. El Nuevo Testamen­to enseña que Jesús es el Creador (Juan 1:3; Col. 1:16; Heb. 1:2). La única forma en que Jehová pudiera haber hecho esas cosas “él solo, por sí mismo, por sí solo, sin ayuda, sin que haya nadie conmigo” era si Jesús es Jehová.

Señor del Día de Reposo. En Exodo 20:8-11, el día de reposo es consagrado y apartado para Jehová; pertenecía a Jehová porque en ese día El reposó. No obstante, Jesús libremente enseñó que El era Señor del Día de reposo (Marcos 2:28). El fue culpable de blasfemia si no era primogénito de toda la creación” (prototokos pases ktiseos). Los Testigos afirman que “primogénito” implica un tiempo cuando Jesús no existió. Que esto es presionar una figura de lenguaje más allá de sus límites propuestos es evidente de las siguientes explicaciones de la frase: “Entonces las ideas principales que envuelve la frase son dobles; la una más directamente conectada con la concepción Alejandrina del Logos, la otra mas relacionada con la concepción Palestina del Mesías.

(1)  Prioridad de toda la creación. En otras palabras declara la absoluta preexistencia del Hijo. A primera vista pudiera parecer que Cristo es considerado aquí como uno, aunque el primerísimo de los seres creados. Sin embargo, esta interpretación no es requerida por la expresión misma. Los padres del cuarto siglo correctamente llamaron la atención al hecho de que el apóstol escribió noprotoktistos (primer creado - mw) sino prototokos.... Ni una vez el caso genitivo necesariamente implica que el prototokos Mismo pertenezca al ktisis, como será mostrado dentro de poco. Y si este sentido no es requerido por las palabras mismas, está directamente excluido por el contexto. De igual manera es inconsistente con la agencia universal en la creación la cual es atribuida a El en las siguientes palabras, en ajto ektisthe ta panta, y con la absoluta preexistencia y autoexistencia que es clamada para El ahí debajo, autos estin pro panton

(2)   Soberanía sobre toda la creación. El primogénito de Dios es el soberano natural, la cabeza reconocida, de la casa de Dios. El derecho de primogenitura pertenece al Mesías sobre toda cosa creada ... En su referencia Mesiánica esta idea secundaria de soberanía predomina­ba en la palabra prototokos, a lo que desde ese punto de vista prototokos pases ktiseos significaría ‘Señor soberano sobre toda la creación porvirtud de la primogenitura’ ... Más aún, tan completamente podría esta idea de dominio por virtud de prioridad eclipsar el sentido primario del término‘primogénito’ en algunos de sus usos, que es dado como un título de Dios mismo por R. Bechai en el Pentateuco, fol. 124.4 ...” (J.B. Lightfoot, Las Cartas de San Pablo a los Colosenses y Filemón, Págs. 146-147).

“Entre los Judíos, `primogénito’ llegó a utilizarse para designar a Dios mismo. A Jehová se le llamó `el primogénito del mundo’. R. Bechai, en Pent. 124.4, hablando de Dios, el Padre, dice: `Quien es primogenitus mundi’ ; yen Pent. 74:4, el gran rabino cambia el sentido de Exodo (v.13:2), de modoque Dios se llama`Primogénito’ aSí mismo (Lightfoot, Colosenses, Macmillan, 1886, Pág. 148). El título indicaba que El era antes de toda criatura y toda creación, que El las hizo, y que El poseía toda la autoridad y toda la dignidad de la primogenitura. ¡Pero nadie (ni los TJ) dirá que Dios el Padre también es una criatura! Esto refleja el significado corriente de la expresión `elprimogénitode toda criatura’ en una forma tan final que es absolutamente imposible inferirde ella que Cristo es una criatura; más bien es necesario concluir que El es Dios’ (J. stamn, Pensamiento Cristiano, BuenosAires, 1957, Págs. 169-170).

Finalmente, permítaseme exponer una última consideración que pueden interesar a los Testigos: en el griego existe la palabra ‘protoktistos’ que significa ‘la primera cosa creada’. Y este vocablo se hubiera usado aquí si el inspirado escritor hubiese querido indicar “... Esta es una expresión con respecto a la cual debemos tener cuidado, porque, tal como se la ha traducido al castellano, resulta sumamente ambigua. Decir que Jesús es el principio de la creación puede interpretarse en el sentido de que El habría sido la primera persona creada. Pero también puede significar que fue la causa motora de toda la creación, el que comenzó todo el proceso de la creación: tal como afirma R.C. Trench, `el principio dinámico’. No hay duda que el segundo es el significado que el autor quiso dar a su expresión. La palabra en idioma griego, es arché. En los escritos cristianos primitivos encontramos que Satanás fue el arché de la muerte, es decir, que la muerte tomó de él su principio y origen. También se afirma que Dios es el arche de todo lo que existe, o sea que es en Dios que todas las cosas tienen su principio y origen” (El Apocalipsis de Juan, Págs. 166-167).

Lenski dijo, “Por ningún medio este título significa que el Señor es la primera criatura creada; El es el Hijo de Dios increado quien es tan eterno como el Padre” (Interpretación de Apocalipsis, Pág. 153). A.T. Robertson añadió, “No la primera de las criaturas como los Arrianos y los Unitarios hacen ahora, sino la fuente originadora de la creación a través de la cual Dios obra...” (Word Pictures in the New Testament, Vol. 6, Pág. 321).

Con estos comentarios ante nosotros, no tenemos dificultad en entender la razón de las traducciones siguientes para traducir el pasaje como sigue:

“... Esto dice el Verdadero, el testigo fiel que dice la verdad, el origen de todo lo que Dios creó” (Dios Habla Hoy).

“... Este mensaje te lo envía el firme, el testigo fiel y verdadero, la fuente primaria de la creación de Dios” (La Biblia al Día).

“... Estas son las palabras del Amén, del testigo fiel y veraz, del soberano de la creación de Dios” (N.T. Versión Internacional).

“... El Amén, el Testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación de Dios, dice esto” (Biblia de las Américas). Y esta versión en su pie de nota al margen dice: “I.e, el origen o la fuente”.

La traducción del Nuevo Mundo en Apocalipsis 3:14 habla de “... el principio de la creación por Dios”, tratando de esta manera dar a entender que Cristo es la primera creación de Dios, pero si Dios hubiera querido decir esto, habría requerido la preposición upo, mientras que el Griego tiene el caso genitivo, tou Theou, el cual significa de Dios y no por Dios. El pasaje no enseña que Cristo fue creado por Dios, sino mas bien que El es el origen o la fuente primaria de la creación de Dios.

Por tanto, este pasaje, antes que confirmar la doctrina de los TJ la ataca. Coloca a Jesús por encima de la creación de Dios ya sea como su soberano o como su origen.

2. Colosenses 1:15. Este pasaje describe a Jesús como “el Jehová. La Roca. En .1 Cor. 10:4, Pablo relató algo de la historia de Israel. Dijo, “Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”. La única persona referida como la roca para Israel en el Antiguo Testamento era Jehová - “... ¿habrá Dios fuera de mí? No, ni hay Roca alguna; yo no la conozco” (Versión Moderna). La Biblia de las Américas dice: “... ¿Hay otro dios fuera de mí, o hay otra Roca? No conozco ninguna” (Isaías 44:8). La misma Traducción del Nuevo Mundo de los TJ vierte este pasaje así: “... ¿Existe Dios fuera de mí? No, no hay Roca. No he reconocido a ninguno”. No obstante, Jesús es identificado aquí como la Roca de la cual Israel bebió en el desierto. Pablo obviamente está identificando a Jesús como Jehová (Comp. Deut. 32:15).

8.  Apacigua el Mar. En el Salmos 89:8-9, el salmista dijo: “Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? Poderoso eres, Jehová, y tu fidelidad te rodea. Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; cuando se levantan sus ondas, tu las sosiegas”. No obstante, también Jesús sosiega el mar (Mat. 8:23 y Sig.). Jesús ejercitó el poder de Jehová porque El es Jehová.

9.        Salvador. En Isaías 43:11; 45:21 es identificado como el único Salvador. Sin embargo, el Nuevo Testamento enseña que Jesús es nuestro Salvador (Comp. Marc. 2:7; Tito 2:13). Jesús es capaz de ser nuestro Salvador y perdonar nuestros pecados porque El es Jehová.

Otras evidencias similares a estas pudieran ser añadidas para mostrar que las cosas que eran exclusivamente la característica de Jehová en el Antiguo Testamento fueron dichas que son verdad de Jesús en el Nuevo Testamento. Estas evidencias confirman lo que he estado buscando establecer, es decir, que Jesús es Jehová.

