La Promesa del Espíritu Santo: Parte III, Bautizados por el Espíritu

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¿Qué significa ser bautizados por el Espíritu Santo? ¿Cuándo y cómo sucede esto?

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Repasemos

Durante estas últimas semanas hemos hablado acerca de las dos promesas que Jesús hizo a sus discípulos antes de partir:
Preguntar si alguien recuerda y dar algún premio.
El Espíritu Santo descendería sobre ellos.
Jesús retornaría un día a juzgar al mundo y establecer su reino eterno.
En esta serie nos estamos enfocando en la primera promesa, la venida del Espíritu Santo y su significado para nosotros.

La promesa del Espíritu Santo se encuentra en Hechos 1:8

Leamos el versículo para recordar:
Acts 1:8 NVI
Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
Es importante recordar que: La promesa ya cumplida, la venida del Espíritu Santo, es la que nos empodera para ser testigos de la resurrección y a la vez nos garantiza el cumplimiento de la segunda promesa, el retorno de Cristo al final de los tiempos.
Ahora bien, la semana pasada hablamos sobre el día de Pentecostés y su significado. Vimos también que ese mismo día los discípulos fueron bautizados con el Espíritu Santo.
Hoy vamos a estudiar lo que sucedió después de Pentecostés y la importancia de estos hechos para nosotros.
La pregunta central que nos atañe el día de hoy es:

¿Qué es el bautismo en el Espíritu Santo?

Bautismo del Espíritu Santo

Empecemos definiendo lo que es el bautismo del Espíritu Santo.
Recuerda que hace un par de semanas explicamos que el bautismo era una ceremonia de identificación con un movimiento al cuál uno se unía. El bautismo marcaba un antes y un después.
Por lo tanto: El bautismo del Espíritu Santo es algo que sucede una vez y para siempre en la vida del creyente, es lo que marca un antes y un después. Es el paso de muerte espiritual a vida espiritual.

¿Cuándo somos bautizados por el Espíritu Santo?

La Biblia es clara en explicar que somos bautizados por el Espíritu Santo el momento que aceptamos la salvación de Cristo por la fe.
Leamos algunos versículos al respecto.
Acts 11:15–16 NVI
»Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo descendió sobre ellos tal como al principio descendió sobre nosotros. Entonces recordé lo que había dicho el Señor: “Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.”
Aquí, Pedro está haciendo referencia a la venida del Espíritu Santo sobre Cornelio y su familia.
Este es el “Pentecostés” de los gentiles, cuando el Espíritu Santo se derramó sobre “lo último de la tierra”.
Fíjate cómo es que Pedro explica que cuando él les habló del evangelio, el Espíritu Santo se derramó sobre ellos y fueron salvos.
Romans 6:3–4 NVI
¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.
Colossians 2:12 NVI
Ustedes la recibieron al ser sepultados con él en el bautismo. En él también fueron resucitados mediante la fe en el poder de Dios, quien lo resucitó de entre los muertos.
Aquí Pablo está explicando que el bautismo en agua simboliza un bautismo mucho más profundo, el bautismo del Espíritu Santo.
Cuando nos entregamos a Cristo por la fe, la Biblia dice que por medio del bautismo (es decir del Espíritu Santo) ahora también estamos muertos al pecado y vivos para Dios.
1 Corinthians 12:13 NVI
Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo—ya seamos judíos o gentiles, esclavos o libres—, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
En este pasaje el apóstol Pablo está hablando de la diversidad de dones que hay en el cuerpo de Cristo, la iglesia.
Sin embargo, a pesar de la enorme diversidad, hay algo que nos une a todos, somos bautizados por un sólo Espíritu.
TODO HIJO DE DIOS ha recibido el bautismo del Espíritu Santo.
Ephesians 1:13–14 NVI
En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Éste garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.
Este es un pasaje sumamente importante que vale la pena analizar un momento.
En el griego los verbos “cuando oyeron” y “creyeron” son participios adverbiales circunstanciales o temporales.
El verbo que gobierna esta cláusula es “fueron sellados”.
Entonces, lo que Pablo está diciendo es que al momento de oír el evangelio y creerlo, somos sellados con el Espíritu Santo prometido.

Somos bautizados con el Espíritu Santo el momento mismo que escuchamos el evangelio y lo creemos.

Esto responde a la pregunta del ¿cuándo? Ahora nos falta enfocarnos un poco en el ¿cómo?

¿Cómo somos bautizados por el Espíritu Santo?

