Marcos 1:1

Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 24 views
Notes
Transcript

Esta es la Buena Noticia acerca de Jesús el Mesías, el Hijo de Dios

1Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.

San Marcos I. LA PRESENTACIÓN DEL SIERVO DE DIOS 1:1–8

a. El tema: las buenas nuevas acerca de Jesús. Es un “principio” que no tiene fin. Este evangelio no presenta filosofías o principios de ética sino que presenta a una Persona.

es principio del evangelio de Jesús en relación a su paso por este mundo; la historia continúa en la vida de la iglesia tras la resurrección.

el anuncio de algo bueno, que en el contexto pagano se refería al anuncio del nacimiento de un hijo al emperador o de una victoria militar.

La Septuaginta (LXX) relaciona habitualmente este término con el anuncio de la restauración de Israel y la venida del reino de Dios.

no es menos claro que la buena noticia de la cercanía del reino de Dios está vinculada y se hace concreta en la vida y obra de Jesús.

Marcos usa «Jesús», lo cual afirma el énfasis teológico del autor respecto a la humanidad de Jesús, mientras su deidad permanece velada (es decir, el secreto mesiánico) hasta concluir su divina misión (el Siervo sufriente).

Comentario del contexto cultural de la Biblia: Nuevo Testamento 1:1–15: Presentación de aquel que trae el Espíritu

El término griego traducido como *“evangelio” se refiere a las buenas nuevas que llevaba un heraldo, y la traducción griega de Isaías utilizó el verbo afín para referirse a la buena noticia de que Dios estaba restaurando a su pueblo y que traería el *reino de Dios.

El Evangelio según San Marcos 1:1–8 El ministerio de Juan el Bautista

le da al Salvador un título eminente. Su nombre es Jesús, porque efectivamente “él salvará” (véase Mt. 1:21; 11:27–30; Jn. 14:6; Hch. 4:12). Al nombre personal Jesús, se le añade el nombre oficial de Cristo, que es el equivalente griego de la palabra hebrea Mesías, que significa Ungido (véase Is. 61:1; cf. Lc. 4:16–21). Indica que el portador de dicho título fue ungido por el Espíritu Santo. Es la unción del Espíritu la que separa, comisiona, habilita y ordena a Cristo a los oficios de Profeta, Sacerdote y Rey, a fin de llevar a cabo la labor de salvar a su pueblo para la gloria del Dios Trino.

El Evangelio según San Marcos 1:1–8 El ministerio de Juan el Bautista

Después de “Jesucristo”, se añade el título “el Hijo de Dios”. En su Evangelio, Marcos no sólo aplica una y otra vez este título a Jesús (además de 1:1, véase también 3:11; 5:7; 9:7; 14:61, 62; 15:39), sino que el título armoniza con el hecho de que a través de todo su libro, Marcos constantemente le atribuye a Jesús cualidades y actividades divinas, mostrando así que el escritor considera que el Salvador es efectivamente el Hijo de Dios en el pleno sentido trinitario

Mateo hasta Lucas (Tomo 6) A. “La Clave”, 1:1

Hijo de Dios el más sublime posible de los títulos. La deidad de nuestro Señor era la roca sobre la cual los primeros cristianos basaron su fe.

Marcos Explicación del texto

“Cristo” (χριστός) originalmente era un adjetivo que significaba “ungido”; se traduce del hebreo māšîaḥ. Ungir con aceite simbolizaba que se era elegido para el servicio a Dios, y los reyes y sacerdotes de Israel eran ungidos. Para el siglo primero, el término se había convertido en título para el rey escatológico prometido procedente de la línea de David

Comentario Bíblico del Maestro Legitimado por Dios: Marcos 1:1–13

Legitimado por Dios: Marcos 1:1–13

Desde el comienzo Marcos deja en claro que su evangelio era sobre “Jesucristo, Hijo de Dios”. Rápidamente Marcos se dedica a comprobar esa verdad.

Había un hombre llamado Juan que apareció, bautizado en una zona desierta de Judea. Su mensaje, profetizado en el Antiguo Testamento, se refería a una persona que estaba por llegar. Y fue “en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán” (1:9).

Marcos cuenta que, al salir Jesús del agua, después de ser bautizado, vio Juan que los cielos se abrieron y el Espíritu de Dios descendió sobre Jesús. Y Juan oyó una voz de los cielos que decía: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia” (1:11).

Jesús fue primeramente legitimado por Dios mismo. Y Juan el Bautista fue testigo de eso. Con ese comienzo, Marcos trata de dejar en claro que Jesús es verdaderamente el Hijo de Dios.

Las palabras “Hijo de Dios” expresan más cosas a la mentalidad judía que a la nuestra. Eran nada menos que una afirmación de la divinidad de nuestro Señor. Eran una declaración de que Jesús era Dios mismo e “igual a Dios” (Juan 5:18).