Colosenses 2:9

El libro de Colosenses fue dirigido a una iglesia que estaba incomo­dada por la herejía Gnóstica muy similar en doctrina a esa de los Testigos de Jehová. En lugar de decir que Jesús era Dios, el Gnosticismo decía que Jesús era una emanación de Dios. William Barclay describió la herejía Gnóstica como sigue:

“El Gnosticismo empezó con dos suposiciones básicas acerca de la cuestión. Primero, creía que sólo el espíritu es bueno, y que la materia es esencialmente imperfecta y mala. La materia es básicamente una cosa mala. Segundo, creía que la materia es eterna; y que el universo no fue creado de la nada — lo cual es la creencia ortodoxa — pero que esta materia defectuosa es el elemento y materia fundamental del cual fue hecho este mundo. Ahora, esta creencia básica tiene ciertas consecuencias inevitables y lógicas... Tiene su efecto sobre la doctrina de la persona de Jesucristo. Si la materia es conjuntamente mala, y si Jesús es el Hijo de Dios, entonces Jesús no pudo haber tenido un cuerpo de carne y sangre—así argumentaba el Gnóstico. Jesús debe haber sido una clase de fantasma [o espectro, jr] espiritual. El debe haberse observado como si tuviera un cuerpo, y aún así no tuvo uno. Por tanto, el cuento Gnóstico dice que cuando Jesús anduvo, dejó las huellas de sus pisadas en la tierra, porque no tenía cuerpo para dejarlas. Esto, por supuesto, remueve a Jesús completamente de la humanidad, y lo hace totalmente imposible de ser el Salvador de los hombres. Es para refutar esta doctrina Gnóstica que Pablo insiste en el cuerpo de carne y sangre de Jesús, e insiste que Jesús salvó a los hombres en el cuerpo de Su carne” (The Daily Study Bible, “La Carta a los Colosenses”, Págs. 118-119).

“Es mejor si pasamos a través de toda la perversión del Cristianismo por el Gnosticismo antes de mirar la resonante respuesta de Pablo a esto. El siguiente error el cual publicó el Gnosticismo fue la negación de la deidad única y total de Jesucristo. Los Gnósticos habrían trazado su descripción de las largas series y escalas de emanaciones entre el hombre y Dios. Luego salieron a decir que Jesús no era más que un eslabón en esa cadena; que podría aun ser el eslabón más grande; pero que no era más que de estos muchos seres que eran intermedia­rios entre Dios y el hombre. Para ellos él no era ya más único; era simplemente uno de muchos, aun si era el más grande de los muchos. La unidad directa y única de Jesús con Dios se fue, y aun en el mejor de los casos Jesús se clasificó en el más grande de los profetas” (Toda la Suficiencia de Cristo, Págs. 52-53).

Al igual que los Gnósticos, los Testigos de Jehová niegan la total deidad de Jesucristo; enseñan que Jesús era simplemente una emana­ción de Jehová y no Jehová mismo. En consecuencia, Col. 2:9 debe ser entendido como una completa negación de la doctrina Gnóstica de Cristo.

El pasaje dice, “Porque en él [Jesús - mk] habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Este pasaje declara que Cristo es el mismo Dios. Aquí están algunos comentarios acerca de este pasaje de respetados eruditos Griegos:

“Pablo declara aquí que `toda la plenitud de la Deidad’ mora en Cristo `corporalmente’. La frase `plenitud de la Deidad’ es especialmente enfática. Significa sin excepción todo lo que conforma a la Deidad, la totalidad de todo lo que entra en la concepción de la Divinidad ... La distinción es que the otes enfatiza que es la más grande extensión de la Divinidad la cual está en cuestión, mientras que theiotes podría ser tomada como refiriéndose a la Deidad en un nivel más bajo. No es simplemente tal divinidad como la que es compartida por todos los muchos dioses y muchos señores del mundo pagano, a lo cual los `héroes’ podrían aspirar, y obtener los `demonios’, toda la plenitud de lo que mora en Cristo como encarnado; pero esa Deidad que es peculiar al Dios mal alto, o, en vista de que Pablo está escribiendo con una conciencia monoteísta, esa Deidad sola es el Dios Supremo. Toda la plenitud de la suprema Deidad mora en Cristo corporalmente. No hay nada en el Dios que está sobre todo que no esté en Cristo... Pablo desea afirmar aquí — que todo lo que entra en la concepción de Dios,

y hace a Dios lo que entendemos por el término `Dios’, mora en Cristo, y está manifestado en El en conexión con un organismo físico” (“La Deidad”, Benjamin Warfield, The International Standard Bible Encyclopedia, Vol. 7, Págs. 1269-70).

“Cuando el apóstol describe a Cristo de esta manera tiene en mente a la deidad más reciente, no solo su divinidad. Se está refiriendo a la completa igualdad de la esencia del Hijo con la del Padre y el Espíritu Santo, su consubstancialidad, no su similitud. Está diciendo que esta plenitud de la deidad tiene su morada residiendo en Cristo, y esta corporalmente” (William Hendri ksen, New Testament Commentary: Colossians, Pág. 111).

“... San Pablo está declarando que en el Hijo mora toda la plenitud de la Deidad absoluta; no eran simples rayos de la gloria divina que lo iluminaban, que alumbraban su persona por una época y con un esplendor no suyo propio; sino que El era, yes, Dios perfecto y absoluto ...” (R.C. Trench, Sinónimos del Nuevo Testamento, Pág. 8).

Que Jesús es Dios no puede ser negado.

Los TJ niegan que Jesús sea completamente Dios; declaran que Jesús es “un dios” o “divino” pero negarán que El es Jehová Dios. En esencia, están diciendo que no toda la plenitud de la Deidad mora en Jesús. No obstante, Colosenses 2:9 enseña de otra manera; afirma que Jesús es Dios.

Contestando Los Argumentos de Los Testigos de Jehová

Ningún estudio de la doctrina de los TJ acerca de Cristo sería completo a menos que se considerara y contestara los varios argumen­tos usados por los Testigos para probar que Jesús era un ser creado antes que siendo Jehová Dios. Por tanto, en esta porción, me propongo considerar los pasajes y argumentos principales usados para probar que Jesús es un ser Creado.

1. Apocalipsis 3:14. La traducción Reina-Valera de este pasaje es como sigue: “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto”. Los TJ usan este pasaje para probar que Jesús fue el primer ser creado. La palabra Griega de la cual es traducida “principio” es arche; el correcto entendimiento de su uso en este contexto es esencial para el verdadero entendimiento de este versículo. “Arche siempre significa `supremacía’ ya sea en tiempo, oficio” (Diccionario Teoló­gico del Nuevo Testamento, por Kittel, Vol. 1, Pág. 479). Antes que llevar el significado de que Jesús fue el primer ser Creado, arche significa la primacía en rango de Jesús — que tiene el poder, el dominio y el oficio.

Considerando este mismo punto, William Barclay dijo:

dio a entender: que Jesús es el Hijo de Dios (Juan 20:31). Juan no dijo que Jesús era Dios el Hijo; solamente dijo que Jesús era el Hijo de Dios. Por Hijo de Dios Juan quiso decir un ser que no era la Segunda Persona de la Trinidad sino un ser creado inferior al Padre (Págs. 50-51). [La misma interpretación general de este pasaje, aunque en una forma ampliamente condensada, se encuentra en La Verdad Os Hará Libres, Pág. 266].

No obstante, esta interpretación, es un descarado intento por evadir la clara enseñanza del pasaje. En refutación de la exégesis de Juan 20:28 de los Testigos de Jehová, ofrezco las siguientes consideraciones:

(1)  ¿Qué otra expresión que no sea “mi verdadero Dios” puede significar la expresión “mi Dios”? Como vimos arriba, el Nuevo Testamento no reconoce ningún otro Dios además de Jehová Dios; cualquier otro dios que no sea Jehová es para los escritores del Nuevo Testamento un falso dios o un ídolo. Tomás, siendo un Judío, era un monoteísta estricto; para él no había dios además de Jehová. Cuando dijo, “mi Dios”, no pudo haber querido decir nada menos que “mi solo y único Dios verdadero”.

(2)  El argumento que los Testigos usan para apoyar su interpretación resulta contraproducente contra ellos. Aquí estaba un Judío monoteísta diciendo a Jesús: “¡Mi Dios!”. El hecho de que Jesús no reprendió a Tomás sino que lo alabó por su fe prueba decisivamente que Jesús era igual al Padre, que El mismo era el mismísimo Dios. Cuando es entendido de esta manera, la complacencia de Jesús en ser llamado Dios por Tomás está en completa armonía con el testimonio del resto de la Biblia acerca de El, y con Su complacencia en permitir a los hombres que lo adoren.

(3)  Que el entendimiento de los Testigos de Jehová de la expresión Hijo de Dios es errónea, y que Hijo de Dios en el Evangelio de Juan no puede significar menos que completa igualdad con el Padre, ya ha sido demostrado. Por tanto, no hay contradicción cualquiera entre la atribución de Tomás de completa deidad a Jesús y la declaración de Juan, “Pero estas [cosas] han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios ...” (Juan 20:31, TNM).

Por tanto, la negación de los Testigos de Jehová de la deidad de Cristo debe ser rechazada por todos los verdaderos creyentes como una herejía la cual desconecta el mismo corazón . Atanasio lo pone bien: “¡Jesús a quien yo conozco como mi Redentor no puede ser menos que Dios!”

Versión al Español Por:
Jaime Restrepo M.
Septiembre 19, 1993
Correo electrónico: jaremo@epm.net.co
www.elancladelevangelio.org

LA ENSEÑANZA DE LOS TESTIGOS DE JEHOVA
SOBRE LA

PERSONA DE CRISTO

Es necesario que hagamos una crítica evaluada de lo que exponen los Testigos de Jehová acerca de la persona de Cristo. Es importante que hagamos esto, en vista de que la confesión de la completa deidad de Jesucristo y de Su igualdad con Dios el Padre siempre ha sido una de las marcas distintivas del Cristianismo.

