RESPONDIENDO AL LIDERAZGO BÍBLICO

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INTRODUCCIÓN

Buenas tarders, hermanos y amigos que nos visitan hoy. Es un gozo nuevamente poder estar juntos para alabar al Señor y escuchar su Palabra. Si bien es cierto que tenemos algunas ausencias motivadas por el COVID, sigue siendo una alegría que algunos podamos reunirnos para tener comunión unos con otros y adorar a nuestro Salvador. Así que, permítanme comenzar con una oración antes de entrar a nuestro estudio de hoy.
Oración
Hay una palabra que al ser humano no le gusta mucho escuchar, es la palabra autoridad. La mayor parte de la sociedad ve la autoridad como algo negativo, este concepto se asocia generalmente con la opresión, la corrupción y el abuso de poder. Ahora bien, es cierto que la sociedad ha sido testigo de grandes abusos, de mucha corrupción y ha sufrido la opresión de personas que están en autoridad. Sin embargo, la autoridad bien ejercida no es algo malo, sino por el contrario, es parte del diseño de Dios para la humanidad. Dios creó a la humanidad para que estuvieran bajo autoridad y para que ejercieran autoridad.
De hecho, el ser humano debe ejercer la autoridad en representación de la autoridad de Dios sobre la creación.
La autoridad mal ejercida no es muestra de que la autoridad es mala, sino de que quienes la ejercen no se ajustan al modelo bíblico. Pero a lo largo de toda la escritura, vemos como Dios ha ordenado las relaciones en función de roles de autoridad. Esto lo vemos en:
Los hijos están sujetos a la autoridad de los padres.
Las esposas están sujetas a la autoridad de los esposos.
Los esposos están sujetos a Cristo en su rol de cuidado hacia sus esposa.
Los empleados deben estar sujetos a la autoridad de los jefes.
Los jefes están sujetos a Cristo, quien es el Señor de todos.
La sociedad está sujeta a las autoridades civiles, sean policías, gobernantes, jueces, etc.
La autoridad y la sujeción a esa autoridad son parte del diseño de Dios para la creación. Pero la realidad es que tanto a sumisión y la obediencia a la autoridad establecida por Dios, son vistas comos características de una persona tonta y que se deja manipular. Si en el trabajo obedeces en todo a tu jefe, entonces eres visto como un adulador; si en el colegio, obedeces en todo al maestro, eres un estudiante que le hace la pelota al maestro. Si en casa, como mujer, respetas y te sujetas a tu marido, entonces, eres una mujer dominada y oprimida. Si obedeces al gobierno, entonces eres alguien que se deja controlar por los poderes políticos.
Pero los cristianos estamos llamados a vivir en sujeción, en todo el Nuevo Testamento vemos este llamado a la iglesia a vivir bajo autoridad.
Por lo que podemos decir, sin temor alguno que, si la sujeción a la autoridad es una de las evidencias de que se ha entendido la vida cristiana, entonces, la desobediencia y la insumisión son muestras de un profundo orgullo que domina la vida de la persona.
De hecho, si nos vamos al origen de todas las cosas, en el libro de Génesis, vemos que una persona que rechaza la autoridade que Dios ha puesto sobre su vida, es exactamente la misma razón por la que Adán y Eva rechazaron la autoridad de Dios sobre su vida. Cuando una persona es insumisa, está demostrando la misma actitud que Adán y Eva demostraron en Edén cuando rechazaron la autoridad de Dios sobre ellos. Así como Adán y Eva quería ser su propia autoridad, querían ser como Dios, hoy en día el ser humano rechaza cualquier institución diseñada por Dios para ejercer su autoridad en la tierra.
La autoridad de los padres es cuestionada, al punto en que los padres ya ni pueden corregir a sus hijos.
La autoridad de los cuerpos de seguridad desafiada, con personas que ven en los policías enemigos en vez de guardas de la paz.
La autoridad de los gobiernos es desatendida, cuando las personas creen que no deben ser controladas.
La autoridad de los hombres es puesta en duda tanto en el hogar como en la iglesia por los movimientos feministas.
Así también la autoridad de los pastores muchas veces no es bien entendida dentro de la congregación.
Por esta razón, el autor del libro de Hebreos en sus exhortaciones finales a la iglesia, les recuerda cómo deben los cristianos responder ante el modelo bíblico del liderazgo dentro de la congregación, cómo debemos responder al liderazgo de los ancianos es lo que los siguientes pasajes nos van a enseñar. Así que les animo a que leamos juntos el siguiente pasaje.
Lectura: Hebreos 13:17-19

LLAMADO A LA OBEDIENCIA Y SUJECIÓN - Hebreos 13:17

El autor de Hebreos continua con sus exhortaciones finales a la iglesia, debemos recordar que todos los imperativos que vemos en este capítulo 13 tienen como fundamento el Nuevo Pacto de Gracia que Dios del que Dios nos ha hecho partícipes y cuyo mediador es Cristo Jesús. No podemos separar los imperativos o los mandamientos de extensa y profunda explicación del evangelio que Hebreos nos da en los 12 capítulos anteriores.
En estas exhortaciones finales, el autor está hablando a la congregación y les manda a ellos a comportarse de una manera superior. Si el Pacto de Gracia es superior al antiguo, entonces la conducta que debe producirse de ese pacto también debe ser superior. De modo que, se está dirigiendo a aquellos que están en ese pacto para enseñarles cómo deben comportarse.
Estas exhortaciones están enmarcadas en un contexto relacional. Esto es importante, porque lo que sabemos acerca de Dios y del evangelio debe influenciar la manera en cómo nos relacionamos con los hombres. Vemos, entonces, como desde Hebreos 13:1-3 nos exhora a amar a los demás, a ser hospitalarios y sensibles a las necesidades de los más necesitados, luego el círculo se reduce y dirigimos las mirada, no hacia los de afuera, sino a los más cercanos, a nuestro núcleo familiar.
Nos manda a honrar el matrimonio y a nuestro cónyuge, en Hebreos 13:4.
Y finalmente, el círculo se reduce aún más, y miramos nuestro propio corazón y cómo nos relacionamos con Dios a la luz de su provisión, siendo llamados a tener contentamiento en Hebreos 13:5-6.
Y a partir del versículo 7 hasta el 19, el autor comienza a enseñar sobre cómo debemos relacionarnos con el liderazgo, la enseñanza bíblica y las autoridades en la iglesia. El autor comenzó esta exhortación en el v.7 mandando a los creyentes a que recordasen a sus antiguos líderes.
Hebreos 13:7 “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.”
La intención es que al recordar la enseñanza y el estilo de vida de los pastores que ya no están entre nosotros, seamos motivados a imitarlos a ellos. Seamos inspirados por hombres valientes que corrieron la carrera de la fe.
Pero lo que vemos en Hebreos 13:17 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” es un mandamiento diferente.
Obedeced y sujetaos: Estas dos palabras se encuentra en forma de imperativos en el griego, por lo que representan mandamientos que la Palabra de Dios nos da. El Espíritud Santo por medio de este autor humano, nos manda a obedecer y sujerarnos a los líderes actuales. Por una parte, debemos recordar e imitar a quienes nos ministraron en el pasado, y por otra, debemos obedecer y sujetarnos a quienes nos pastorean en la actualidad con el fin de que seamos alimentados y edificados en el presente.
Estas dos palabras, “obedeced y sujetaos” deben ser caracterísiticas de un creyente. No únicamente dentro de la iglesia, sino en toda su vida, el creyente es una persona que reconoce que está siempre bajo la autoridad de otro. Nunca actúa por cuenta propia, ni hace lo que bien le parece. Esto lo vemos en:
Santiago 4:7 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” Nuestra sumisión debe ser primero a Dios.
Conexión con los no creyentes: Y quiero aprovechar este punto para hablar a los amigos que hoy nos visitan, esto es fundamental para el evangelio. Pues la razón por la que el mundo está en tanto caos y miseria es porque el ser humano no se somete a Dios en primer lugar, no someternos a Dios, nos llevará a vivir vidas pensando que nosotros somos la última autoridad. Pero la Biblia es muy clara, Dios creó a la humanidad para estar sumisos a su voluntad, y esta sumisión a Dios nos lleva a la sumisión e otras instancias de la vida. No estar sujeto al Señor, te lleva a estar sujeto al pecado y satanás. Por esta razón Dios envió a su Hijo para morir en la cruz, para pagar por la desobediencia que tú y yo hemos tenido a lo largo de nuestra vida a la autoridad de Dios, y para librarnos de la autoridad del pecado sobre nosotros. La verdadera libertad no consiste en hacer lo que quiera, porque eso te llevará a la muerte. La verdadera libertad consiste en vivir sumisos a la voluntad de Dios, y por ende a las autoridades que él ha establecido sobre nosotros. Te pregunto, amado amigo, ¿quién es la autoridad en tu vida? ¿reconoces que Cristo es el Señor, o crees que tú eres el señor? Te animo a dejar todo orgullo y toda pretensión, y venir a Cristo, reconocerlo como lo que es tu cCreador y Señor, quien murió por ti para darte vida. Si quiers saber más sobre cómo hacer esto, no dudes en hablar conmigo al final del culto.
Así que, retomando el tema del texto, Alexander Strauch, autor de varios libros sobre liderazgo bíblico, “la verdadera sumisión a Dios se expresa naturalmente en obediencia y sumisión a la autoridad terrenal”. El apóstol Pablo así también lo esperaba de los creyentes. En varias de su cartas pone a prueba la obediencia de los cristianos:
2 Corintios 2:9 “Porque también para este fin os escribí, para tener la prueba de si vosotros sois obedientes en todo.”
Romanos 16:19 “Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.”
Filipenses 2:12 “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.”
Filemón 21 “Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo.”
La sujeción y obediencia a los líderes de la iglesia, es algo que la Biblia no solo afirma sino que demanda de la iglesia. Es una orden que la Palabra de Dios nos da.
Yo recuerdo cuando era un niño y mi mamá salía de casa, bien sea a hacer alguna diligencia o a comprar algo, ella me decia siempre “tu hermana mayor está a cargo, tienes que obedecerla”. Mi mamá le daba una serie de instrucciones a ella sobre lo que debía hacerse en la casa, y lo que debía hacer yo, cómo debía comportarme, las tareas y deberes del cole que debía cumplir, etc. En ese momento, mi madre delegaba su autoridad sobre mi hermana mayor, en ese momento, Vanesa, que es mi hermana, tenía toda la autoridad para disciplinarme si era necesario, y cuando mi madre regresaba, Vanesa tenía que contarle todo lo sucedido, mi hermana tenía que rendirle cuentas a mi madre sobre cómo había usado la autoridad que había recibido de ella.
Asimismo, la autoridad que los pastores ejercemos sobre la congregación, es una autoridad delegada por la Palabra de Dios, no es una autoridad que reside en la persona, sino en el oficio pastoral que Dios ha designado en la iglesia. Es decir, yo como pastor no tengo autoridad ninguna por mí mismo, sino que toda autoridad que pueda llegar a poseer es una autoridad delegada por las Escrituras, y dependiente de mi sujeción a ellas. En el momento mi conducta demuestre una insumisión o desobediencia a la Biblia, en ese momento, pierdo toda autoridad pues quedaría descalificado para el oficio pastoral.
Es Cristo quien nos comparte su autoridad a nosotros, es suya la autoridad. Es suya la iglesia. Es suyo el rebaño. Es suya la Palabra. Y nosotros somos copartícipes de lo que Cristo hacer en su iglesia.
Por eso el autor hace referencia a esto mismo en Hebreos 13:20 “… a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno”. El apóstol Pedro también, en su exhortación a los pastores, en 1 Pedro 5:4 “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.” Cristo es el gran pastor, el buen pastor.
La sujeción a Cristo se evidencia en la sujeción a los pastores que Cristo ha establecido en su iglesia.
Ahora bien, el mandato es para que la iglesia responda a ese liderazgo establecido por Cristo de una manera correcta. Y la única manera bíblica de responder al liderazgo bíblico es con obediencia y sumisión.
Pero, ¿qué significa obediencia y sumisión? La palabra obediencia, viene del griego peitho, y se traduce como prestar atención a la instrucción, dar nuestros oídos para atender con atención a lo que dicen. Poner por obra la instrucción y el consejo pastoral. La otra palabra es sumisión, que proviene de jupeíko, y significa rendirse, ceder, sujetarse o someterse voluntariamente a la autoridad de alguien.
La iglesia debe escuchar con atención, ser oidores atentos y luego aplicar la enseñanza de los pastores, e incluso, cuando se toman decisiones persnales, se debe recurrir a los pastores para consultar y confirmar que la decisión que estamos tomando es la mejor y la que más glorifica a Dios. Esto es difícil, si fuera fácil, la Biblia no lo pondría por mandamiento. Se manda a obedecer y someterse, porque lo natural en el ser humano es lo opuesto, la insumisión y la desobediencia.
Pero esta es una actitud anti-cristiana. Es contraria a la carrera de la fe.
Como hemos dicho al inicio de este sermón, la obediencia y la sumisión son características de un cristiano; por lo que, la desobediencia y la insumisión son marcas, al menos de una profunda inmadurez espiritual, por no decir de una incredulidad en el corazón que rechaza la autoridad de Dios mismo. Mire loque dice Pablo en 1 Tesalonicenses 4 “… pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.”
Ahora bien, es importante resaltar que la obediencia no es a un solo pastor, sino al equipo pastoral que Dios ha puesto sobre una iglesia local. En nuestro estudio anterior, hablábamos de que la Biblia enseña claramente, que el diseño de Dios para el liderazgo dentro de la iglesia, es un grupo de pastores y no un solo pastor. Quisiera recordar brevemente los tres beneficios de tener un grupo de pastores en contraste con tener un solo pastor:
Se toman decisiones más sabias al haber multitud de consejos.
Se protege a la igleisa de posibles abusos de poder o autoritarismos.
Se comparte la carga pastoral entre varios hombres.
Cada vez que la Biblia habla sobre el liderazgo en la iglesia local, lo hace en plural, y casi nunca en singular. Esto lo vemos también en nuestro pasaje de hoy, obedeced y sujetaos a vuestros pastores, no dice a vuestro pastor.
Ahora bien, la obediencia y sujeción no quiere decir:
Que siempre vamos a estar de acuerdo con los pastores. Podemos tener un perspectiva diferente, pero aún así, estamos llamados a voluntariamente decidir someternos a su autoridad.
Que los pastores no se puedan equivocar. Somos hombres débiles, y de la misma manera que los padres podemos cometer errores en la crianza de los hijos, los pastores también vamos a cometer errores. Aún así, estamos llamados a vivir bajo la autoridad de hombres débiles que Dios ha puesto sobre nosotros.
Que no se pueda cuestionar a los pastores, y aquí quiero ser muy cuidadoso. La congregación está llamada a examinar muy bien la enseñanza recibida para discernir si es bíblica o no, y cuando algún pastor comienza a dar su propia opinión, eso no puede ser tenido en cuenta con la misma autoridad que la Biblia. La opinión personal deun pastor puede ser sabia, puede ser buena idea, puede ser muy útil, y debemos prestar atención, pero no podemos equiparar la opinión de hombres con la Palabra de Dios. Usted tiene la responsabilidad de examinar lo que yo, y el pastor Peter decimos desde este púlpito.
Que los pastores cumplirán todas nuestras expectativas, estamos llamados a vivir en sujeción y obediencia aún cuando nuestros líderes nos desilusionen. Entendiendo la desilusión como el no cumplimiento de una expectativa personal, no como un pecado.
Obediencia y sujeción quiere decir:
Que tendremos gran disposición a escuchar, prestar atención y aplicar las enseñanzas, exhortaciones, y correcciones que los pastores nos hagan basadas en la Palabra de Dios.
Que reconoceremos la posición y autoridad que Dios les ha dado.
Que no seremos orgullosos, sino humildes aún cuando no estemos de acuerdo con los pastores.
Que apoyaremos la visión y el camino por el cual los pastores guían a la congregación. No intentaremos un golpe de estado ni un movimiento paralelo.
Que no enseñaremos algo diferente a lo que los pastores eneseñan. Esto es muy común cuando hablamos de doctrinas secundarias, que no son fundamentales. Como pastores tenemos una interpretación escatlógica, y aunque hay varias posiciones, usted puede tener la suya personal, pero si decide ser parte de nuestra congregación debe estar sujeto públicamente a esa perspectiva, aunque en lo personal, pueda tener otra posición.

EL CUIDADO PASTORAL - Hebreos 13:17

Ya hemos visto de una manera breve, las implicaciones de la obediencia y la sumisión, pero, la pregunta ahora es ¿por qué debemos sujetarnos a los pastores? ¿Cuál es la razón por la que los cristianos estamos llamados a sujetarnos a los pastores?
El mismo versículo 17 nos da la respuesta. Hebreos 13:17 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.”
Hay un conector interesante que conecta los mandamientos con la razón para los mandamientos. El texto dice que debemos obedecer y someternos a nuestros pastores PORQUE ellos velan por nuestras almas.” Los pastores tienen la tarea de estar vigilantes, atentos para cuidar de la salud espiritual de la congregación. Cuando habla de alma, se está refiriendo en un sentido profundo del aspecto espiritual de la iglesia. En Hebreos 10:39 “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.”
La palabra “velar” tiene la connotación de vigilia, una vigilia es estar despierto cuando todos los demás están durmiendo para evitar que algún enemigo o malhechor haga algún daño. Esta es una tarea que se debe tomar con mucha responsabilidad. Como saben, en los últimos años he trabajado con transporte de mercancía terrestre, y en muchas ocasiones, cuando una ruta no se puede completar en el tiempo estimado, los transportistas deben ir a un almacén vigilado para resguardar la mercancía y evitar posible daños o robos. Estas mercancías tienen un alto coste, muchas de ellas van aseguradas por cientos de miles de Euros.
Estos almacénes tienen más de un vigilante que resguarda y asegura que nadie entre a robar la mercancía.
Ahora, si con tanto cuidado protegemos la mercancía física, ¿no tendremos mayor cuidado de las almas de la congregación? ¿No deberíamos estar más vigilantes y atentos para cuidar de que ninguno de los miembros de la congregación sea engañado por doctrinas erradas, o se endurezca por practicar el pecado de manera constante?
Los pastores, como padres, están puestos por Dios para alimentar con la Papabra a los creyentes, pero también para proteger y corregir a los hermanos. Cuando le decimos, hermano, no escuche a tal o cual predicador o cantante, no es porque no nos guste a nosotros persnalmente, sino porque nos preocupa que sean influenciados por personas que realmente no predican el evangelio.
Cuando le recomendamos libros, predicaciones o les echortamos a estudiar y memorizar la escritura, es porque sabemos que eso es lo uqe le permitirá crecer como cristiano.
Cuando le hacemos preguntas sobre su vida, cuando llamamos su atención sobre posibles actitudes que no sean bíblicas, y cuando queremos ayudarlo a tomar mejores decisiones, es porque nos preocupa su alma. Lo que estamos haciendo es velando por su salud espiritual. Éste es un trabajo sin descanso.
El ya fallecido pastor y comentarista bíblico Richar Lenski “Velar implicamantenerse a uno mismo y aotros seguros en medio de una situación de peligro conocido o cuya existencia se teme. Donde no existe peligro, no hace falta vigilar”.
Esto llevará a los pastores a los pastores a enseñar, xhortar y corregir. Mire como Pablo describe esta función en 2 Timoteo 2:24-25 “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”
Lamentablemente, por temas de tiempo no podemos profundizar mucho más en este tema, pero hay muchos textos en la Escritura que hablan Tito 2:9, 3:1; 1 Pedro 2-3.
