No Codiciarás

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La codicia y el contentamiento

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Introducción

Hoy vamos a finalizar con nuestra exposición de los 10 mandamientos. El 10 mandamiento es muy especial, por dos razones:
No hay ninguna ley humana que lo considere entre sus normas éticas
Su prohibición tiene que ver con los deseos del corazón, no con nuestras acciones. Veremos hoy, como el hecho de que se haya puesto al final de la lista de normas que Dios exige de su pueblo, indica que es el clímax de la ley y que su quebrantamiento afecta nuestra obediencia a toda la ley. Para decirlo de otra manera, todas nuestras acciones pecaminosas contra Dios y nuestro prójimo tiene su fuente en los deseos del corazón.
De manera positiva, Dios quiere que nosotros como su pueblo aprendamos a conducirnos en amor para con Él y con el prójimo, esto implica nuestra conducta externa y nuestras motivaciones internas. Dios en su ley nos llama a rendirle todo nuestro ser. Como lo dice Pablo
1 Tesalonicenses 5:23 NBLA
Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
El Señor nos ha redimido para que nos consagremos por completo a El.
De manera que al considerar esta mañana el 10 mandamiento, veremos que Dios nos llama a consagrarnos a El aun en nuestro corazón. Hermanos Dios nos ha redimido, él nos ha comprado con precio de sangre, no nos pertenecemos, nos debemos a él.
Así a que atendamos esta mañana su palabra, que nos invita a hacer dos cosas: a desechar todo mal deseo de nuestros corazones y vivir contentos de tenerle a él como nuestro Dios y como la suma de todo gozo. Vamos a considerar estos dos puntos esta mañana mientras estudiamos nuestro texto.
Éxodo 20:17 NBLA
»No codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo»
Aquí tenemos una orden absoluta, que se repite dos veces: “No codiciarás”. La repetición en la biblia es importante, este es uno de lo mandamientos que tenemos la tendencia a menospreciar, no vemos que sea tan escandaloso quebrantarlo, tenemos la tendencia a pensar que si no nos están viendo pecar podemos considerar que somos personas moralmente buenas.
Se nos olvida lo que dice el Señor:
Proverbios 21:2 NBLA
Todo camino del hombre es recto ante sus ojos, Pero el Señor sondea los corazones.
Amados, debemos recordar que Dios juzgará los deseos de nuestro corazón. Ademas estos deseos él los conoce. Recordemos lo que nos dice Hebreos:
Hebreos 4:13 NBLA
No hay cosa creada oculta a Su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta.
De manera que es necesaria la repetición de este mandamiento, para recordarnos que nuestra obediencia al Señor debe ser tanto interna como externa.
De hecho, una des promesas del evangelio tiene que ver con que Dios cambiará nuestro corazón, por el E.S. Dios trasforma nuestros corazones para que tengamos nuevos deseos que finalmente resultaran en una vida que evidencia que hemos sido redimidos por su poderosa mano....
Ezequiel 36:26 NBLA
’Además, les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne.
Ahora, a la luz de esta promesa, se nos llama como el pueblo redimido que somos, vivir a la altura de nuestra nueva identidad. Nuestra nueva identidad implica que debemos dar por muerto nuestro viejo hombre con sus pasiones y deseos como dice:
Colosenses 3:5 NBLA
Por tanto, consideren los miembros de su cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.
De esto se trata el mandamiento.... Dios nos llama a la luz de lo que ya somos en Cristo a que:

1. Desechemos los malos deseos de nuestro corazón - Debemos considerarlos muertos.

El rey de los malos deseos, es la codicia. Recordemos la ley de las categorías. Así como el adulterio es el clímax de todo pecado sexual, la codicia es el clímax de todo mal deseo.
¿Qué es la Codicia?
La codicia podemos definirla como un deseo desordenado, descontrolado y egoísta de obtener algo que le pertenece a otra persona.
El quebrantamiento de este mandamiento, nos costo la vida a todos nosotros, recordemos que fue por este pecado, que Adán y Eva fueron expulsados del paraíso de Dios.
Génesis 3:6 NBLA
Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió.
El deseo desordenado de Eva, la llevo a tomar el fruto del árbol que Dios se reservo para él en el paraíso. Eva tomó este fruto para ganar algo que no le fue dado.
Adán y Eva podía disfrutar de todo el huerto de Jehová, Dios se reservo solamente un árbol, pero Eva siendo tentada por satanás, codició aquello que pertenecía Dios, argumento a su corazón que tomarlo era bueno porque serían tan sabios como Dios, entonces siguió su deseo perverso y el pecado de rebelión se hizo evidente cuando tomo del fruto y luego se lo ofreció a su marido.
Noten que lo que comenzó como un mal deseo, se convirtió en una acto de rebelión. La maldad comenzó como una semilla que dio a luz el pecado y el pecado trajo muerte y condenación a todos los hombres. Los deseos del corazón son pues, la fuente de todas las acciones pecaminosas.
¿Recuerdan que la ley se resume en amar a Dios y a nuestro prójimo?
Bueno, cuando codiciamos estamos mostrando lo opuesto al amor. Estamos menospreciando a Dios y a nuestro prójimo.
A. Noten el que codicia menosprecia a Dios:
Cuando Adan y Eva decidieron tomar del árbol que Dios se reservó para él, estaban diciéndole: Dios, no estos contentos con todo el mundo que pusiste bajo mis pies para que lo disfrutemos, queremos más - No estamos a gusto con tigo como nuestro Dios, eres cruel al negarnos lo que te pertenece, queremos tu divinidad, queremos tu sabiduría, no queremos ser creaturas, sino dioses. Eres un Dios cruel y despiadado que no nos trata como merecemos.
B. Noten como la codicia es un menosprecio por el prójimo
Santiago 4:2 NBLA
Ustedes codician y no tienen, por eso cometen homicidio. Son envidiosos y no pueden obtener, por eso combaten y hacen guerra. No tienen, porque no piden.
Cuando somos codiciosos, pensamos solo en lo que es bueno para nosotros, lo que nos gustaría tener, lo que nos haría felices a nosotros y cómo nuestras vidas serían mejores si tuviéramos lo que deseamos, independientemente de si en el proceso de conseguir lo que deseamos afectemos a las personas que nos rodean.
Además, como nos molesta cuando no tenemos o no disfrutamos lo que otros tienen. Por esta razón se producen las guerras entre nosotros. Lo que tiene el otro siempre será mejor y lo queremos tomar, sin importar el costo.
Una persona que codicia no ama a Dios y no puede amar a su prójimo, por lo tanto este es un pecado que quebranta toda la ley. Por esto esta en el clímax de los 10 mandamientos. Este pecado es la raíz de todos los males.
1 Timoteo 6:10 NBLA
Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.
El mismo Pablo al considerar este mandamiento, se sintió un quebrantador de toda la ley:
Romanos 7:7 NBLA
¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡De ningún modo! Al contrario, yo no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la ley. Porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la ley no hubiera dicho: «No codiciaras».
La codicia es pues, un pecado terrible. Por esta razón se encuentra en el grupo de los pecados mas escandalosos que caracterizan al hombre que le da la espalda a Dios:
Romanos 1:28–29 NBLA
Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen. Están llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia, llenos de envidia, homicidios, pleitos, engaños, y malignidad. Son chismosos,
La codicia es además un pecado que merece que la ira de Dios sea derramada sobre los codiciosos:
Efesios 5:5 NBLA
Porque con certeza ustedes saben esto: que ningún inmoral, impuro o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
¿Pero quién no es codicioso? ¿Quién esta libre de este pecado tan aborrecible para Dios? Hermanos, todos hemos codiciado.... Noten lo que se nos ordena el el mandamiento:
No codiciarás la casa de tu prójimo… ” ¿Acaso no haz dicho en tu corazón? “Que casa tan bonita tiene esta personas. Qué bueno sería vivir en una casa así, se ve tan agradable, tan ordenada. Que desgracia el basurero en el que me toco vivir. Esto no es justo.”
…no codiciarás la mujer de tu prójimo… ” ¿Acaso no haz dicho a tu corazón?… “¿Por qué me casé con este hombre o con esta mujer? Mire el marido que tiene esta mujer, es tan amable, tan servicial, mire cómo trata a los niños y cómo le ayuda a su esposa, es tan considerado. Es injusto que toco el peor hombre..... “Que mujer más bella, siempre anda arreglada, a pesar de los años se ve woow ¿Por qué mi esposa no envejeció así? Si me hubiera casado con una así, seguro me sentirá mas feliz”.