Un Renacimiento del Arrianismo

Un poco de orientación histórica será lo primero en el orden. Esencialmente, la visión de los Testigos de Jehová de la persona de Cristo es un renacimiento de la herejía Arriana del siglo cuatro D.C. Arrio (quién vivió aproximadamente del 280 hasta 336 D.C.) y sus seguidores (llamados Arrianos), enseñaban que el Hijo, a quien ellos llamaban el Logos o Verbo, tuvo un principio, que el término engendrar cuando se aplicaba a la generación del Hijo significa hacer, y que por tanto, el Hijo no era de la misma sustancia como el Padre sino una criatura que había sido llamada a la existencia por el Padre [J.N.D. Kelly, Early Christian Doctrines (London: Adam & Chass. Black, 1958), Págs. 227-228]. Los Arrianos enseñaban que hubo un tiempo cuando Dios estaba solo y aún no era un Padre [Reinhold Seeberg, Textbook of the History of Doctrines, trans. Chas. Hay (Grand Rapids: Baker, 1954), I, 203]. Arrio le atribuyó a Cristo solamente el ser solamente una divinidad subordinada, secundaria, creada. Afirmaba que tales títulos como Dios o Hijo de Dios cuando se aplicaban a Cristo eran simplemente títulos de cortesía: “`Aún si El es llamado Dios’, escribió Arrio, `El no es verdaderamente Dios, sino por participación en la gracia ... también es llamado Dios de nombre solamente’”, [Kelly, op. cit., Pág. 229. La cita es de Atanasio Contra los Arrianos, I,6]. Hasta este punto, virtualmente hay identidad entre las enseñanzas de Arrio y aquellos Testigos de Jehová de hoy día sobre la persona de Cristo.

No obstante, debiera ser tenido en mente, que también hay diferen­cias entre las enseñanzas de Arrio y aquellos de la Torre del Vigía. Entre aquellas diferencias pueden ser mencionadas las siguientes: Arrio y los Arrianos enseñaban que Cristo, el ser creado a través de quien Dios hizo el mundo, en el curso del tiempo asumió un cuerpo humano, aunque este era un cuerpo humano sin un alma racional [Kelly, op. cit., Págs. 281,283]. De esta manera, Arrio no concordaría con los Testigos de Jehová en que Cristo, quien era un ángel creado, se convirtió en un simple hombre y dejó de ser un ángel mientras estuvo en la tierra. Arrio sostenía que Cristo continuó siendo el Logos durante su permanencia en la tierra pero asumió un cuerpo humano y dirigió sus actividades; el Logos de esta manera tomó el lugar del alma humana en el ser lo cual resultó de esta unión. Arrio, por tanto, repudiaría la discontinuidad entre los estados prehumanos y humanos de Cristo lo cual está implícito en la Cristología de los Testigos de Jehová. Además, Arrio no negó la personalidad del Espíritu Santo. Enseñó que el Espíritu Santo era una “hipóstasis” o persona, pero que su esencia era completamente diferen­te a esa del Hijo. Mas tarde los Arrianos ampliaron este pensamiento hasta enseñar que el Espíritu Santo era la más noble de las criaturas producidas por el Hijo al mandato del Padre [Ibíd, Págs. 255-256]. Mientras negaban la deidad del Espíritu Santo, los Arrianos no negaron Su personalidad, como lo hacen los Testigos de Jehová. [Por tanto, podría ser observado que, aunque los Testigos de Jehová son básica­mente Arrianos en su visión de Cristo y la Trinidad, ciertamente son más heréticos que lo que fueron los Arrianos].

No obstante, sobre la pregunta básica de la igualdad del Hijo con el Padre, los Testigos toman la posición Arriana: El Hijo no es igual al Padre sino que fue creado por el Padre en un punto en el tiempo. Como es bien conocido, la iglesia rechazó la posición Arriana en el Concilio de Nicea en el 325 D.C. El Credo Niceno, redactado por este concilio y aceptado universalmente por los Cristianos hoy día, hizo la siguiente afirmación acerca de la deidad de Cristo:

Creemos ... en un Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, engendra­do del Padre, unigénito, eso es, de la sustancia del Padre ... engendrado no hecho, de una sustancia con la del Padre.... [Kelly, op. cit., Pág. 232].

Por asumir una vez nuevamente la posición Arriana sobre la persona de Cristo, los Testigos de Jehová se han separado a sí mismos del Cristiano histórico. En vista de que la Cristología de la Torre del Vigía es esencialmente Arriana, puede ser notado que uno encuentra en los escritos de Atanasio (295-373 D.C.), el archienemigo del Arrianismo, una efectiva refutación de las enseñanzas de los Testigos acerca de la persona de Cristo. Nótese, por ejemplo, la siguiente declaración: “Aquellos que llaman a estos hombres [los Arrianos] Cristianos están en un error grande y gravoso, como nunca habiendo estudiado la Biblia, ni entendiendo el Cristianismo en absoluto, y en la fe que este contiene” [Cuatro Discursos Contra los Arrianos, Discurso I, Sección 1, en los Padres Nicenos y Pos-Nicenos (Gran Rapids: Eerdmans, 1953), Segunda Serie, IV, 306]. El añade que llamar a los Arrianos Cristianos es equivalente a llamar a Caifás un Cristiano y reconocer a Judas como estando aún entre los apóstoles [Ibíd, I. 2]. Atanasio además comenta que, aunque los Arrianos usan lenguaje Bíblico, y citan frecuentemente la Biblia, su doctrina está de principio a fin sin base Bíblica [Ibíd, I. 8] — una declaración que podría con igual propiedad ser hecha acerca de hombre, el equivalente exacto de Adán antes de la caída. Cuando Pedro le dijo a Cornelio que no lo adorara (Hch. 10:25-26), el primero dio como su razón para rehusar esta adoración: “... yo mismo también soy hombre” (TNM). Aquí la Traducción del Nuevo Mundo vierte proskuneoo por rendir homenaje. Ahora, si Pedro le había dicho a alguien que no le rindiera homenaje porque él era solamente un hombre, ¿con qué derecho pudo Jesucristo, quien acorde a las enseñanzas de la Torre del Vigía era solamente un hombre, recibir homenaje de las personas sin reprenderlas?

Después de la resurrección de Jesús, así lo enseñan los Testigos, se convirtió en una criatura espíritu, de un estado mas elevado que el que había sido cuando vivió en la tierra como hombre, pero aún solamente una criatura. La vida que él disfruta ahora no es la vida de una Persona divina con una naturaleza humana sino la naturaleza de un ángel exaltado llamado Miguel. No obstante, en Apocalipsis 22:9, el ángel quien había estado hablando a Juan le dijo más tarde que no se postrara ni lo adorara (proskuneoo), sino que adorara (proskuneoo) solamente a Dios. Si Cristo después de su resurrección era solamente un ángel — el más alto, para estar seguros, que los otros ángeles, pero menos que Dios — ¿cómo pudo aceptar la adoración (proskuneoo) de las mujeres y los discípulos sin reprenderlos?

Todos estos ejemplos en los que Jesús fue adorado llegó a un clímax en la adoración de Tomás registrada en Juan 20:28. Cuando Tomás vio a Jesús la semana después que había expresado incredulidad en la resurrección de Jesús, le dijo, “¡Mi Señor y mi Dios!” (TNM). Si Jesús no era Dios, debería haber reprendido a Tomás en este momento. Sin embargo, en lugar de reprenderlo, Jesús alabó a Tomás diciendo: “¿Porque me has visto has creído? Felices son los que no ven y sin embargo creen” (v.29, TNM). Ciertamente aquí está una prueba indisputable que Jesús reconoció a Sí mismo ser Dios y no solamente lo permitió sino que animó a los creyentes a adorarlo como tal.

¿Qué harán ahora los Testigos de Jehová con este versículo? En una ocasión un Testigo que vino a la puerta del autor afirmaba que cuando Tomás dijo, “Mi Señor”, él estaba mirando a Jesús, pero que cuando dijo, “mi Dios”, estaba mirando al cielo y dirigiéndose al Padre. No obstante, como lo señaló el profesor Metzger, las palabras introductorias hacen esta interpretación imposible: “Tomás le dijo [eso es, a Jesús]: `¡Mi Señor y mi Dios!’” (TNM).