Vimos que cuando el Espíritu Santo se derramó sobre los discípulos en Pentecostés, estos comenzaron a hablar en lenguas.
El segundo gran derramamiento del Espíritu Santo sucede en Hechos 8:9-17 en Samaria.
Nota que aquí se menciona el bautismo del Espíritu Santo, pero no se mencionan las lenguas.
El derramamiento del Espíritu Santo sobre los samaritanos representa el cumplimiento de lo dicho por Cristo en Hechos 1:8, serán testigos en Jerusalén, toda Judea, Samaria...
Además, representa el final de la barrera que dividía a los judíos de los samaritanos.
Explicar un poco sobre las divisiones entre judíos y samaritanos.
El tercer gran derramamiento del Espíritu Santo fue en Hechos 10, cuando por medio de Pedro el Espíritu Santo es derramado sobre los gentiles.
En este caso las lenguas son explícitamente mencionadas en el versículo 45.
El derramamiento del Espíritu Santo sobre los gentiles abría las puertas a la última etapa de la orden de Jesús en Hechos 1:8, “me serán testigos… hasta lo último de la tierra”.
En este caso, las lenguas simbolizan el hecho de que el evangelio es accesible para todos y debe ser predicado en todo lugar y en todo idioma”
Finalmente, en el mismo capítulo 9 de Hechos leemos sobre la conversión de Saulo/Pablo, en el versículo 17 encontramos que fue bautizado con el Espíritu Santo sin ninguna mención a las lenguas.
Además, a lo largo de todo el libro de Hechos encontramos una serie de relatos de conversiones, algunas incluyen hablar en lenguas y otras no.

¿Qué dice el apóstol Pablo acerca de las lenguas con relación al bautismo del Espíritu Santo?

Toda la sección de 1 Corintios 12-14 se dedica a los dones del Espíritu Santo, dando especial atención a las lenguas y la profecía.
Hoy no nos vamos a detener a analizar los 3 capítulos completos, simplemente nos vamos a enfocar en un par de versículos que resumen muy bien lo que la Biblia enseña acerca de este don:
1 Corinthians 12:27–13:3 NVI
Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro de ese cuerpo. En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego los que hacen milagros; después los que tienen dones para sanar enfermos, los que ayudan a otros, los que administran y los que hablan en diversas lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones para sanar enfermos? ¿Hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todos? Ustedes, por su parte, ambicionen los mejores dones. Ahora les voy a mostrar un camino más excelente. Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.
Nota la serie de preguntas en los versículos 29-30, en griego estas preguntas están expresadas en una estructura gramatical específica, la cual espera una respuesta negativa. En otras palabras, la respuesta a cada una de estas preguntas es NO.
Entonces, aquí (y en el contexto más amplio de estos pasajes), el apóstol Pablo es claro en explicar que el Espíritu Santo reparte dones a TODOS en la iglesia, Él los reparte como Él quiere.
Pero, NO TODOS tienen los mismos dones. Por lo tanto, NO TODOS hablarán en lenguas.
Entonces, Tanto en el libro de los Hechos como en las enseñanzas de Pablo, descubrimos que las lenguas no son ni requisito ni señal del bautismo del Espíritu Santo.
¿Eso quiere decir que las lenguas no son importantes o que no son reales? ¡Por supuesto que son importantes y son un don real!
Pero, no son para todos, son para aquellos a quienes el Espíritu Santo les otorgue este don, que es uno entre muchos otros.
Además, en 1 Corintios 14, el mismo apóstol Pablo explica el uso de este don y es claro en expresar que el culto dominical no es el lugar para hacer énfasis en este don.

¿Cuál es la verdadera señal del bautismo en el Espíritu Santo?

Según el pasaje de 1 Corintios 13, y muchos otros pasajes Bíblicos, la verdadera señal de ser bautizados en el Espíritu Santo es el amor de Dios derramado en nosotros.
Entonces, respondiendo a la pregunta de esta sección,
¿cómo somos bautizados por el Espíritu santo?
No hay una “señal” o “norma” específica.
Somos bautizados mediante la fe en Cristo.
Esa fe es el mecanismo por el cual el Espíritu Santo nos bautiza y nos otorga la nueva vida en Cristo.
Ser bautizados por el Espíritu Santo significa que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones y que ahora somos sus hijos.

Somos bautizados por el Espíritu Santo una sola vez y para siempre

Pero, ¿es lo mismo ser bautizados por el Espíritu que ser llenos del Espíritu?
De esto hablaremos en la cuarta y última parte de nuestra serie.
Por ahora, antes de irnos, quiero hacerte la invitación a que puedas ser bautizado por el Espíritu Santo, si nunca antes le entregaste tu vida a Cristo, no te vayas sin hacerlo hoy.
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