ESCLAVOS & AMOS; OBREROS & PATRONOS
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Trabajando bajo dependencia
Trabajando bajo dependencia
EFESIOS 6:5–8
Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;
no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón, haciendo la voluntad de Dios;
sirviendode buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre
EFESIOS 6:5–8
Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;
no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón, haciendo la voluntad de Dios;
sirviendode buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre
Gracias a Dios, hoy ya no existe la esclavitud, al menos como institución. Decimos esto porque puede haber otras clases de esclavitud. Y de hecho las hay. (Pero ese es un tema que merece consideración aparte).
Los principios señalados por Pablo en este pasaje sirven para cualquier persona que trabaje en relación de dependencia (sea siervo o sea libre) en una empresa privada o estatal, en una fábrica, en un comercio, en una institución, o en cualquier otro lugar
TRES PRINCIPIOS QUE DEBE TENER EN CUENTA TODO EL QUE TRABAJA EN RELACIÓN DE DEPENDENCIA
EL PRINCIPIO DE LA OBEDIENCIA
Siervos, obedeced…
Aunque hoy ya no haya esclavitud, el principio de la obediencia sigue vigente dentro de cualquier estructura de trabajo o ámbito laboral.
Dondequiera se hallen dos o más personas relacionadas en un emprendimiento de trabajo se hace necesario que haya un orden de autoridad.
Esa autoridad puede estar representada por un encargado, un jefe, un capataz, un gerente, un pastor o anciano. el mismo dueño de la empresa o alguna persona que él haya designado.
Cuando la empresa o la institución en la que trabajamos incluye a muchas personas, se diseña un organigrama vertical de cargos, indicando diferentes niveles de responsabilidad y autoridad.
Siempre tenemos un inmediato superior al que debemos sujeción y obediencia, así como también a todos aquellos que están sobre él dentro de la escala jerárquica.
Esta obediencia, en la práctica, significa aceptar las indicaciones que se nos dan y cumplirlas con buena disposición.
La única excepción en cuanto al cumplimiento de esta regla tiene que ver con que el superior nos exija hacer algo contrario a la voluntad de Dios: mentir, sobornar, robar, o realizar alguna acción corrupta, ilícita o criminal. En ese caso se aplica un principio superior: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 4:19).
…obedeced…con temor y temblor
Esto implica que además de obedecerlos debemos respetarlos. La obediencia tiene que ver con una acción externa; el respeto, con una actitud interior que revela un corazón manso y humilde. Lo contrario al respeto es la insolencia.
Pablo, escribiendo a Tito (2:9–10), le dice: Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. Esta conducta por parte de los que somos discípulos de Jesús es un gran testimonio ante aquellos que son nuestros jefes. Aún de los que son difíciles de soportar: Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente (1 Pedro 2:18–19).
…obedeced…con sencillez de corazón, como a Cristo
La obediencia debe ser lisa y llana, simple y directa. Sin complicaciones ni vueltas. Sencillamente debemos hacer lo que se nos dice. Debemos obedecer como a Cristo, aceptando lo que se nos ordena como que viene de parte del Señor.2. EL PRINCIPIO DEL SERVICIO