Aférrense los creyentes a esta doctrina con más atención. Con ella, están sobre una roca. Sin ella, no hay nada sólido bajo sus pies. Nuestros corazones son débiles. Nuestros pecados son muchos. Necesitamos un Redentor que pueda salvar a los más alejados y liberarlos de la ira venidera. Tenemos un Redentor así en Jesucristo. Él es “Dios fuerte” (Isaías 9:6).

Observemos, en segundo lugar, que el comienzo del Evangelio fue un cumplimiento de la Escritura. Juan el Bautista comenzó su ministerio “como está escrito en Isaías el profeta”.

No había nada imprevisto y tramado repentinamente en la venida de Jesucristo al mundo. En el mismo comienzo de Génesis encontramos una predicción de que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente (cf. Génesis 3:15). Por todo el Antiguo Testamento encontramos que se anuncia esto mismo cada vez con mayor claridad. La promesa de que un día vendría un Liberador y Redentor fue renovada frecuentemente a los patriarcas y repetida por los profetas. Su nacimiento, su carácter, su vida, su muerte, su resurrección, su precursor: todo había sido profetizado mucho antes de que ocurriera. La redención se desarrolló y se cumplió paso a paso tal como “estaba escrito”.

Nota de Eli
No hay buenas noticias si primero no hay malas noticias
Las malas noticias son las del pecado y sus amargas consecuencias. El hombre no puede hacer nada para salvarse a sí mismo, es indispensable que alguien ocupe nuestro lugar y pague por nuestras culpas. Ese alguien vino y cumplió plenamente todo lo prometido y predicho; eso es lo que Marcos llama con toda razón las buenas nuevas. Por eso no debe extrañar que más tarde fuera escogida la palabra evangelio para designar en el Nuevo Testamento los cuatro registros que nos narran la historia de Jesucristo. Él es la buena noticia
El evangelio es el mensaje de salvación que se dirige a un mundo perdido en el pecado. La parte más importante de estas buenas nuevas no es lo que nosotros hemos de hacer, sino lo que Dios ya ha hecho en Cristo.
aunque era el propósito del evangelista relatar principalmente los hechos externos y palpables de la vida pública del Señor, sin embargo, reconocía Marcos en Cristo, en común con el cuarto evangelista, la gloria del Unigénito del Padre.
Marcos no narra la vida de Jesús de Nazaret como si se tratara de una simple biografía; les muestra a los lectores que Jesús de Nazaret es “Jesucristo, el Hijo de Dios”. Estas son las buenas nuevas que cada lector necesita oír. Los pecadores necesitan un Salvador.
“Principio”, la palabra que da inicio al Evangelio de Marcos lleva a los que están familiarizados con la Biblia a Génesis 1:1, donde leemos: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Con la llegada de Jesucristo, nos dice Marcos, hay un nuevo comienzo, una nueva creación. Con su venida culminan todas las profecías del Antiguo Testamento respecto al Salvador, que venía a redimir a los hombres del pecado y de la muerte eterna.
Las palabras “Hijo de Dios”, con las que termina Marcos la primera oración de su evangelio, enfatizan y destacan el punto desde donde el evangelista está presentado su narración de las buenas nuevas de Jesucristo. Aunque Jesús fue rechazado por su propio pueblo y crucificado como malhechor, Marcos nos muestra que Jesús fue todo menos eso. A la pregunta “¿quién es Jesucristo?”, él nos responde: Este hombre es el Hijo de Dios.
Estudiando el evangelio de Marcos llegamos paso a paso a la misma conclusión a la que llegó el centurión al pie de la cruz: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (15:39). Jesucristo de Nazaret, que vivió como hombre entre los hombres, que sufrió el cansancio, el hambre y la sed, y también experimentó el dolor y la muerte, no sólo fue un personaje ilustre, un maestro elocuente y un portentoso obrador de milagros; él es Dios el Hijo, es Dios junto con el Padre y el Espíritu Santo.
El propósito de Marcos, otorgado por Dios, es el de llevarnos a reconocer al hombre Jesucristo como el Hijo de Dios mismo y a confesarlo como tal
El término “nuevas” daba a entender que algo significativo había ocurrido.
“El evangelio” es la proclamación del poder de Dios a través de Jesucristo para salvar a todos los que creen
«del evangelio» Siendo Marcos probablemente el primer Evangelio escrito, esta es la primera vez que el término euangelion
Esto es una obvia alusión a Isaías 61:1, y posiblemente a Isaías 40:9 y 52:7.
El versículo 1 no es una oración completa, posiblemente sea el título del texto.
En el judaísmo del siglo I d.C., por lo general el padre elegía el nombre del hijo. En este caso, el Padre celestial a través del ángel le dio el nombre al Hijo. Los nombres judíos solían tener significados simbólicos y este no fue la excepción. Jesús es la combinación de dos nombre hebreos: (1) Yahvé y (2) salvación.
Related Media
See more
Related Sermons
See more