Vuestra justicia no es una ofrenda grata

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Leer Mt 6:1
“Tiemblo por la labor de dar la palabra de Dios desde mi humanidad” (Pastor Israel,2018)

Advertencia al error de la justicia humana

Jesucristo señala reiteradamente, en el sermon del monte, el error de los fariseos al depositar la confianza en las acciones que pudiesen realizar desde su humanidad. En esta ocasión, el espacio es dedicado para hablar de las ofrendas.
Guardaos es semejante a un llamado de atención a los filisteos, tal como si el el GPS de un automovil advierte que el camino tomado no es el correcto. Cuál es el error que esta señalando Jesús? El error es vuestra justicia. Y lo que le demuestra la esencia del error es el pronombre posesivo: vuestra. Esta aclaracion sirve para demostrar el error. No es un dato menor que Jesus no les advierte que se guarden de “hacer justicia”, sino que el problema radica en que los fariseos estaban presentando su ofrenda segun el estandar que ellos mismos ponian.
MacArthur, escribe acerca de este señalamiento que hacia Jesús:
Mostrando que la rectitud de los fariseos era deficiente al exponer la hipocresía de ellos
Cuál era el motivo de que actuaran bajo su propia justicia? La preposición “para” precede al motivo de sus acciones: Ser visto por los hombres.
En otros pasajes de la Biblia, se observa como Jesús vuelve a señalar
Mt 23:5-8, Dt 6:8, Dt 11:18 -20
Ilustracion: “Perdon, creí que era el pastor.”
A diferencia de los fariseos, Pablo si comprende este advertencia que realizó Jesús y sirve para que el afirme al evangelio de Cristo como único y verdadero a los Galatas:
Galatas 1:10
10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Señalamiento a una ofrenda vana

Luego, de realizar la advertencia, Jesús realiza una afirmación que desalienta todo esfuerzo del ser humano por agradar al Señor según sus propios métodos y fuerzas: “No tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos”
“No tendréis recompensa” - Jesús realiza una afirmación y cierra la oportunidad a la posibilidad que sea una ofrenda grata, aquella que es dada conforme a los parámetros humanos.
Cuando Samuel, fue a buscar el rey que sería sucesor de Saúl, intento realizar la búsqueda conforme a los parámetros que su vista humana le dictaba, pero se encontró con un llamado de atención semejante al “Guardaos” inicial de este versículo:
1 Sa 16:7
Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
vuestro Padre que está en los cielos” - Jesús recuerda a sus oyentes, la santidad de Dios al referirse a Él como ser supremo que está apartado en los cielos, gobernando sobre todas las cosas.
Sproul en su libro: “La Santidad de Dios”, escribe acerca de un caso muy controversial para discusión:
“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.” (Levítico 10:1–2)
Más que cualquier otro, Moisés y Aarón tenían una relación íntima con Dios. Así, uno esperaría un poco de tolerancia de parte de Dios para con los hijos de Aarón. Pero no la hubo.
La respuesta que recibe Aaron ante este hecho fue la siguiente:
“Entonces dijo Moisés a Aarón: esto es lo que habló Jehová diciendo: en los que a mí se acercan me santificaré y en presencia de todo el pueblo seré glorificado.” (Levítico 10:3)
El mismo Dios Santo del Antiguo Testamento, continúa siendo el Dios santo que demanda santidad hoy en día.

Conclusión

Exponer testimonio con la limpieza del baño
Al entender este versículo y la ineficiencia de lo que podamos realizar según nuestras ideas o fuerzas, debe existir gratitud en nuestro corazón y voltear hacia la cruz para ver la misericordia de Dios sobre nosotros. Cuando en lugar de recibir el castigo que merecíamos, se encuentra Jesús colgado en el madero para presentarse como ofrenda perfecta y agradable a la santidad de Dios. Porque si acaso fuese bajo nuestra propia justicia, si acaso nuestra salvación dependiese de nuestras fuerzas o atención para no alcanzar 25 puntos en su régimen disciplinario, seguramente correríamos con misma suerte de Nadad y Abiu. Consideremos pues, que nuestra propia justicia, no nos hace parecer mejor que otro delante de Dios, sino que solamente tenemos la garantía que habrá de ser reprochada por Dios.
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