EL CUIDADO PASTORAL - Parte II

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INTRODUCCION

Oración
Buenas tardes, amados hermanos, y queridos amigos que hoy nos acompañan. El día de hoy llegamos al final de una serie de predicaciones que particularmente han sido de mucha edificación para mi vida, y solo espero que también lo haya sido para ustedes tanto como lo ha sido para mi. Después de casi dos años en el libro de Hebreos, hoy finalmente llegamos al último sermón de esta carta. Vamos a comenzar este tiempo con una oración para encomendarnos al Señor para que nos guíe por medio de su Santo Espíritu.
Oración
Llegados a este punto, debemos preguntarnos, ¿Cómo pretende ayudarnos Hebreos en nuestra vida cristiana? ¿Cómo puedo llevar a la práctica esta carta de Hebreos en mi día a día?
Creo que Hebreos es un libro que nos llama a la poner toda nuestra esperanza en la persona y obra de Jesucristo, confiando en Él a pesar de la persecución o cualquier otra circunstancia difícil que podamos experimentar en esta vida, corriendo la carrera de la fe, con nuestra mirada en la ciudad celestial. Todo esto se puede resumir en una frase: “Hebreos nos llama a la madurez en Cristo”, ya que solo una persona madura en Cristo, podrá correr la carrera de la fe con fidelidad, sabiendo que Cristo es suficiente y su promesa es segura.
Esta clase de madurez, requiere una sólida comprensión de la persona y obra de Jesús, sólo un cristiano que tiene la fuerte convicción de que Cristo en verdad es nuestro sumo sacerdote, que no hay nadie mejor que Él para entender nuestras debilidades, y nuestras dificultades, sólo una persona que tenga esa convicción confiará y mantendrá su mirada en Jesús constantemente. Sólo una persona que entienda claramente que este mundo presente y pasajero, busca tentarnos de manera que pongamos nuestra mirada en el ahora, y no en las promesas futuras de Dios que son más ciertas que nuestra misma vida, sólo esta persona deseará la eternidad en la Ciudad de Dios más que la mejora de las circunstancias en este mundo como su esperanza.
En pocas palabras, esta clase de madurez requiere un profundo conocimiento y entendimiento de la doctrina bíblica. No en vano el autor ha pasado 12 capítulos de la carta explicando la doctrina cristología. No en vano dirige la atención de sus lectores constantemente a Cristo, porque no se puede ser un creyente maduro a menos que se profundice en Cristo. Es muy parecido al llamado que nos hace Pablo en Colosenses 1:9-10 “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;”. En otro lugar de la misma carta, nos dice lo siguiente Colosenses 2:9-10 “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.”.
De esta misma manera, el autor de Hebreos está llamando a sus lectores a profundizar en el conocimiento de Cristo, por medio de las enseñanzas que él les está dando en toda la carta.
Profundizar en el conocimiento de Cristo es lo que nos lleva a la madurez, y el autor de Hebreos lo sabe, y por esto, al ejercer su función pastoral, motiva a los creyentes a perseverar en la esperanza que yace en el Señor Jesucristo. Todo pastor fiel al Señor, buscará que el pueblo del Señor creza en madurez, por medio de un mayor conocimiento del Señor. Y esto es lo que vemos en estos versículos finales del libro de Hebreos.
Así que, una vez más los invito a que lean conmigo en el libro de Hebreos, pero esta vez, lo últimos versículos de la carta.
Lectura: Hebreos 13:22-25 “Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente. Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viniere pronto, iré a veros. Saludad a todos vuestros pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan. La gracia sea con todos vosotros. Amén.”

VELANDO POR LAS ALMAS (Hebreos 13:17)

Como ya comentado visto en muchas predicaciones anteriores, esta última sección de Hebreos corresponde a las aplicaciones más prácticas de la carta. Aunque desde el capitulos 2 hasta el 13 están llenos de aplicaciones y advertencias para la iglesia, es en el capitulos 13 donde encontramos la forma en como debemos conducirnos a la luz del evangelio. Una de ellas, es sujetándonos a los pastores que Dios ha establecido en su iglesia, con el fin de cuidarnos y pastorearnos en representación del Verdadero Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesucristo. Este velar por las almas se lleva a cabo por medio de la oración y la exhortación.
La semana pasada estudiamos una oración pastoral a favor de las ovejas de Dios, una oración que:
En primer lugar, reconoce y se dirige al Dios de Paz, aquel que nos ha reconciliado consigo mismo, haciendo paz entre El y nosotros, y que a su vez, es nuestra paz.
En segundo lugar, es una oración que afirma nuestra confianza en Cristo.
Reconoce a Cristo como el Buen Pastor.
Recuerda el pacto eterno de Dios.
También, es una oración que pide lo que es bueno, intercede para que Dios por medio de su poder nos haga aptos para toda buena obra, y no tanto por el cambio de circunstancias. Es decir, pide lo que es bueno para la iglesia.
Finalmente, es una oración que da gloria a Dios.
Los pastores velan, y cuidan de nosotros por medio de la oración, al igual que lo hizo el Señor Jesucristo estando en esta tierra como se muestra en Juan 17:9 “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,”, pero no solo en esta tierra, sino tambien ahora mismo se encuentra orando e intercediendo por nosotros, como afirma Hebreos 7:24-25 “mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” El ministerio pastoral debe estar marcado por la constante oración a favor del pueblo de Dios.