En “El Verbo” — ¿Quién Es? Según Juan los Testigos ahora conceden que Tomás dijo todas estas palabras a Jesús. No obstante, continúan y afirman que si Tomás hubiera querido decir que Jesús era el único Dios verdadero, Jesús ciertamente lo habría reprendido. En vista de que Jesús no lo reprendió, argumentan ellos, Tomás no pudo haber querido decir esto (Pág. 50). Entonces, ¿qué quiso decir Tomás cuando dijo a Jesús, “Mi Dios”? El quiso decir lo que el apóstol Juan nació ciego, habiendo sido informado por Jesús que El era el Hijo del hombre, dijo, “Creo, Señor; y le adoró” (Juan 9:35,38). [Aunque el texto de la Reina-Valera tiene aquí Hijo de Dios, Hijo de hombre es encontrado en los manuscritos más antiguos, y es por tanto, la mejor lectura. No obstante, es completamente evidente del contexto, que lo que es indicado aquí por proskuneoo no es un simple respeto por una persona en autoridad, sino adoración religiosa — la adoración que es, en efecto, un acto de fe]. Después de la resurrección de Jesús, de las mujeres que corrieron de la tumba vacía y de los discípulos en el monte en Galilea es dicho que adoraron a Jesús (Mat. 28:9 17). En cada uno de los casos anteriores es usada la misma palabra que es usada de la adoración de Dios: proskuneoo. En cada uno de los casos anteriores Jesús condescendientemente recibió la adoración rendida a El, y en ningún momento le dijo a alguno que no lo adorara. Y sin embargo, este es el mismo Jesús que había dicho a Satanás, “Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Mat. 4:10). Y el mismo Nuevo Testamento que prohibe claramente la adoración de una criatura — aún de una criatura angelical — ambos permiten y aprueban la adoración de Jesucristo. ¡Ciertamente aquí está una prueba clara de la deidad de Cristo!

A todo esto los Testigos de Jehová podrían contestar: el homenaje que fue mostrado a Jesús por estos varios individuos era solamente una clase de respeto mostrado a una criatura superior, y no implica que Jesús era Dios. ¿Cómo contestaremos esta objeción?

Será concedido que la palabra proskuneoo cuando se usó por los escritores del Nuevo Testamento no siempre designó la adoración de Dios. Como hemos visto, ocasionalmente podría ser usada de un acto de respeto pagado a una criatura. Pero es claro de las propias palabras de Jesús, así registradas en Mateo 4:10, que cuando proskuneoo designa un acto de veneración religiosa, significa adoración, y que tal adoración como es descrita por esta palabra puede ser ofrecida solamente a Dios. Y también será claro a cualquiera que se tome la tarea de estudiar los casos ya nombrados que el acto descrito en estos pasajes por proskuneoo no era menos que la veneración religiosa. [Aunque esto no está específicamente declarado en los ejemplos del leproso y Jairo, será recordado que ambos hombres se postraron a sí mismos delante de Jesús porque creían que El podía obrar un milagro para ellos. Aunque este acto ni aún puede haber sido una expresión de verdad, de la fe salvadora en ese momento, ciertamente era un acto de veneración religiosa en cada caso. Uno podría oponerse diciendo que los apóstoles, que eran solamente humanos, también obraron milagros. Cierto, pero las personas no se postraron a sí mismas delante de los apóstoles en adoración. Cuando una persona empezó a hacerlo así, fue reprendida (Hechos 10:25-26)

Además, debiera ser notado que, acorde a la enseñanza de la Torre del Vigía, mientras Jesucristo estuvo en la tierra era solamente un los Testigos de Jehová de hoy día. En otro lugar él acusa a los Arrianos de abrigar el mismo error como ese de los Judíos que crucificaron a Jesús en vista de que los últimos también rehusaron creer que Jesús era verdaderamente Dios, acusándole de blasfemia porque declaró ser igual a Dios [Ibíd, III, 27]. Los Arrianos, sostiene Atanasio, son el Judaísmo disimulado con el nombre de Cristianismo [Ibíd, III, 28].

Como puede ser esperado, muchos de los pasajes de la Biblia a los cuales apelaron los antiguos Arrianos son también aducidos hoy día por los Testigos de Jehová: pasajes tales como Proverbios 8:22; Colosenses 1:15; Juan 14:28; Marcos 13:32 y así sucesivamente. Una gran parte del Discurso I, todo del II, y la mayoría del III están ocupados con la tarea de refutar la interpretación Arriana de estos pasajes. Aunque hoy día los eruditos Bíblicos no concuerdan con la exégesis de Atanasio, mucho de lo que él dice en estos discursos es aún valioso para nosotros a medida que nos encontramos con la mala interpretación de la Torre del Vigía de estos y pasajes emparentados.

Apelando a Juan 1:3, el cual nos dice que sin el Verbo nada fue hecho, Atanasio pregunta, ¿entonces cómo el Verbo Mismo llegó a existir, si El era una de las “cosas que fueron hechas”? Si, al contrario, todas las cosas fueron hechas a través del Verbo, el Hijo Mismo no puede haber sido hecho, no puede ser una simple obra creada [Ibíd, II, 71].

Crítica de la Exégesis de la Torre del Vigía

Procedemos ahora a examinar algunas de las interpretaciones más importantes de la Torre del Vigía de los pasajes Bíblicos dirigidos a la persona de Cristo. Será recordado que los Testigos afirman estar guiados solamente por la Palabra de Dios y de ninguna manera por las opiniones de los hombres. Veamos si su uso de la Biblia en conexión con la supuesta condición de criatura de Cristo apoya su afirmación. [Innecesario decirlo, ningún intento será hecho aquí para dar un examen exhaustivo de la evidencia Bíblica para la deidad de Cristo. El material que sigue es un esfuerzo por refutar la típica interpretación Bíblica que los Testigos aducen para apoyar su propia visión de Cristo.

Pasajes del Antiguo Testamento. Comenzando con los pasajes del Antiguo Testamento, observemos primero un texto al cual apelan los Testigos de Jehová como enseñando que Cristo era un ser creado, Proverbios 8:22 - “Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras”. En ¿Que Ha Hecho la Religión Por la Humanidad? este pasaje es citado en la traducción de Moffat, previo a esta cita es hecho el comentario: “En los proverbios de la sabiduría él [el unigénito hijo de Jehová] habla de sí mismo como sabiduría y llama la atención a ser él una creación del eterno Padre celestial” [Comp. La Verdad Os Hará Libres, Pág. 43, donde un uso similar es hecho del pasaje].

Es interesante observar que los antiguos Arrianos también usaron este pasaje para apoyar sus visiones de la persona de Cristo, utilizando la traducción de los Setenta del versículo, “El Señor me creó (ektise) ...” [Kelly, op. cit., Pág. 230]. Tanto hicieron los Arrianos con este pasaje, que Atanasio consideró necesario dedicar la mayor parte de su segundo Discurso contra los Arrianos para una exposición de este pasaje [Discurso II, Secciones 18-82].

Aunque Proverbios 8:22 figuró largamente en las controversias Cristológicas de los primeros siglos, la mayoría de los intérpretes modernos concuerdan en que el propósito del autor de Proverbios era aquí no el de dar una descripción dogmática del “origen” de la Segunda Persona de la Trinidad, sino más bien exponer el valor de la sabiduría como una guía a ser seguida por los creyentes. En el empeño de este propósito, el autor presenta una personificación poética de la sabiduría. Por esta sabiduría personificada es hecha la declaración, “Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras”. El punto del pasaje es que la sabiduría es más antigua que la creación y por tanto, merece ser seguida por todos. Usar Proverbios 8:22 como base para una negación de la eternidad del Hijo — una doctrina claramente enseñada en el resto de la Biblia — es usar el pasaje en una manera no garantizada.

Isaías 9:6 es entendido comúnmente por los Cristianos que es una de las afirmaciones más claras del Antiguo Testamento para la deidad de Jesucristo que es encontrada en alguna otra parte. En la Traducción del Nuevo Mundo se lee como sigue: “Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; y el regir principesco vendrá a estar sobre su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Es reconocido aún por los Testigos de Jehová que este pasaje predice la venida del Mesías. No obstante, los Testigos evaden la clara enseñanza del pasaje cuando dicen, “El [Jesucristo] es un `Dios poderoso’, pero no el Dios Todopo­deroso quien es Jehová (Isa. 9:6)” [La Verdad Os Hará Libres, Pág. 47]. Sin embargo, la realidad de la cuestión es, que la expresión Hebrea aquí traducida Dios Poderoso (‘eel gibboor) también es usada en Isaías 10:21, donde la Traducción del Nuevo Mundo tiene: “El remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios fuerte”. Se vuelve claro del versículo 20 de este capítulo que el “Dios Fuerte” a quien el remanente de Jacob es dicho que está a punto de volver no es otro que Jehová, el Santo de Israel. Aún precisamente la misma expresión Hebreo, ‘eel gibboor en Isaías 10:21 y en Isaías 9:6. Si ‘eel gibboor en 10:21 significa Jehová, ¿por qué alargamiento de la imaginación puede la misma frase en 9:6 ser interpretada para que signifique algo menos que Jehová?

En esta conexión también debe ser observado que la palabra Hebrea ‘eel en Isaías usualmente indica Jehová, el único Dios verdadero; cuando no lo hace así (en Isaías 44:10,15,17; 45:20; 46:6), es usado para describir un ídolo hecho por las manos de los hombres. Ciertamente ¡sino que podía adorar solamente a Dios! [En cada pasaje aludido en esta sección, la palabra Griega para adorar es proskuneoo].

