LA LLAVE MAESTRA QUE SOLUCIONA TODOS LOS PROBLEMAS EN LA IGLESIA

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LA LLAVE MAESTRA QUE SOLUCIONA TODOS LOS PROBLEMAS EN LA IGLESIA
EL AMOR
I Corintios. 13:4-7
Introducción:
1-¿Existe la iglesia sin problemas?
2- Si es así dígame donde esta porque quiero estar allá.
3- Lo cierto es que no hay iglesia sin problemas, porque los que formamos la iglesia somos los que causamos los problemas. Venimos de diferentes lugares tenemos diferentes gustos y somos de diferentes temperamentos, entonces imaginémonos el resultado.
4- He aquí un elemento que soluciona todo problema como una llave maestra. El amor.

I- CUANDO EL PROBLEMA ES LA IMPACIENCIA EL AMOR ES SUFRIDO

1- El versículo 4 comienza diciendo: «El amor es sufrido». La palabra griega que se usa aquí es la que tiene que ver con “la paciencia con la gente”. Hay otra palabra griega para referirse a la resistencia, la tenacidad y el aguante —en otras palabras, la paciencia con las circunstancias. Crisóstomo decía que esta palabra es la que se usa para referirse al hombre que es agraviado, y que tiene a mano el poder para vengarse, y que, sin embargo, no lo hace. ¡Cuánto necesitamos esta paciencia! ¡Cuánto necesitamos ser pacientes unos con otros! La biblia nos dice so portándoos unos a otros.

II- CUANDO EL PROBLEMA ES LA CRUELDAD EL AMOR ES BENIGNO

1- Así continúa el versículo 4: «El amor es benigno
». Ya alguien lo expresó diciendo: «El amor es amable para con todos». Ser benigno es un requisito para ser cristiano. En Efesios 4.32, Pablo dijo: «Sed benignos unos con otros». Piense por un momento en la vida de Jesús. ¿Cuánto de Su vida se le fue en ayudar a otros, en ser benigno, en hacer a la gente feliz? ¿No sería de gran ayuda si tan sólo pudiéramos aprender a ser benignos unos con otros? Tantos corazones han sido destrozados porque no fuimos capaces de ser benignos. Se cuenta de una historia sobre este asunto, que conmueve el corazón y la conciencia.
Un hombre de negocios se dirigía a su trabajo, y se detuvo para que le lustraran sus zapatos. El niñito que le estaba lustrando sus zapatos, no estaba haciendo el trabajo tan rápidamente como el hombre pensó que debía, de modo que éste dijo: « ¿No puedes apresurarte? Tengo prisa. ¡Tengo una cita importante!». Después de un minuto miró hacia abajo, y vio que había una lágrima sobre su zapato. El niñito estaba llorando. « ¿Qué te pasa? —Le preguntó el hombre sin compasión— ¿Estás enfermo? Si estás enfermo, ¿por qué no te quedaste en casa? Te dije que tengo prisa»
El niño miró hacia arriba y dijo: «No, señor, no estoy enfermo. Mi mamá murió, y estoy trabajando para ganar dinero y poder comprarle algunas flores». El hombre se fue a su oficina. Tenía muchas cosas que hacer, pero no podía sacarse de sus pensamientos las palabras del niño. A pesar de que tenía muchas citas importantes, salió de su oficina, se devolvió varias cuadras, y le dio al niño diez dólares para que comprara algunas flores con que pudiera adornar el funeral de su madre. ¿No es cierto que a menudo somos crueles porque en realidad no comprendemos? Pero el amor es benigno. Puede que tengamos necesidad de decir la oración de la niñita que pidió a Dios: «Haz buena toda la gente mala… y agradable toda la gente buena». Muchas veces no tenemos nada de consideración y ya te ofendiste si alguien no te hablo o te trato diferente sin saber por lo que estén pasando.

III- CUANDO EL PROBLEMA ES LOS CELOS EL AMOR NO TIENE ENVIDIA

1- La envidia es un terrible pecado. Está en la misma lista en que se enumeran los más horrorosos pecados (Gálatas 5.19–21). La envidia hizo que Caín matara a su hermano Abel (1 Juan. 3:12 Cuando a los hermanos de José los consumió la envidia, llegaron al colmo de venderlo a unos extraños (Hechos 7.9). Fue debido a la envidia que Saúl dio caza a David como uno se la daría a un animal salvaje (1o Samuel 18). Pilato hizo notar que fue por envidia que los judíos entregaron a Jesús (Mateo 27.18). Salomón le llamó a la envidia «carcoma de los huesos» (Proverbios 14.30). Es probable que hoy día la llamara el cáncer, la malignidad, de los huesos. ¡Imagínese todos los dolores al corazón, todas las desilusiones, toda la angustia, todos los pesares que se han producido por causa de un corazón envidioso e intrigante! Permítame decirle la verdad.
No importa lo que uno haga, habrá quien lo haga mejor. No importa cuanto tenga, habrá quien tenga más. No importa cuán grande sea uno, habrá quien sea mayor. No importa cuán exitoso sea uno, habrá quien lo sea más. Si no lo hay ahora, lo habrá al tiempo. Y uno tiene que aprender a vivir con eso… gentilmente.
Tal vez alguno de sus hijos tenga un don en el cual es mejor que usted. ¿Lo envidia? No porque lo ama.