LA EXHORTACIÓN PASTORAL (Hebreos 13:22)

El otro medio por el cual los ancianos velan por la salud espiritual de las almas de los miembros de la iglesia, es por medio de la exhortación, que no es otra cosa que la enseñanza oral bíblica fiel, esto puede ser en forma de predicación, enseñanza o incluso en alguna conversación personal con algún hermano.
De modo que, así como la oración debe ocupar un lugar importante en el cuidado pastoral por las ovejas, también debe estar presente la continua enseñanza y exhortación por medio de la Palabra de Dios. Los pastores hacen uso de la Palabra de Dios, explicándola fielmente, predicándola de manera expositiva, con el fin de animar, exhortar, consolar, para afirmar esperanza del evangelio en los corazones de la iglesia, pero también para corregir, amonestar o disciplinar cuando sea necesario.
De hecho, en la primera parte del capítulo 13, se nos manda a recordar a los pastores, ¿por qué motivo? Porque nos hablaron la Palabra de Dios, es decir, recordemos a los pastores por su enseñanza.
La enseñanza es vital para el ministerio pastoral, de hecho, un hombre que no esté capacitado para enseñar no debe ser pastor. Dentro de los requisitos que encontramos en 1 Timoteo 3:2 “Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar
Aunque todo hombre debe saber enseñar la Biblia porque la debe enseñar a su esposa y sus hijos, pero en el pasaje de 1 Timoteo, no está hablando de esa función pastoral en casa que todo hombre tiene, sino, de un don que Dios da a quienes llama al ministerio pastoral. El don de enseñanza es la hablidad dada por Dios para poder enseñar e instruir en doctrina, al mismo tiempo que se defiende la doctrina apostólica. Dentro de los requisitos para los pastores, la gran mayoría tienen que ver más con el carácter que con las capacidades. Sin embargo, las dos capacidades que se mencionan son de igual importancia que el carácter moral e irrepresentable. La capacidad para enseñar y la capacidad para gobernar bien su casa.
Cuando el Señor Jesús llamó a Pedro en John 21:15-17 “Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.”
Apacentar tiene que ver con alimentar. Esta es la labor principal del pastor, alimentar a las ovejas con la Palabra de Dios.
2 Timothy 2:15-16 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad". Los pasotres, de hecho, tendremos que rendir cuentas a Dios, no solo por las almas que están a nuestro cuidado, sino también por la manera en como hemos usado la Palabra de Verdad, si hemos sido diligentes en nuestro estudio de la Palabra y también si hemos sido diligenes al enseñarla con fidelidad en todo momento. Especialmente, la Biblia nos ha sido dada por Dios para que con ella podamos también velar por las almas a nuestro cuidado.
OS RUEGO...
Ahora bien, el autor ha venido desarrollando ese miniterio de la enseñanza acerca de Cristo fielmente en toda la carta, y también nos ha exhortado a permanecer, a perseverar en la esperanza que es en Cristo Jesús. El llamado que encontramos en el versículo 22, es a soportar la exhortación. Lean conmigo nuevamente el texto:
Hebrews 13:22 “Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente.”
Los pastores no estamos llamados a ejercer fuerza sobre la congregación. La autoridad que Dios nos ha dado no debe ser ejercida con dureza, pero si con verdad y firmeza. Firmeza no es lo mismo que dureza, en absoluto. Con firmeza debemos confrontar el pecado, con firmeza debemos exhortar, con firmeza debemos corregir, pero esa firmeza debe ir acompañada de un amor y una amabilidad pastoral. Recuerdo que estando en Washington el Pr. Mark Dever decía en uno de los entrenamientos que la congregación debe primero conocer el abrazo pastoral antes que la corrección pastoral. Creo que hay mucha sabiduría en lo que dijo. La firmeza que debemos tener en la enseñanza no es opuesta al amor, el cuidado, incluso la ternura pastoral que debemos tener cuando ejercemos el ministerio.
Esta expresión “os ruego...”, representa este cuidado y preocupación del pastor. Ahora bien, es firme, no titubea para confrontar la actitud inmadura de esta iglesia. En Hebreos 5:11-14 “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.”
No es un pastor que tiene temor de describir el problema que ve en ellos, pero al mismo tiempo, dentro de toda la carta, los anima, los motiva y los exhorta a seguir adelante.
Pero, muestra este cuidado, les ruega, les suplica. El tono es como el de un padre o una madre que ruega a sus hijos que le obedezcan porque él o ella saben qué es lo mejor para ellos.
QUE SOPORTEIS LA EXHORTACIÓN...
Les reuga además que soporten la exhortación. Este es un punto muy importante porque el soportar es una muestra de que uno pertenece al reino de Dios. Vamos a recordar lo que dice Hebrews 12:3-7 “Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?”.
El soportar la disciplina y la exhortación es una muestra de que Dios nos trata como a hijos. Si rechazamos o menospreciamos la exhortación, entonces, Dios nos deja sin disciplina, y eso significa que no somos parte del pueblo.
El apostol Pablo dice algo parecido a esto cuando le escribe a Timoteo 2 Timothy 4:3 “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,”. Los falsos creyentes no sufren la sana doctrina sino que la rechazan porque rechazan a Dios mismo. No soportan ser corregidos ni exhortados porque no tienen interés en el crecimiento espiritual sino que seguir sus propios caminos. El soprotar la exhortación y la disciplina, pone de manifiesto dos cosas:
Puede que seas inmaduro en la fe, como un niño pequeño que no le guste que lo mande o lo corrijan o le digan lo que tiene que hacer.
Puede que seas un incrédulo sin darte cuenta, y te estés engañando a ti mismo.
Hay una linea muy delgada entre la inmadurez espiritual y la incredulidad, porque la inmadurez nos lleva a comportarnos como incrédulos en muchas ocasiones. En estos casos, la exhortación ha de ser más severa incluso para despertar a la persona de adormecimiento que la inmadurez y el pecado producen en su vida. El autor de Hebreos lo hizo en el capítulo 5. Y Pablo también lo hace, no solo en 1 Corintios, sino también en Galatas. Santiago lo hace en el capítulo 4 de su carta. Cuando el creyente se comporta de manera inmadura, hay que exhortar con mayor firmeza, a fin de que reaccione ante la Palabra de Dios, si no reacciona, puede que estemos hablando de un incrédulo engañándose a sí mismo.
CONEXION CON EL EVANGELIO
Amado amigo, quizas has venido a la iglesia toda tu vida, y crees que por eso ya eres creyente, pero al igual que Pablo dijo a los Corintos, te exhorto a que examines tu corazón para ver si verdaderamente estás en la fe, ¿como respondes a la exhortación bíblica? ¿como respondes a la predicación de la Palabra? ¿Te quejas porque es muy larga, tediosa, porque es mucho tiempo y se hablan de cosas en las que no tienes mucho interés?
Esto puede que sea una evidencia, bien o de tu inmadurez espiritual o de tu incredulidad. Te animo a que prestes atención al llamado bíblico y arrepentirte de esa actitud que muestra una falta de interés y de amor por la Palabra de Dios.
O quizas, nunca has venido a la iglesia y la primera vez. Quizas has venido queriendo escuchar algo que te haga sentir mejor contigo mismo, amado, déjame decirte que el mensaje de la Biblia no es para alimentar tu ego, ni para empoderarte, ni para que te sientas motivado a seguir luchando por tus sueños. El mensaje bíblico nos muestra nuestro pecado y la manera en como hemos sido rebeldes e irreverentes con el Dios del universo.
Rechazar la enseñanza biblica es una muestra más de esa rebelión, ninguno quiere que lo exhorten, no nos gusta, es parte de nuestra naturaleza. Pero esto solo nos llevará al castigo eterno que nuestras acciones pecaminosas merecen. Todos los que estamos en este local hoy hemos pecado contra Dios, y merecemos morir eternamente. Pero la enseñanza de la Biblia nos muestra que Dios envió su Hijo Jesucristo para morir por nuestros pecados, y cargar sobre sí nuestra culpa y nuestra maldad, y revestirnos de justicia delante de Dios. Pero, a menos que aceptemos la exhortación y procedamos al arrepentimiento y fe, seguiremos en nuestros pecados. Te animo, no rechaces la exhortación y ven a Cristo para recibir perdón de Dios.
Solo reciben la exhortación quienes son hijos de Dios. Si se rechaza la exhortación, esto expone la inmadurez o la incredulidad de nuestro corazón mas que la dureza de la disciplina o exhortación en sí misma.
¿EN QUE CONSISTE ESTA EXHORTACION?
Ahora bien, ¿en qué consiste esta exhortacion? Se refiere a toda la carta, evidentemente. La exhortación esta compuesta por todas las secciones de la carta que ha escrito. Al autor dice que les ha escrito brevemente. Lo más probable es que esta carta haya sido leída en la congregación y haya tomado 1 hora aproximadamente en leerla. Se trata de el evangelio mismo, enfatizando la persona y obra de Jesucristo, y llamando a la iglesia a permanecer firmes en tal enseñanza.
EL PROPOSITO DE LA ENSEÑANZA...
Todo este propósito de la enseñanza se puede resumir en esto: “capacitar, estimular y exhortar a la iglesia para las buenas obras”. Por eso el pastor debe ser apto para enseñar la Palabra de Dios, porque debe poder enseñar para que el pueblo de Dios sea capacitado para toda buena obra.
Este es el testimonio que nos da toda la Escritura, en la Biblia encontramos este propósito, tanto para la oración como para la exhortación. La oración de Hebreos 13:21 es para que el pueblo de Dios sea capacitado para toda buena obra, haciendo lo que es agradable delante de Dios. En 2 Timoteo 3:16-17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”. Pero, no solo esto, uno de los propósitos de congregarse es estimularnos a las buenas obras. Hebreos 10:24-25 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”. De modo que, los pastores oramos, predicamos y animamos a la congregación a venir a la iglesia con el fin de ser entrenados, estimulados y capacitados por el poder de Dios para toda buena obra.
Estas buenas obras incluyen varias áreas de la vida cristiana, y dependiendo del libro en el que nos encontraremos, veremos un énfasis en alguna en específico. Pero, tomando todo el consejo de Dios en la Biblia, vemos que las buenas obras a las que incluye:
Aprender y crecer en el conocimiento de la Biblia.
Obedecer cada vez más los mandamientos de Dios en la Escritura.
Alejarnos cada vez más del pecado que intenta dominarnos nuevamente.
Usar nuestros dones y talentos para servir a otros.
Bendecir a otros con nuestras posesiones para la gloria de Dios.
Y, en el caso de Hebreos, para de estas buenas obras es permencer firmes y perseverar en las promesas y esperanza que hay en Cristo.
El apóstol Pablo tenia claro este propósito, en Colosenses 1:28 “a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;”.
Fíjense en los verbos que usa Pablo, anunciar, amonestar, enseñar, a todos los hermanos.
Amados, no puedo ser más enfático en esto, el llamado que tenemos es para animaros por medio del Evangelio, y exhortaros para que podais presentaros como perfectos delante de Cristo, que podáis correr la carrera de la fe sin ningún peso ni ningún pecado que os estorbe en la carrera, para la gloria de Dios.
APLICACIONES
Por esta razón, hermanos, os animo a tener la mejor disposición al recibir la instrucción de los pastores, a reconocer la autoridad dada por Dios, y a percibir la corrección como un acto de amor, más que como un castigo.
A que profundicéis en el conocimiento del Señor y crezcáis en la fe. Que seamos creyentes maduros por medio de la aceptación de la enseñanza y de la instrucción.

BUENAS NOTICIAS DE LOS HERMANOS, Y SALUDOS FINALES (Hebreos 13:23-25)

Finalmente, entramos en los versículos del v.23-25 y encontramos algunos puntos interesantes.
El saludo final nos muestra que esta carta no estaba dirigida principalmente a los pastores sino a la iglesia. El hecho de que este dirigida a la iglesia es significativo, porque eso quiere decir que profundizar en la doctrina de Cristo es para la iglesia, no únicamente para los pastores. De hecho, dice saludad a vuestros pastores. Es decir que la iglesia reunida debía leer esta carta y luego, saludar a los pastores. Es interesante, porque si alguien enviara una carta a alguna iglesia, generalmente los pastores somos los que la leeríamos, sin embargo, esto nos demuestra que son los miembros quienes deben también tomar responsabilidad.
En segundo lugar, los pastores vuelven a ser mencionados en este capítulo por tercera vez, en primer lugar debemos recordar a los pastores, debemos sujetarnos y obedecer a los pastores, y finalmente saludar a los pastores. Esto realmente nos muestra que el autor está dirigiéndose a la iglesia reconociendo a los líderes. Saludarlos es un reconocimiento a ellos, de manera especial.
Se ve un interés entre hermanos al saludarse unos a otros, y de esta manera, hermanos, terminamos esta carta maravillosa.
Comentario final: Mi anhelo es que la esperanza en Cristo a la que nos llama Hebreos quede arraigada para siempre en nuestros corazones, y que deseemos cada vez la ciudad celestial cada vez más. Que las advertencia contra la apostasía que nos hace Hebreos, también nos alerten de los peligros que enfretaremos en la carrera de la fe. Pero por sobre todas las cosas, reugo a Dios para que Hebreos nos permita de ahora en adelante tener una imagen clara y más excelsa del nuestro Salvador, que podamos comprender cuan hermoso es nuestro Salvador. Amen.
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