Ahora, ¿qué acerca de Jesucristo? ¿Hay alguna indicación en el Nuevo Testamento de que Cristo le prohibió a las personas que lo adoraran, como lo hicieron Pedro y el ángel? ¿En algún momento Cristo le dijo a alguien: “No me adores por soy solamente una criatura. Adora a Dios pero no me adores a mí”? No hay tal indicación. Al contrario, encontramos numerosos ejemplos donde las personas adoran a Cristo; en algunos de estos la adoración es recomendada o reconocida como evidencia de verdadera fe, y en ninguno de estos es prohibida esta adoración.

Miremos algunos de estos ejemplos. El leproso es descrito en Mateo 8:2 adorando a Jesús. [La TNM traduce aquí el verbo proskuneoo como rendir homenaje, aunque en muchos de los pasajes previamente discutidos tradujo este verbo con la palabra adorar. En la página 9 de la edición de 1951 de la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas, es dicho, “A cada palabra principal [del Nuevo Testamento] le hemos asignado un significado y hemos mantenido ese significado hasta donde el contexto lo permitió”. No obstante, en el caso de la palabra proskuneoo, los traductores de la TNM no le han asignado el mismo significado desde el principio hasta el fin; algunas veces traducen esta palabra adorar, y algunas veces rendir homenaje. Por supuesto, será concedido que hay casos en el Nuevo Testamento donde proskuneoo no significa adoración en todo el sentido de la palabra (por ej., en Mateo 18:26; en Marcos 15:19, y probablemente en Apoc. 3:9). Pero la cuestión es si los Testigos de Jehová son garantizados en usar la expresión más débil, rendir home­naje, en cada caso donde proskuneoo es usado en conexión con Jesús. Uno sospecha que no es la gramática sino las consideraciones teológicas las que los han llevado a traducir el verbo en esta forma]. Un principal, identificado por otros sinópticos como Jairo, es registrado como adoran­do a Jesús (Mat. 9:18). Después que Jesús hubo caminado sobre el agua y aquietado el viento, es dicho que los discípulos lo adoraron, diciendo, “... Verdaderamente eres Hijo de Dios” (Mat. 14:33). [Aunque la TNM tiene nuevamente rindieron homenaje antes que adoraron, es com­pletamente claro que la honra mostrada a Cristo por los discípulos en este momento no era una simple condescendencia a una criatura superior, sino la adoración de uno reconocido como igual a Dios. Al principio, Mateo había registrado las palabras del Padre en el bautismo de Jesús: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17). A la luz de estas primeras palabras, a la luz del monoteísmo Judío, y a la luz de lo que fue dicho acerca del entendimiento Judío de la expresión Hijo de Dios, ciertamente nada menos pudo haber significado aquí que la adoración de Cristo como uno que era Dios]. La mujer cananita adoró a Jesús, diciendo: “ ¡Señor, socórreme!” (Mat. 15:25). El hombre que palabra es usada en Apocalipsis 3:9 para describir la honra que sería rendida a la iglesia en Filadelfia por aquellos que eran de la sinagoga de Satanás.

No obstante, la pal abra proskuneoo es usada mucho más frecuente para describir la adoración de Dios. Es usada así en los siguientes pasajes: Mateo 4:10; Lucas 4:8; Juan 4:21-24; .1 Corintios 14:25; Apocalipsis 4:10; 7:11; 14:7; 19:4,10; 22:9. En efecto, Cristo mismo afirma con inequívoca claridad que la adoración en el sentido de veneración religiosa solo puede ser ofrecida a Dios. Porque cuando el diablo le pide a Jesús que se postre y lo adore (proskuneoo), Jesús responde, “... Es aJehovátuDios a quientienes que adorar(proskuneoo), y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado” (Mat. 4:10, TNM). [Jesús está citando aquí Deut. 6:13, donde el Hebreo tiene Yahweh Elooheykha , Jehová tu Dios. En efecto, en el pasaje de Mateo y en el pasaje paralelo en Lucas 4:8), Cristo es registrado como habiendo añadido una palabra que no aparece en el Hebreo: la palabra solo (TNM). De esta manera, Cristo hace el mandamiento aún más explícitamente exclusivo que lo que está en Deuteronomio]. Por tanto, sobre la base de estas palabras de Jesús, debiera ser claro que, si Jesucristo no es el mismo ser como Jehová, no podría ser adorado por los hombres. Los Testigos de Jehová enseñan que Jesucristo no es el mismo ser como Jehová. Por consiguiente, debiéramos esperar encon­trar al Nuevo Testamento prohibiendo la adoración de Cristo. Si embargo, al contrario, encontramos que en el Nuevo Testamento la adoración de Cristo no solo es permitida sino alabada.

Por vía de negación, deberíamos observar que la adoración de ciertos individuos aparte de Jehová o Cristo está específicamente prohibida. Como ya vimos, Jesús rehusó adorar al diablo. En el libro de Apocalipsis la adoración de la bestia — un símbolo apocalíptico del poder mundano anticristiano — es considerado el epítome de la rebelión contra Dios, castigable con el tormento eterno (Apoc. 14:9-11). En tres ejemplos específicos en el Nuevo Testamento, la adoración que es ofrecida a individuos solamente es rechazada por ellos. Cuando Cornelio se postró para adorar a Pedro, el último rehusó ser honrado, diciendo, “... yo mismo también soy hombre” (Hechos. 10:25-26, TNM). Cuando Juan el apóstol se postró para adorar al que le había estado hablando, el último le dice, “¡Ten cuidado! ¡No hagas eso! Yo simplemente soy coesclavo tuyo y de tus hermanos que tienen la obra de dar testimonio de Jesús. Adora a Dios ...” (Apoc. 19:10, TNM). Y cuando Juan nuevamente se postra para adorar, esta vez ante los pies del ángel que le había estado mostrando estas cosas que había visto, el ángel dice, “¡Ten cuidado! ¡No hagas eso! Yo simplemente soy coesclavo tuyo y de tus hermanos que son profetas, y de los que están observando las palabras de este rollo. Adora a Dios” (Apoc. 22:10, TNM). Nótese que en los últimos dos pasajes es afirmado explícitamente que Juan no podía adorar criaturas Isaías no tenía la intención de decir que la venida del Mesías sería un dios ídolo. También debe ser notado que la expresión ‘eel gibboor es, en la literatura del Antiguo Testamento, una designación tradicional de Jehová — véase Deuteronomio 10:17; Jeremías 32:18 y Nehemías 9:32. [La única diferencia entre estas expresiones y la de Isa. 9:6 es la adición de la pal abra gadool (significando “grande”), y del artículo definido. No obstante, en Isa. 10:21, el artículo definido también está ausente; sin embargo, inequívocamente la referencia es a Jehová. Comp. Comen­tario Sobre las Profecías de Isaías sobre Isa. 9:6 por Delitzsch]. Somos forzados a concluir que los Testigos de Jehová no han escuchado las Escrituras aquí, sino que simplemente imponen su visión preconce­bida de Cristo en la Biblia.

Pasajes del Nuevo Testamento. Probablemente el pasaje mejor conocido del Nuevo Testamento al cual los Testigos apelan es a Juan 1:1, el cual está traducido en la edición de 1987 de la Traducción del Nuevo Mundo como sigue: “En [el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios”. Nótese que la palabra Dios está en inicial mayúscula la primera vez que aparece en el pasaje pero no la segunda vez, y que en la segunda instancia está precedida por el artículo definido. La impresión que está traducción trata de transmitir es que la Palabra (Jesucristo) no es Dios sino un dios — no igual a Jehová Dios sino una deidad subordinada.

Por vía de refutación, debiera ser observado, primero, que los Testigos de Jehová de esta manera toman una posición politeísta (muchos dioses), afirmando que ahí existe, además de Jehová Dios, alguien que es un dios menor. Sin embargo, esta posición está en conflicto directo con la Biblia, la cual afirma en Deuteronomio 4:35, “A ti... a ti se te ha mostrado, para que sepas que Jehová es el Dios [verdadero]; no hay otro además de él” (TNM); y en 1 Corintios 8:4, “... un ídolo no es nada en el mundo, y que no hay más que un solo Dios” (TNM). ¿Entonces, cómo pueden los Testigos afirmar que Jesucristo es un dios? Para estar seguro, el Nuevo Testamento ocasionalmente habla de otros dioses aparte de Jehová, pero solamente en el sentido de falsos dioses. De esta manera, por ejemplo, en Hechos 28:6 el término un dios (theon) describe lo que los habitantes supersticiosos de Malta pensaron que Pablo era después de que habían observado que la víbora no le hizo daño. [Comp. también Hechos 14:11, donde la multitud en Listra es registrada diciendo acerca de Pablo y Bernabé, “... ¡los dioses [hoi theoi] ... han bajado a nosotros!” (TNM)]. Y en Gálatas 4:8 Pablo observa, “Sin embargo, cuando ustedes no conocían a Dios, entonces servían como esclavos a los que por naturaleza no son dioses (theois) (TNM). ¿Tienen los teólogos de la Torre del Vigía la intención de enseñar que Jesucristo es un dios en uno de los dos sentidos ya descritos? Sin embargo, las únicas veces que el Nuevo Testamento habla de dioses (theoi) aparte de Jehová es cuando está describiendo dioses falsos o ídolos. [Podría ser objetado que en Juan 10:34- 35 el término dioses (theoi) es aplicado a los jueces del Antiguo Testamento. No obstante, ciertamente, los Testigos no tienen la intención de decir que Cristo es un dios solamente en el sentido que estos jueces pudieran ser llamados dioses en vista de que ellos afirman que Cristo es superior a todas las otras criaturas]. Por tanto, por llamar a Jesucristo un dios, los Testigos de Jehová ciertamente se están haciendo a sí mismos culpables de idolatría y politeísmo.

En un apéndice encontrado en las páginas 1578-1579 de su Traduc­ción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (publicada en 1987), los editores de la Torre del Vigía explican por qué ellos han traducido Juan 1:1 como lo hicieron. Hacen claro que cuando la palabra theos (la palabra Griega para Dios) aparece primero en este versículo, aparece con un artículo definido (pros ton theon), mientras que cuando aparece la segunda vez, no tiene el artículo definido (kai theos hen ho logos). Los editores continúan justificando su traducción, “ y la Palabra era un Dios”, por medio de decir,

....La construcción del sustantivo con artículo señala una identi­dad, una personalidad, mientras que el complemento predicativo en singular y sin artículo que precede al verbo señala a una cualidad de alguien... (Pág. 1579).

En refutación, sea declarado enfáticamente que esta observación sencillamente no es verdad. En el artículo sobre theos en los léxicos Griego-Inglés mas recientes del Nuevo Testamento, es dicho que theos es usado en el Nuevo Testamento “completamente predominante del Dios verdadero, algunas veces con el artículo, otras veces sin el artículo” [Wm. F. Arndt y F. Wilbur Gingrich, Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento (Chicago: University of Chicago Press, 1957), Pág. 357]. En realidad, los Testigos de Jehová no siguen la regla mencionada arriba por ellos mismos en su Traducción del Nuevo Mundo. En el mismo capítulo en que Juan 1:1 es encontrado, por ejemplo, la palabra theos aparece al menos otras cuatro veces sin el artículo definido, y no obstante, en cada caso es traducida Dios, no un dios. En Juan 1:6 leemos, en la Traducción del Nuevo Mundo, “Se levantó un hombre que fue enviado como representante de Dios; su nombre era Juan”. En vista de que el Griego tiene para theou (no artículo definido), los Testigos, para ser consistentes con su observación acerca de la función del artículo definido, debieran traducir: “enviado como representante de un dios”. Sin embargo, ellos traducen aquí el theos sin artículo por Dios. En el versículo 12 la expresión tekna theou (nuevamente el theos sin artículo) es traducido “hijos de Dios”, y en el versículo 13 las palabras ek theou egenneetheesan son traducidas “... nacieron ... sino de Dios”. ¿Por qué no “hijos de un dios, y “nacieron sino de un dios? En quien el Padre santificó y despachó al mundo: `blasfemas’, porque dije: Soy Hijo de Dios?” (TNM). Colocando estos dos versículos juntos (si traducimos el versículo 33 como en las versiones estándares), vemos que el llamarse Cristo a sí mismo el Hijo de Dios era interpretado por los judíos como una declaración de igualdad con el Padre.

Además, cuando Jesús fue procesado por Caifás, se le preguntó, “¡Por el Dios vivo te pongo bajo juramento de que nos digas si tú eres el Cristo el Hijo de Dios!” (Mateo 26:63, TNM). Después que Jesús hubo contestado esta pregunta afirmativamente, el sumo sacerdote es regis­trado diciendo, “¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos?” (v.65 TNM). Obviamente, el sumo sacerdote entendió la expresión Hijo de Dios como significando completa igualdad con el Padre en vista de que llamó la asunción de este título por parte de Cristo como blasfemia. Si Jesús por el término Hijo de Dios quiso decir algo menos que igualdad con el Padre, por Su respuesta afirmativa sería culpable de declarar una falsedad, en vista de que para el Sanedrín este título significaba tal igualdad. Ciertamente, Si Jesús no tenía la intención de que Sus palabras fueran entendidas como significando lo que el sumo sacerdote y el resto del Sanedrín pensaron que significaba, pudo y debió haber corregido el entendimiento de ellos de estas palabras.

Cuando Jesús apareció antes Pilato, después del proceso ante Caifás, los Judíos dijeron al gobernador, “Nosotros tenemos una ley, y según la ley debe morir, porque se hizo hijo de Dios” (Juan 19:7, TNM). [No nos es dicho por qué en este caso la TNM no inició con mayúscula la palabra hijo, mientras que en Mat. 26:63, dando la pregunta del sumo sacerdote a Jesús, la palabra hijo es iniciada con mayúscula]. Nueva­mente, es cristal claro que los Judíos entendían la expresión Hijo de Dios, la cual Jesús reconocía como descriptiva de sí mismo, como significando nada menos que completa igualdad con el Padre. ¿Es probable, ahora, que los Testigos de Jehová de hoy día sepan mejor lo que Jesús declaraba ser, cuando se llamó a sí mismo el Hijo de Dios, que los Judíos que eran Sus contemporáneos?

Cristo Como el Objeto Correcto de Adoración. ¿Qué hacen los Testigos de Jehová con lo que es quizás la más clara afirmación directa de la deidad de Cristo en el Nuevo Testamento, las palabras de Tomás del Jesús resucitado, “¡Señor mío, y Dios mío!” Cuatro páginas de “El Verbo” — ¿Quién Es? Según Juan son dedicadas a una exposición de este pasaje (Págs. 48-51). No obstante, antes de evaluar la interpretación de este pasaje en este tratado, debemos observar primero lo que el resto del Nuevo Testamento enseña acerca de Cristo como un objeto correcto de adoración.

La palabra Griega proskuneoo, usualmente traducida adorar, es usada algunas sesenta veces en el Nuevo Testamento. Ocasionalmente podría designar el respeto dado por un hombre que es su superior, como en Mateo 18:26, donde la Reina-Valera traduce “le suplicaba”. La persona de Cristo es un tratado de 64 páginas publicado en 1962, titulado “El Verbo” — ¿Quién Es? Según Juan. Aunque mucho de lo que es encontrado en este tratado simplemente repite lo que ya había sido enseñado en las primeras publicaciones, son hechos uno o dos puntos que requieren alguna atención. Los autores afirman que el título Hijo de Dios, atribuido a Cristo por Juan el Bautista, Natanael, Juan el apóstol, Marta, y los Judíos, implicaba que Cristo no era la Segunda Persona de la Trinidad sino una persona inferior a Dios el Padre (Págs. 19-20; 24 y Sigs.). En prueba de esta contención los autores aducen la discusión de Cristo con los Judíos quienes habían tomado piedras para apedrearlo, registrado en Juan 10. Aunque Jesús dijo aquí, “Yo y el Padre somos uno”, contienden los autores, el no declaró ser igual al Padre, sino que más bien declaró ser menos que Dios (Págs. 25-26). Aunque el Antiguo Testamento hablaba de ciertos jueces como “dioses” (Juan 10:35 refiriéndose al Salmo 82:6), Jesús, es dicho, declaró aquí ser solamente el Hijo de Dios; en consecuencia, los Judíos estaban completamente equivocados cuando pensaron que Cristo estaba blasfemando (Págs. 27-28).

Por vía de refutación debiera ser señalado primero que, acorde a Juan 5:18, los Judíos procuraron matar a Jesús “... porque no solo quebraba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios” (TNM). Por tanto, los Judíos, no entendían la expresión Hijo de Dios como aparentemente lo hacen los Testigos de Jehová. Para los últimos, el término significa alguien inferior al Padre. No obstante, para los Judíos de los días de Jesús, el término era interpretado como significando completa igualdad con el Padre, y era sobre la narración de esta afirmación que ellos procuraban matarlo. Acorde a Lev. 24:16 uno que blasfemara el nombre de Jehová debía ser muerto por apedreamiento. En vista de esto, a los ojos de los Judíos, Jesús era un simple hombre, su declaración de igualdad con el Padre fue considerado blasfemia por ellos — un pecado digno de la pena de muerte.

Este punto se vuelve más claro cuando comparamos Juan 10:33 con Juan 10:36. En el primer versículo leemos, “Los judíos contestaron: No por obra excelente te apedreamos [a Jesús], sino por la blasfemia, sí, porque tú, aunque eres hombre, te haces a ti mismo un dios” (TNM). [Aquí la TNM es completamente engañosa. A la luz de Juan 5:18, citado arriba, de lo que los Judíos acusaron a Jesús fue de la declaración de ser igual a Jehová Dios. Aunque el artículo definido está ausente antes de theon en 10:33 (aparece solamente en p66, prima manus), se encuentra en Juan 5:18, donde también es declarado la razón por la qué los Judíos procuraban matar a Jesús: se hacía a sí mismo igual a Dios (too theoo). 10:33 debiera, por tanto, ser traducido como en las versiones estándares: “te haces Dios”]. El último pasaje se lee, “¿Me dicen ustedes a mí, a el versículo 18 leemos: “A Dios ningún hombre lo ha visto jamás ...” Pero el Griego nuevamente tiene el theos sin artículo: Theon oudeis heooraken. ¿Por qué los Testigos no traducen, “a un Dios ningún hombre lo ha visto jamás ...” Lo anterior hace claro que los Testigos de Jehová realmente no creen su propia declaración acerca del artículo y de la construcción del sustantivo sin el artículo en vista de que no siguen esta regla en su propia traducción. Estamos obligados a concluir que ellos traducen Juan 1:1 como lo hacen, no sobre la base de un estudio gramatical cuidadoso de la Biblia, sino sobre la base de sus propias presuposiciones doctrinales.

