Sermon Tone Analysis

Cada vez que digo a mis estudiantes “la próxima semana tendremos prueba”, todos se ponen nerviosos, se preocupan, y se angustian.

Después de tantos años de enseñar, no recuerdo una vez que uno de ellos haya dicho “¡dénoslo ya!” o “¡que bueno que tendremos prueba!

¿Por qué?

Porque a nadie le gusta pasar por pruebas.

Si dependiera de nosotros, no quisieramos que sucedieran.

Pero veamos lo que dice Santiago...

Leer Stg 1:2-8

Algunas verdades importantes sobre las pruebas y aflicciones...

Las pruebas son inevitables.

De antemano, el escritor asume que las pruebas van a venir.

Job, el hombre que pasó por pruebas difíciles, que ni usted ni yo quisieramos pasar, concluyó que son parte de la vida en este mundo caído:

No importa lo que hagamos, las pruebas siempre estarán presentes y vendrán en diferentes formas.

Vienen en diferentes formas.

“...cuando se hallen en diversas pruebas,” 2

“poikilos”: variado, colorido

Recuerdo que en la escuela nos enseñaban sobre los animales “poiquilotermos”, aquellos que tienen la capacidad de variar su temperatura (iguanas, cocodrilos, hormigas, etc.)

Santiago habla de una variedad de pruebas.

Entre ellas, podemos mencionar:

Pruebas financieras o escasez económica, cuando no tenemos lo suficiente para cubrir los compromisos adquiridos.

Pruebas emocionales, cuando enfrentamos tristeza, angustia, aflicción, preocupación, falta de paz, desesperación, y soledad.

Pruebas espirituales.

La palabra griega πειρασμόi se traduce de dos maneras: pruebas y tentaciones.

Cuando se usa en el aspecto espiritual se traduce como “tentación”.

Las pruebas espirituales son, por lo tanto, todo aquellos ataques de Satanás para que pequemos.

Estas son más comunes que todas las otras porque las enfrentamos todos los días.

Pero no importa el tipo de pruebas que pasemos, todas deben enfrentarse con buena actitud.

Deben enfrentarse con buena actitud.

“Tengan por sumo gozo…cuando se hallen en diversas pruebas,” 2

La palabra usada (χαρά) describe aquello que es causa de gozo o alegría.

Pero, ¿Cuál es la reacción común del hombre cuando viene la prueba?

¡Quejarse!

¡Enojarse con Dios! ¿Por qué?

Porque solamente vemos el lado doloroso de la prueba.

Cualquiera que sea la prueba que te venga, puedes estar seguro que Dios te hará salir victorioso.

El salmista lo reconocía:

Algo que puede ayudarnos a enfrentarlas con buena actitud es saber que las aflicciones nos hacen recordar nuestra fe y nos identifican con Cristo:

2TI 3:12 Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos.

Son permitidas y controladas por Dios.

No suceden sin el permiso de Dios.

El diablo no podía hacer nada contra Job si Dios no se lo hubiera permitido.

Él econocía que Job estaba protegido por Dios:

“Por eso te teme”, le dijo el diablo al Señor.

Entonces Dios le dio permiso limitado para tocar a Job:

Todas tienen un buen propósito.

Dios no hace nada para nuestro daño, sino todo para nuestro bien.

Si estás pasando por una prueba, Dios la ha permitido y tiene un buen propósito.

Quizás no lo veas ni lo entiendas, pero Él tiene algo bueno para ti en mente.

No olvides que “para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien”.

Rom 8 28

RUT 1:21 Llena me fui, pero vacía me ha hecho volver el Señor.

¿Por qué me llamáis Noemí, ya que el Señor ha dado testimonio contra mí y el Todopoderoso me ha afligido?

ISA 48:10 He aquí, te he purificado, pero no como a plata; te he probado en el crisol de la aflicción.

1CO 10:13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla.

Las pruebas tienen beneficios.

Nos enseñan obediencia.

Algunas veces, Dios usa las pruebas como intrumento de disciplina, como el cayado que sirve para halar las ovejas descarriadas y traerlas de nuevo al redil.

Eso es lo que le pasó a David cuando anduvo en desobediencia, Dios permitió una prueba que le hizo reconocer su desobediencia y lo hizo volver a obedecer:

Las pruebas nos empujan al arrepentimiento:

Fortalecen nuestro carácter.

Este es uno de los principales beneficios.

Hacernos más fuertes, purificar nuestro carácter y hacernos brillar:

Cada prueba es como un martillazo al acero calentado al rojo vivo; entre más golpes recibe, más fuerte se hace.

Sirven para llevar a cabo Sus planes.

José fue otro hombre que pasó muchas pruebas debido al odio de algunos de sus hermanos: quisieron matarlo, fue vendido, hecho esclavo, y fue preso debido a una acusación falsa.

Hasta ese momento, José no comprendía porque estaba pasando por todo eso.

Pero la Biblia dice que Dios no lo abandonó en ningún momento: “pero el Señor estaba con José”.

La mayor parte de veces, no entendemos porque Dios permite nuestra prueba.

Pero llega el momento en que lo entendemos.

Cuando José, ya siendo el segundo en mando en Egipto, después de muchos años, se reecontró con sus hermanos y reconoció el plan de Dios detrás de esas pruebas:

Nos enseñan empatía con otros.

Empatía es “sentir lo que siente el otro”, “ponerse en los zapatos de otro”

Nunca entendermos el dolor o la situación en la que otros se encuentran hasta que no hayamos pasado por situaciones similares.

¿Cómo puedes hablarme de hambre si nunca la has pasado?

Pero cuando pasamos por cualquier prueba, Dios...

Los resultados de las pruebas.

Santiago, en lugar de listarlos como beneficios, da una lista de los resultados de las pruebas:

Producen paciencia.

Nos hacen capaces de aguantar en las circunstancias difíciles, eso es la paciencia.

Van desarrollando esperanza, esperar que Dios actúe y nos ayude a soportar y salir airosos de la prueba.

Producen madurez.

Entre más pruebas enfrentemos, menos nos asustarán las que puedan venir.

Tendremos ya la paciencia y madurez para enfrentarlas con confianza.

Eso es lo que sucedió con los israelitas cuando los egipcios los oprimían:

¿Qué podemos hacer?

No quejarnos, recordar que Dios nos está puliendo, y buscar la sabiduría de lo alto para enfrentarlas: