Sermon Tone Analysis

Overall tone of the sermon

This automated analysis scores the text on the likely presence of emotional, language, and social tones. There are no right or wrong scores; this is just an indication of tones readers or listeners may pick up from the text.
A score of 0.5 or higher indicates the tone is likely present.
Emotion Tone
Anger
0.05UNLIKELY
Disgust
0.07UNLIKELY
Fear
0.07UNLIKELY
Joy
0.15UNLIKELY
Sadness
0.1UNLIKELY
Language Tone
Analytical
0UNLIKELY
Confident
0.14UNLIKELY
Tentative
0UNLIKELY
Social Tone
Openness
0.14UNLIKELY
Conscientiousness
0.15UNLIKELY
Extraversion
0.46UNLIKELY
Agreeableness
0.59LIKELY
Emotional Range
0.14UNLIKELY

Tone of specific sentences

Tones
Emotion
Anger
Disgust
Fear
Joy
Sadness
Language
Analytical
Confident
Tentative
Social Tendencies
Openness
Conscientiousness
Extraversion
Agreeableness
Emotional Range
Anger
< .5
.5 - .6
.6 - .7
.7 - .8
.8 - .9
> .9
Introducción:
Juego: Inflar el globo hasta reventarlo.
La importancia de aire a la vida:
El oxígeno conduce el proceso de la respiración, lo cual provee las células con energía.
Al exhalar, se produce dióxido de carbono como un derivado.
Sin este intercambio, las células prontamente morirían y el cuerpo se asfixiaría.
(National Geographic)
El adulto promedio en descanso, inhala y exhala 7-8 lts.
de aire por minuto, unos 11 mil lts.
por día.
El aire nos es necesario para una cantidad de actividades: Hablar a una variedad de volúmenes, cantar, tocar instrumentos de viento, nadar bajo el agua, etc...
El aire, o oxígeno, es indispensable para la vida humana.
El lo primero que empezamos hacer por nuestra propia cuenta al nacer (antes de eso el oxígeno es provisto a través del cordón umbilical), y es lo último que dejamos de hacer.
De hecho, es lo que resaltamos al decir “el último respiro”.
Así de esencial a la vida en la tierra es el aire.
La vida cristiana también tiene su aire que es tan esencial como el aire que respiramos.
La palabra hebrea ruah del AT, y la griega pneuma del NT significan aire, aliento, viento, espíritu.
Es última es el enfoque que veremos ahora.
Para vivir la vida cristiana es indispensable el Espíritu Santo.
Ahora, la enseñanza acerca de la tercera persona de la trinidad ha sido increíblemente desviada por motivaciones y doctrinas erradas, y aún demoníacas, pero eso no quita del hecho que es sumamente importante para el hijo de Dios.
La frase bíblica que se usa es andar en el espíritu, y es algo indispensable, pero casi olvidada en la vida de muchos cristianos.
Cada creyente debe andar en el espíritu para agradar a Dios debido a tres verdades alentadoras a la vida cristiana.
El cristiano está en una batalla espiritual.
La batalla existe, pero es invisible.
Es invisible porque es espiritual, no física, 2 Cor.
10:3.
Es invisible porque es contra enemigos invisibles, Ef. 6:12.
Esto una descripción de la actividad demoníaca del diablo, quien es descrito como el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia (Ef.
2:2b).
La batalla se pelea, pero con armas espirituales.
No se usan armas físicas para una batalla espiritual, 2 Cor.
10:4-5.
Es una batalla que comienza en la mente, Rom.
12:2.
La batalla es contra la carne.
La carne no es el cuerpo físico, sino el deseo del pecado en cada persona.
El cuerpo físico es el campo de batalla, está en una posición neutral y puede ser usada para el pecado o el Espíritu, depende a que lo sometemos.
Cada situación, acción y reacción es una batalla entre la carne y el Espíritu, Gal.
5:16-17.
Los deseos militan contra el alma, 1 Ped.
2:11.
Cada creyente batalla contra deseos de la carne de alguna forma, sin importar su nivel de madurez.
No se gana la batalla por medio de nuestra voluntad, porque la voluntad humana esta inclinada hacia el pecado.
Rom.
7:14-23.
Ilustración: El enemigo tomando las armas defensivas de la cuidad y usándolos ofensivamente en contra de la misma ciudad.
¿Cómo llego el enemigo a invadir la cuidad?
El gobernador de la misma cuidad dejo entrar al enemigo.
Aplicación:
La obra de Dios comienza en la vida espiritual.
Comienza con rendirse para seguir el Espíritu.
Para ser guiados, hay que elegir seguir al Espíritu, Gál.
5:16, 18.
La guía del Espíritu es una de las evidencias de la fe en la vida de un creyente, Rom.
8:14.
La negación “no satisfagáis” en vs: 16 en una de las negaciones más fuertes en el griego, intencionalmente usado para un negar evento posible, literalmente andad en el Espíritu y no satisfacerás en lo absoluto los deseos de la carne.
En la lucha entre la carne y el Espíritu, el poder del Espíritu es mucho más fuerte que el de la carne, por lo tanto, el Espíritu vencerá si el creyente se somete a Él.
La carne vence cuando el creyente intenta luchar usando su propia voluntad, y termina derrotado en su pecado.
Rendirse para crecer en el Espíritu.
Para crecer, hay que plantar la semilla de la fe, Gál.
5:22-23.
El amor combate con el amor propio, al egoísmo.
El gozo combate con la frustración.
La paz combate con la preocupación.
La paciencia combate con la irritabilidad.
La benignidad combate con la severidad.
La bondad combate con la maldad.
La fe combate con la duda.
La mansedumbre combate con la discordia.
La templanza combate con el desenfreno.
En la epístola de Gálatas, Pablo se enfrentaba a un grupo de personas, Judaizantes, quienes insistían que los nuevos cristianos gentiles debían aun someterse a los requisitos de la ley del Antiguo Testamento, específicamente la circuncisión, además de creer en Jesucristo.
Quizás este fue el mismo grupo que causo problemas en Antioquia, Hech.
15:1, 5.
Los identifica como “falsos hermanos, Gál.
2:4.
Pablo identifica esto como un “evangelio diferente” (tres veces, 1:6, 8, 9), y que es una perturbación y perversión del evangelio de Cristo (1:7), mereciendo aun la maldición de Dios (1:8).
Usa lenguaje tan fuerte porque al insistir que uno debía someterse a las obras de la ley para la salvación o santificación, los judaizantes estaban enseñando que la justificación era por las obras de la ley y no por la fe en Cristo.
Esto era un ataque al fundamento mismo del evangelio: “El justo por la fe vivirá” (Gál.
3:11, citado de Hab.
2:4), y “Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia” (Gál.
3:6, citado de Gen. 15:6).
Pablo advierte a los gálatas que si han sido justificados por la fe, el intentar ser santificados por las obras de la ley seria desechar (frustrar, interrumpir) la gracia de la cruz de Cristo, y el poder del Espíritu Santo que recibieron por fe, Gál.
2:21.
Si la justificación es solamente por la fe, así también la santificación también es solamente por la fe, Gál.
3:1-3.
Para cosechar, hay que ceder la voluntad a la obra del Espíritu, Gál.
5:24-25.
Al rendirse al Espíritu y ver la victoria que llega, será imposible gloriarse en uno mismo porque se da cuenta que el vencedor sobre el pecado no era el mismo, sino el Espíritu de Dios que mora en él.
Puede ser que a veces no tenga sentido ceder a la voluntad del Espíritu, obedeciendo la Palabra de Dios, pero es a través de esa obediencia, confiando en el poder de Dios, que Él realmente obra.
Ilustración:
Aplicación:
La victoria de Cristo provee el poder espiritual.
En Cristo hay victoria sobre la ley, 8:1-2.
La ley es querer cumplir con una lista de requisitos, los cuales supuestamente harían que uno fuera más santo.
El problema es que nadie puede cumplirlo.
Entonces en derrota se escucha el grito de Rom.
7:24.
Pablo sigue en el próximo capítulo asegurando que la victoria de Cristo se extiende a los que están en Él, Rom.
8:1.
En la victoria de Cristo esta la libertad de la ley, Rom.
8:2.
En la victoria de Cristo ya no hace falta la ley, Gal 3:24-26.
En Cristo hay victoria sobre el pecado, 8:3-4.
Cristo tuvo victoria sobre el poder del pecado al morir en la cruz, aun siendo perfecto y santo.
Rom.
8:3-4.
Cristo era sacrificio perfecto, quitando el poder del pecado.
Heb.
10:12-14.
Al identificarse con Cristo, el creyente también se identifica en su muerte, Rom.
6:6.
En Cristo hay victoria sobre la carne, 8:5-9.
Si el creyente anda en la carne no puede agradar a Dios, Rom.
8:5, 7-8.
Si el creyente anda en el Espíritu tendrá victoria sobre la carne, Rom.
8:6, 9, 13.
La victoria se encuentra en presentar los miembros para la justicia, Rom.
6:12-14.
La victoria se encuentra por vivir por la fe en Cristo.
Gal.
2:20.
Ilustración:
Aplicación:
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