Hay un texto que creo es de mucha utlidad, tomando en cuenta que esta exhortación es para la iglesia. Hebreos 13:17 nos da la razón por la cual debemos sujetarnos a nuestros pastores, porque ellos velan por nuestras almas. Pero, también es importante examinar las razones que nos llevan a no querer escuchar o sujetarnos a los pastores, y vemos una de ellas en 1 Pedro 5:5-6 “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;”
Es la misma actitud de Adán y Eva en Edén. Dios les había puesto límites dentro del paraíso, estos límites eran para su propio bien. Dios estaba guardando el alma de ellos por medio del mandamiento, pero ellos rehusaron obedecer a Dios y fueron orgullosos. Al desechar la Palabra de Dios, en vez de ser exaltados, fueron humillados. Ellos no supieron reconocer que Dios les estaba protegiendo, y vieron el cuidado de Dios como una opresión. Vieron el cuidado y la protección de Dios como algo negativo, y al desecharlo, sufrieron las consecuencias del pecado.
Desechar el cuidado patoral, nos llevará a la ruina espiritual. Dios ha puesto a los pastores como medios de gracia para que podamos cumplir Hebreos 12:1-2 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
Dios ha puesto a los pastores como una muestra de su gracia para con la iglesia. Como creyentes debemso agradecer a Dios por los hombres que Él ha levantado para cuidar de nuestra alma y para ayudarnos a luchar en contra del pecado, como dice Hebreos 3:12-13 “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.”
Pero el orgullo, como leímos en 1 Pedro 5:5-6 es lo que nos hace creer que no necsitamos de las exhortaciones y los cuidados pastorales. El orgullo es lo que nos lleva a no reconocer el trabajo vigilante y sin descanso que los pastores hacen a nuestro favor. El orgullo nos hac epensar que no necesito que me estén diciendo que debo hacer. En otras palabras, el llamado a reconocer el trabajo que Dios ha dado a los pastores, es un llamado a la humildad expresada en obediencia y sumisión.
Hermano, cuando una persona rechaza la enseñanza y corrección pastoral, es como un hijo pequeño que rechaza el cuidado que sus padres tienen de él. PEro este mismo niño, cuando llega a la adultez, reconoce que aunque el cuidado de sus padres parecía restrictivo, realmente era provechoso para él. Esos límites que nos pusieron nuestros padres en muchas ocasiones nos salvaron la vida. Ningún padre responsable estará tranquilo si sabe que sus hijos están en la calle tarde en la noche, porque sabe que hay peligros que sus hijos no podrán enfrentar por si solos., a esas horas deben estar bajo la protección y el cuidado de sus padres. Lo mismo ocurre en la iglesia, los pastores estamos velando por vuestras almas.
Esta es una gran responsabilidad, de la cual los pastores tendrán que rendir cuentas al mismísimo Señor Jesús. Los pastores velamos por vuestras almas sabiendo que en algún momento el Señor nos pedirá cuentas por cada uno de vosotros. De la misma manera que en Ezequiel 3:18-19 el Señor dice que pedirá cuentas a los vigilantes del pueblo si no exhortan al pueblo por su pecado, asimismo, nosotros los pastores tendremos que rendir cuentas ante el Señor por la manera en que hayamos cuidado de la iglesia.
La iglesia a veces no está consciente de esta realidad. Pero nosotros estamos velando por vuestras almas con la gran responsabilidad y el temor del Señor sobre nosotros. Siempre que debo exhortar a una persona siempre le recuerdo el mor y la responsabilidad que como pastor tengo. Generalmente comieno con algo como “amado hermano, te hablo como quien tiene que dar cuentas a Dios por tu vida...”. Creo que la razón por la que el autor de Hebreos lo incluye en este versículo, es porque la iglesia debe ser recordada sobre este asunto. Igual que los esposos rendirán cuentas a Dios por como trataron a sus esposa, los pastores lo haremos ante Cristo por la iglesia.

CONSIDERANDO A LOS PASTORES - Hebreos 13:18-19

Esto nos lleva al último punto, ¿cómo podemos considerar alos pastores a la luz de la responsabilidad y el trabajo que hacen a nuestro favor?
Este texto nos da algunas maneras para hacerlo.
No ser causa de frustración sino de gozo por medio de la obediencia.
Orando por ellos
Gozándose con ellos: el autor de la crta de Hebreos era probablemente uno de los pastores de la congregación (os seré restituido).
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