IV – CUANDO EL PROBLEMA ES EL ORGULLO EL AMOR ES HUMILDE

1- Aquí estamos viendo lo contrario que en los celos, los celos es cuando alguien está prosperando o es mejor que uno, acá estamos frente al éxito o triunfos de uno ante los demás.
V- CUANDO SE PRESENTA LO ÁSPERO Y GROSERO EL AMOR ES BENIGNO
1- El amor es atento, considerado, respetuoso, cortés, discreto y educado. Hay quienes consideran que las anteriores son cualidades pasadas de moda, cualidades que ya están obsoletas, pero Pablo dice que si uno está lleno de amor, esa será la manera cómo se comportará.
VI- CUANDO EL PROBLEMA ES EL EGOÍSMO EL AMOR NO BUSCA LO SUYO (DESINTERESADO)
1- Es difícil estar más preocupado por los demás que por uno mismo. Pablo dice que el secreto está en aprender a amar, hay dos grupos de personas en este respecto: el primer grupo está preocupado por «lo que la vida les debe», mientras que el segundo grupo está preocupado por «lo que le deben a la vida». Es el segundo grupo el que ha vislumbrado el amor ágape. El amor no se preocupa por sí mismo; el amor se preocupa por la otra persona.
VII- SI EL PROBLEMA ES EL ENOJO O LA AMARGURA EL AMOR NO SE IRRITA
1- La tercera característica del amor, que se menciona en el versículo 5, se expresa en las siguientes palabras: «No se irrita». En la KJV se lee: «No se irrita fácilmente». En la NVI se lee: «No se enoja con facilidad», mientras que en varias traducciones se lee: «No es susceptible». No hay elemento más destructivo en la naturaleza humana que la de ser irascible. Tantas cosas espantosas se han dicho, tantas obras terribles se han hecho y tantas preciosas relaciones se han roto, por causa de la irascibilidad. Hay quienes jamás considerarían la posibilidad de embriagarse con bebidas alcohólicas, pero sí se embriagan con ira —y causan igual daño. En contraste, el amor no se enoja fácilmente; no es susceptible; no anda por ahí resentido. ¿Por qué? Porque el amor no piensa en sí mismo; piensa en la otra persona. Cuando mis sentimientos están heridos, cuando soy susceptible y ando de mal genio, ello se debe por lo general a que creo que alguien me ha hecho algo. Pero si «yo» no soy importante, entonces los desaires, reales o imaginarios, no me pueden hacer nada.
VIII- SI EL PROBLEMA ES EL ODIO GUARDADO EN EL CORAZÓN EL AMOR NO ES RENCOROSO
1- Muchas veces decimos que hemos perdonado pero cuando surgen diferencias entre los cristianos se ha oído decir: “siempre me haces lo mismo”, “así fue la vez pasada”, ¿rencor? si rencor. El amor no toma en cuenta los agravios y mucho menos los recuerda
IX- SI EL PROBLEMA ES LA INJUSTICIA O INSENSIBILIDAD EL AMOR NO SE GOZA DE LA INJUSTICIA SE GOZA DE LA VERDAD.
1- Por último, en el versículo 6 se lee: «No se goza de la injusticia, más se goza de la verdad». Es tanto lo que encierran las anteriores palabras, pero permítame resumirlas diciendo: El amor se pone feliz cuando las cosas están bien; el amor se pone triste cuando las cosas están mal. Y tanto «bien» como «mal» son determinados por la Palabra de Dios. Juan expresó esta actitud en su segunda epístola: «Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad» (2a Juan 4). Puede que a usted le parezca que eso sería lo más natural. Pero no lo es. Muchas personas se ponen contentas cuando les sucede algo malo a las personas.
Reiterando lo dicho, muchos se ponen felices cuando les suceden cosas malas a las personas que no quieren, o cuando se demuestra que hay pecado en las vidas de éstas. Pero el sabio de Dios que habla en el Antiguo Pacto dijo: «Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes, y cuando tropezare, no se alegre tu corazón» (Proverbios 24.17). Tales actitudes no reflejan amor.
Conclusión:
1- El amor es el vínculo perfecto.
2- El amor todo lo sufre todo lo cree todo lo soporta
3- El amor permanece para siempre porque Dios es amor.
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