En la construcción particular en la que aparece theos en la última parte de Juan 1:1, este funciona como un sustantivo predicado prece­diendo al verbo copulativo hen, significando era. Los autores del apéndice aluden a lo anterior contendiendo que la ausencia del artículo antes del sustantivo predicado en Juan 1:1 indica que el sustantivo predicado designa meramente la clase a la que el sujeto está referido y excluye la idea de que la Palabra [o Verbo] es el mismo Dios como el Dios con quien es dicho que está (Pág. 1579).

No obstante, en respuesta, debiera ser observado que, acorde a un reconocido erudito Griego,

Un predicado nominal definido tiene el artículo cuando este sigue al verbo; este no tiene al artículo cuando precede al verbo. El versículo de abertura del evangelio de Juan contiene uno de los muchos pasajes en donde esta regla sugiere la traducción del predicado como un sustantivo definido ... La ausencia del artículo [antes de theos] no hace al predicado definido, indefinido o cualitativo cuando este precede al verbo; es indefinido en esta posición únicamente cuando el contexto lo demanda. El contexto no hace tal demanda en el Evangelio de Juan, pero esta declara­ción no puede ser considerada como extraña en el prólogo del evangelio el cual alcanza su clímax en la confesión de Tomás [Juan 20:28, “Señor mío, y Dios mío”].

Ernest C. Colwell, “Una Regla Definida Para el Uso del Artículo en el Griego del Nuevo Testamento”, Journal of Biblical Literature, LII (1933), 13,21.

A la luz de la regla de Colwell, un artículo definido no es necesario antes del segundo theos en Juan 1:1 para hacerlo definido. En realidad, los Testigos mismos testifican la validez de la regla de Colwell en su traducción de Juan 19:21, el cual en la Traducción del Nuevo Mundo se lee como sigue: “Pero los sacerdotes principales de los judíos empezaron a decir a Pilato: `No escribas: “El rey de los judíos”, sino que él dijo: “Soy rey de los judíos”’. Aunque en la primera parte del versículo la palabra para rey tiene el artículo definido (ho basileus) en la última parte de la palabra aparece sin el artículo definido (basileus eimi toon Ioudaioon). La construcción aquí es totalmente paralela a esa en Juan 1:1, en vista de que basileus es sustantivo predicado, precediendo al verbo copulativo eimi (Soy). Por tanto, en concordancia con el plan de acción anterior, los traductores de la torre del Vigía deberían haber traducido estas palabras: “Soy un rey de los judíos”. No obstante, completamente inconsistentes, consideran aquí el sustantivo predicado definido, aunque falte el artículo definido: “Soy rey de los judíos”. ¿Entonces, por qué no consideran el sustantivo predicado definido en Juan 1:1?

La respuesta no es difícil de encontrar. Los mismos Testigos de Jehová nos dicen por qué han adoptado su traducción de Juan 1:1 en la página 774 de su edición de 1951 de la Traducción del Nuevo Mundo:

....Es presuntuoso decir ... que la frase debiera ser traducida “y la Palabra era Dios”. Eso significaría que la Palabra era el Dios con quien la Palabra fue dicho que estaba. Esto es irrazonable; porque ¿cómo puede la Palabra estar con el Dios y al mismo tiempo ser ese mismo Dios?

Los Trinitarios responderán que, aunque la relación entre el Padre y el Hijo no es racionalmente explicable, no obstante, no es contraria a la razón. Si el Dios trino consiste de tres Personas en un Ser, el Hijo puede estar con Dios y ser Dios.

En este momento es llamada la atención del lector a lo que es quizás la más clara refutación erudita jamás escrita de las enseñanzas de la Torre del Vigía sobre la persona de Cristo: Los Testigos de Jehová y Jesucristo, por Bruce M. Metzger, Profesor del Lenguaje y la Litera­tura del Nuevo Testamento en el Princeton Theological Seminary. En este artículo de 20 páginas el Profesor Metzger aduce varios pasajes de la Biblia los cuales prueban la completa deidad de Jesucristo y luego procede a atacar las traducciones y exégesis de los Testigos de Jehová de un número de pasajes del Nuevo Testamento tratando con la persona de Cristo.

El profesor Metzger muestra, por ejemplo, en las páginas 76-77 de este artículo que los Testigos sin ninguna garantía han insertado la palabra otras cuatro veces en su traducción de Colosenses 1:15-17. La última parte del versículo 16, por ejemplo, que en la Reina-Valera se lee como sigue, “... todo fue creado por medio de él y para él”, ha sido traducida por los Testigos de Jehová como sigue: “... Todas las [otras] cosas han sido creadas mediante él y para él”. En vista de que la palabra otras no se encuentra en el texto Griego en ninguno de estos lugares, Metzger concluye que la palabra simplemente ha sido insertada por los traductores “para hacer que el pasaje se refiera a Jesús como siendo una parte con las otras cosas creadas”. Vemos nuevamente que los Testigos han contrabandeado su propia teología en sus traducciones. En la edición de 1987 de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras la palabra otras ha sido colocada dentro de corchetes en estas cuatro ocasiones. En la página 7 de su edición de 1987 leemos, “Los corchetes simples [ ] encierran palabras que se han insertado para completar el sentido del texto en español”. Aunque la adición de corchetes hace claro que la palabra otras no se encuentra en el original, la retención de la palabra en la edición revisada indica que la interpre­tación fundamental de esta mala traducción no ha sido repudiada.

En la página 78 uno encuentra una discusión de la traducción de la Torre del Vigía de Filipenses 2:6, “quien [Cristo], aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios”. La impresión dada por esta traducción es que Cristo no era igual a Dios y que aún menospreció tal igualdad. Metzger procede a demostrar que tal traducción reposa sobre un mal entendi­miento del Griego.

Siguiendo, el Dr. Metzger indica que la Traducción del Nuevo Mundo obscurece la clara afirmación de dos pasajes del Nuevo Testamento para la deidad de Cristo: Tito 2:13 y .2 Pedro 1:1 (Pág. 79). Cita la regla de Granville Sharp que cuando el Griego kai (y) “conecta dos sustantivos del mismo caso, si el artículo precede al primer sustantivo y no se repite antes del segundo, el último siempre se refiere a la misma persona que está expresada o descrita por el primer sustantivo”. Sobre la base de este principio de la gramática Griega, Metzger afirma que Tito 2:13 debe ser traducido, “... la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”; y que .2 Pedro 1:1 debe ser traducido, “... por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo”.

En las páginas 79-80 Metzger crítica la traducción del Nuevo Mundo de Apocalipsis 3:14, la cual hace que el Cristo exaltado se refiera a Sí mismo como “el principio de la creación por Dios”. El señala que “por Dios” habría requerido la preposición upo, mientras que el Griego tiene el caso genitivo, tou Theou, el cual significa de Dios y no por Dios. El pasaje, concluye Metzger, no enseña que Cristo fue creado por Dios, sino mas bien que El es el origen o la fuente primaria de la creación de Dios.

En las páginas 81-82 Metzger se dedica a los pasajes que parecen enseñar una subordinación de la persona del Hijo al Padre. Aclara, por ejemplo, que  ht, “... el Padre mayor es que yo”, no tiene la intención de describir una subordinación permanente del Hijo al Padre, sino que describe más bien la condición de Cristo mientras estaba en el estado de humillación en contraste a la gloria celestial que El estaba a punto de recibir.

Cristo como el Hijo de Dios. Una de las publicaciones de los Testigos de Jehová en la que fue expuesta y publicada su visión de la

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Entendiendo la Trinidad

Poniendo la Doctrina en Línea Recta

Antes de que podamos legítimamente defender o criticar la doctrina de la Trinidad, debemos hacer lo mejor de nosotros para entenderla. El lugar para empezar en este esfuerzo es definir nuestros términos. En este capítulo basaremos nuestra definición de la Trinidad en el Credo de Atanasio. La forma mas sencilla para definir la Trinidad es decir que es un Dios en tres personas. De esta manera, el Credo de Atanasio habla de la Trinidad como «un Dios» y «tres Personas». Pero esta definición necesita ser expandida si el concepto falso quiere ser evitado. Los Trinitarios (las personas que creen en la Trinidad) sostienen muy firmemente y sin compromiso la creencia en un Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son tres Dioses. (Los Mormones que creen que ellos son tres Dioses, afirman creer en la Trinidad pero eso hace muy claro que ellos rechazan la doctrina tradicional de la Trinidad en alguna forma). El Credo de Atanasio hace este punto repetidamente: «Y sin embargo ellos no son tres Dioses, sino un Dios ... Por tanto, nos está prohibido por la fe católica [universal] decir, que hay tres dioses o tres Señores». El Dios adorado por los Trinitarios es el un y único Dios; no reconocen a otros dioses en absoluto.

    Jesús no es otro dios al lado de Dios; él es Dios, junto con el Padre y el Espíritu Santo. Los TJ frecuentemente critican la Trinidad como si esta negara la calidad de único de Dios. Por ejemplo, ¿Debería Creer Usted en la Trinidad?1 expresa la visión de los Testigos, «... que la doctrina de la Trinidad es falsa, que el Dios Todopoderoso es singular, un solo ser separado, eterno y omnipotente» (Pág. 3, Pár. 5; en adelante, las citas de páginas entre paréntesis se refieren al folleto de los TJ ¿Debería Creer Usted en la Trinidad?). Pero los Cristianos creen que sólo el Dios Todopoderoso es eterno y omnipotente. La enseñanza Bíblica «... solo Dios es el Todopoderoso, el Creador, separado y distinto de toda otra persona ...» (Pág. 12, Pár. 2), es pensado por los TJ que contradice la Trinidad, mientras que está en completo acuerdo con ella. El escritor antitrinitario L.L. Paine es citado con aprobación cuando critica la Trinidad por apartarse del «monoteísmo estricto» (Pág. 12) - a pesar del hecho de que los Trinitarios sostienen estrictamente el monoteísmo (creer en un Dios). Es hecha la pregunta,

«¿Honra a Dios el decir que otra persona es su igual?» (Pár. 30, Pár. 4), como si la Trinidad enseñará que Jesús era un individuo aparte de Dios y aún igual con él, mientras que la Trinidad enseña que Jesús es Dios.

Irónicamente, son los TJ los que niegan el monoteísmo. Creen que en adición al «único Dios verdadero» (Juan 17:3), y además de los muchos dioses falsos, hay muchas criaturas que son correctamente honradas como «dioses» debajo de Jehová Dios. (Regresaremos a este punto en el capítulo 4).

    Otro aspecto de la calidad de único de Dios es el hecho de que no hay separaciones o divisiones o particiones en Dios. La doctrina Trinitaria sostiene que Dios es un solo ser infinito, trascendiendo los límites del espacio y el tiempo, no teniendo cuerpo ya sea material o espiritual (excepto el cuerpo que el Hijo asumió al hacerse hombre). De esta manera, el Dios trinitario no tiene partes. Usted no puede dividir el ser infinito en componentes. El Credo Atanasio afirma que Dios no está dividido por las tres personas cuando declara que la fe trinitaria no permite «dividir la sustancia» (usando «sustancia» para querer decir la esencia o ser de Dios). Consecuentemente, las tres personas, no son tres partes de Dios, sino tres personas distintas dentro de Dios, cada una de quienes es completamente Dios. Los TJ y otros antitrinitarios frecuentemente critican la trinidad como si enseñara o implicara que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo eran tres partes, componentes, o divisiones en Dios. De esta manera, del Espíritu Santo es dicho que «No es parte de una Trinidad» (Pág. 22, subtítulo). La idea de que Jesús era «parte de una Trinidad» es criticada como imposible (Pág. 23). La palabra parte es usada repetidamente en el folleto de los TJ para designar las personas en la Trinidad. Es señalado que «... si Dios estuviera compuesto de tres personas ...» la Biblia habría aclarado eso (Pág. 13, Pág. 4) — mientras que la Trinidad niega que Dios esté «compuesto» de alguna parte en absoluto.

    Hasta aquí nos hemos concentrado en explicar lo que los Trinitarios quieren decir cuando dicen que la Trinidad es «un Dios». Pero la declaración de que este un Dios es «tres personas» es también una que a menudo ha sido mal entendida. Las personas a menudo asumen que «persona» es usada para referirse a un ser individual separado, lo cual implicaría que tres personas divinas eran tres Dioses. La creencia en tres Dioses, llamada triteísmo, siempre ha sido condenada por los Cristianos trinitarios. Ya hemos citado la clara negación del Credo de Atanasio del triteísmo. Si «persona» es usada para significar un ser individual separado, entonces en ese sentido los trinitarios francamente confesarán la creencia de que Dios es una «persona».

   No obstante, hay otro sentido de la palabra persona que se enfoca no en una existencia separada sino en una relación; los trinitarios creen que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres «personas» en el sentido de que cada una es conocedora de las otras, habla a las otras, y ama y honra a las otras. De esta manera, Dios puede ser descrito como «una persona» o como «tres personas», dependiendo del significado de «personas». No obstante, para evitar confusión, los trinitarios tradicionalmente han acordado usar la palabra persona para referirse al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como distintas la una de la otra. Esta es la practica seguida en el Credo de Atanasio. Los Trinitarios reconocen que Dios habla en la Biblia como una «persona», en el sentido de un solo ser personal cuando se dirige a la humanidad o está hablando de su relación con el mundo. De esta manera, Dios se refiere a sí mismo como «Yo», y es tratado por los humanos como «usted» en singular. Esto no es estorbo para la creencia trinitaria, sino que se ajusta perfectamente, en vista de que los trinitarios creen que

las tres «personas» son un ser divino. También ajustándose perfectamente con la doctrina de la Trinidad está el hecho de que el Padre y el Hijo hablan ha y de uno a otro como personas distintas. Es simplemente un concepto equivocado preguntar si los trinitarios creen que Jesús oró a sí mismo cuando se dirigió al Padre. Esta puede ser una pregunta estorbosa para los

 

¿Por Qué Debería Creer Usted en la Trinidad? 3

ANOTACIONES

monarquistas (que niegan la Trinidad y enseñan que Jesús es Dios el Padre), pero los Trinitarios simplemente contestan que Jesús el Hijo oró al Padre. El trinitarismo reconoce cada una de las tres personas como distintas, no se confunden la una con la otra. De esta manera, el Credo de Atanasio declara que la fe trinitaria no permite «confundir las Personas».

   Finalmente, algo necesita ser dicho acerca de la cuestión de la sumisión del Hijo al Padre. Ningún trinitario cuestiona que cuando Cristo estuvo en la tierra vivió en sumisión a Dios el Padre. El Padre en el cielo fue exaltado mientras que el Hijo fue humillado; el Padre era mayor que Cristo (Juan 14:28). La naturaleza humana de Cristo en sí misma no era divina; la humanidad de Cristo fue creada, y por tanto, Cristo como hombre tenía que honrar al Padre como su Dios. De esta manera, el credo Atanasio declara que Cristo es «igual al Padre tocante a su Deidad e inferior al Padre tocante a su humanidad». No hay cuestionamiento desde una perspectiva trinitaria de que, como hombre, Cristo estaba en sumisión al Padre.

    No obstante, esta sumisión evidentemente transciende la vida histórica de Jesús en la tierra. El fue enviado por el Padre al mundo (1 Jn 4:9), implicando que en algún sentido Cristo estaba en sumisión al Padre antes de hacerse hombre. Sin embargo, al hacerse hombre, se convirtió en siervo de Dios (Fil. 2:8), implicando que él no estaba en una relación amo-esclavo con el Padre antes de hacerse hombre. Después de su resurrección y ascensión, Jesús continuó refiriéndose al Padre como su Dios (Juan 20:17; Apoc. 3:12) y considera al Padre Dios como su «cabeza» (véase .1 Cor. 11:3). Los Trinitarios tienen algunas formas diferentes de explicar estos hechos, pero todos ellos concuerdan en estas conclusiones.

    Primero, el Hijo siempre ha sido diferente del Padre, y siempre lo será.

    Segundo, en su naturaleza humana, Cristo siempre honrará al Padre como su Dios. (Los trinitarios creen que Jesús resucitó de los muertos como un hombre exaltado, no como un espíritu inmaterial, como lo enseñan los TJ).

   Tercero, aun antes de hacerse hombre Cristo gustosamente representó al Padre a los hombres y buscó honrar al Padre.

   Cuarto, en su naturaleza divina, Cristo siempre ha sido y será completo Dios, igual al Padre en naturaleza o atributos esenciales.

   Quinto, en su humanidad, Cristo se coloca en una relación diferente a Dios que la que tenía antes de hacerse hombre. De esta manera, Cristo en su naturaleza

divina es esencialmente igual al Padre, aunque relacionalmente (o funcionalmente)  subordinado o sumiso al Padre, especialmente en vista de que se hace hombre.

    Como veremos, casi todos los argumentos traídos contra la Trinidad por los TJ depende en algún grado del concepto equivocado de la Trinidad.

 

¿Más Allá del Entendimiento?

A la sugerencia de que ellos no entienden la Trinidad, los TJ son probablemente los replicadores de que nadie la entiende. El folleto ¿Debería Creer Usted en la Trinidad? cita de varios teólogos y fuentes eruditas para probar que aun los trinitarios admiten que ellos no entienden la doctrina. Es luego sacada la conclusión de que una doctrina que no puede ser entendida no es digna de creencia. Es verdad que muchos trinitarios — especialmente Católicos, pero también algunos Protestantes y Ortodoxos — declaran mas bien de plano que la Trinidad no puede ser entendida y que en este sentido es un «misterio». El punto que ellos están haciendo es válido, aunque el parafraseo no es preciso. Un «misterio» en términos Bíblicos generalmente es un secreto desconocido en  tiempos pasados para el hombre pero ahora revelado, antes que una verdad que el hombre no pueda entender. Aun, estos misterios tienden a tener un elemento «miste

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