…o su siervo, o su sirva, o su buey, o su asno… ” ¿Acaso no has dicho a tu corazón?... “Porque es que toca andar en este bus y otros si pueden tener aunque sea una lata de carro… porque tengo esta lata de carro y no puedo tener un modelo más nuevo, no es justo… Porque todos están saliendo de vacaciones, como es que consiguen para ir a otros países y yo aquí confinado, con suerte puedo salir a la tienda o a un parque”.... “¿Por qué me toco este trabajo tan horrible?” “¿Por qué mis hijos no son como los estos hermanos, tan juiciosos” “¿Por qué mis papas son una verguenza, porque no me tocaron papás como los del hermano?”
…ni nada que sea de tu prójimo. ¿Acaso no has dicho? “Porque no tengo la inteligencia y el ingenio de esta persona..... Mi vida sería mucho mejor si fuera tan bonita como ella, me toco el rostro de la feas... ¿Por qué no pude tener una familia normal? ¿Por qué no puedo correr, saltar o ser tan hábil para los negocios como mis amigos? ¿Por qué todo en mi vida es tan difícil, pero para esta persona todo parece tan fácil?
¿Acaso no hemos pecado contra Dios de muchas de estas formas?
Nuestro catecismo dice:
P.148. ¿Cuáles son los pecados que se prohiben en el décimo mandamiento?
R. Los pecados que se prohiben en el décimo mandamiento son: el descontento por nuestra propia condición; el envidiar y el dolerse por el bien de nuestro prójimo, junto con motivaciones y deseos desordenados por cualquier cosa que pertenece a nuestro prójimo.
No solo nos debemos lamentar por este pecado y sus consecuencias, sino que debemos recordar que este pecado nos convierte en idolatras.... leímos al inicio este texto:
Colosenses 3:5 NBLA
Por tanto, consideren los miembros de su cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.
Noten como, la codicia es idolatría.
Un idolatra dice: "Necesito esto para ser feliz, no puedo vivir sin esta casa, sin estar con esta persona o sin tener esta posesión, no puedo ser feliz sin esto. Si Dios no me da esto que quiero y merezco, él no es bueno.
El idolatra define a Dios según sus propios términos.
El idolatra vive para sus ídolos.
El codicioso siempre estará buscando tener mas de aquellas cosas que desea y nunca se saciará. Su corazón está obsesionado con obtener lo que desea, que nunca serás suficiente. Su corazón será como aquel terreno lleno de espinas y cardos descrito por Jesus en su parábola. La palabra de Dios se ahoga, y no podrá echar raíz para bendecir su vida, porque esta en búsqueda de la felicidad, cautivado con las cosas que ofrece este mundo. Nunca tendrá tiempo para orar, para buscar al Señor en su palabra, para estar con hermanos y ocuparse de las cosas de Dios.
El codicioso es un idolatra y lo demuestra, porque como el joven rico que se acerco a Jesus, no está dispuesto a renunciar a nada de lo que posee, porque sus posesiones le poseen, gobiernan su corazón. El codicioso no se da cuenta que todo lo que tiene finalmente será destruido.
El codicioso, por cuanto se ha apartado del único Dios verdadero, jamas tendrá contentamiento. Fuimos creados para Dios y nuestra alma solo esta satisfecha en él.
El codicioso piensa cómo el hombre del poema de Swindoll que dijo:
“Era Primavera, pero era Verano lo que quería: Los días cálidos y el aire libre. Era Verano, pero era Otoño lo que quería: Las hojas coloridas y el aire fresco y seco. Era Otoño, pero era Invierno lo que quería: La hermosa nieve y la alegría de la temporada navideña. Era Invierno, pero era Primavera lo que quería: La calidez y el florecimiento de la naturaleza. Yo era un niño, y era la edad adulta lo que quería: La libertad y el respeto. Tenía 20 años, pero eran 30 los que quería: Ser maduro y sofisticado. Yo era de mediana edad, pero eran los 20 que quería: La juventud y el espíritu libre. Estaba jubilado, pero era de mediana edad lo que quería: La presencia de ánimo sin limitaciones. mi vida había terminado, y nunca conseguí lo que quería.
Es difícil para nosotros disfrutar cada momento que Dios nos da, cada comida que nos provee, la familia que hoy tenemos, los amigos que están disponibles para nosotros y la salvación que el Señor nos ha ofrecido. En nuestro deseo codicioso, nos concentramos en lo que no tenemos en lugar de lo que tenemos y esto no nos permite estar contentos.
Siempre estamos pensado: Si tan solo.... tuviera esto… si tan solo ganara mas.... entonces sería feliz. .Nuestro descontento nunca tendrá fin y nos hará sentir cómo miserables el resto de nuestra vida.
Espero haberles convencido de lo perverso que es tener estos malos deseos. Nos hacen menospreciar a Dios y las personas, nos hace viles, descontentos, miserables y finalmente merecedores del infierno.
Este mandamiento, más que cualquier otro, nos convence de que somos pecadores. Lo hace con él misericordioso propósito de mostrarnos que necesitamos un Gran Salvador. Este salvador es Jesucristo - El nunca codicio para presentarnos justos delante de Dios y en la cruz llevo la ira de Dios que nosotros merecíamos por este pecado. Y nos nos llama al arrepentimeinto y a la fe.
Si eres un codicioso, debes saber que Dios te a dado el mayor de los dones para redimirte, el te ha demostrado que no te ha dado lo que mereces, sino que te ha extendido su misericordia, para que vengas a él en arrepentimiento desechando de tu vida todo mal deseo, abandonando tus ídolos y luego te llama a:

2. vivir contento de tenerle a él como tu Dios, como la suma de todo gozo.

Debo decir que no todos los deseos son egoístas. Dios nos hizo con la capacidad de desear:
Nuestro deseo por la comida nos recuerda que debemos comer.
Nuestro deseo de hacer algo útil nos motiva a trabajar.
Nuestro deseo de amistad nos atrae a una comunidad.
Nuestro deseo de intimidad, incluida la intimidad sexual, nos conduce al matrimonio.
Y el deseo más profundo de todos los deseos con los que fuimos creados, es el deseo de conocer a Dios.
Pero nuestros deseos están corrompidos por el pecado. Deseamos lo equivocado, de la manera equivocada, en el momento equivocado y por la razón equivocada, y esto es lo que descarta el décimo mandamiento.
¿Cómo podemos mortificar los malos deseos que permanecen con nosotros?
1 Timoteo 6:6 (NBLA)
Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.
Codiciar se trata de ganar. ¿No es por eso que codicias? “Quiero ganar una posesión, un amigo o una casa”. Y Dios dice: “¡Bien! ¿Quieres ganancia? Quiero que tengas ganancia. Quiero que tengas alegría. quiero bendecirte Pero no lo obtendrás codiciando. Lo obtienes a través del contentamiento.
Que amas? ¿Qué estás persiguiendo? ¿En qué piensas en la ducha, de camino al trabajo, conduciendo o doblando la ropa? ¿Qué es lo único que crees que necesitas para ser realmente feliz? Si la respuesta es otra cosa que no sea Dios, eres un idólatra. Dios entiende que nuestra salud y nuestro matrimonio son importantes; que no queremos estar solos; que la salud familiar y la pureza son importantes; y que queremos paz, tranquilidad, relaciones, un techo sobre nuestra cabeza, ropa sobre nuestras espaldas y comida para comer. Él no ignora esas cosas y sabe lo que necesitamos.
“Si tan solo tuviera _____, finalmente sería feliz”. ¿Qué hay en ese espacio en blanco? Ese es tu dios. Cuando codiciamos, estamos creyendo una mentira acerca de quién es Dios y cómo nos ama. Debemos combatir esta tentación con fe y contentamiento.
Contentamiento es querer lo que Dios quiere para nosotros en lugar de lo que nosotros queremos para nosotros. Es estar satisfecho con Dios, creer que Él nos es suficiente y que ha provisto lo mejor para nosotros.
De manera que hacemos morir la codicia, cuando estemos completamente satisfecho con Dios y con aquellas cosas que él nos provee.
Jeremiah Burroughs: “Encuentro suficiente satisfacción en mi propio corazón, por la gracia de Cristo que esta en mi. Aunque no tengo comodidades externas ni conveniencias mundanas para satisfacer mis necesidades.
Dios es todo lo que necesitamos y todo lo que debemos desear. EL NOS HA OFRECIDO LO MEJOR QUE TIENE, A SU HIJO. No nos dio a Cristo como un medio para obtener lo que queremos, como muchos lo ofrecen hoy. Dios nos ha dado a Cristo como todo lo que realmente nuestra vida necesita.
Cuando venimos a Jesús:
Recibimos el perdón de nuestros pecados a través de su muerte y resurrección.
Recibimos la promesa de la vida eterna con Dios.
Recibimos la promesa de que nunca nos dejará ni nos abandonará, que nos ayudará a través de todas las pruebas de la vida.
¿Que más necesitamos? Y en cuanto a todo lo demás, todas las cosas que pasamos tanto tiempo codiciando, Dios dice: Mateo 6:33 “»Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.”
Las personas que Dios redime, a quiénes Dios da un nuevo corazón, comprenden cual es la fuente de toda su satisfacción en la vida:
Salmo 73:25 NBLA
¿A quién tengo yo en los cielos sino a Ti? Fuera de Ti, nada deseo en la tierra.
Lucharan con la codicia como lo hizo el salmista, pero además deseará y atesorara a Dios como su bien mas preciado. Pablo dijo:
Filipenses 4:12–13 NBLA
Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad. En todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Eso no significa que orando puedes lograr lo que sea porque el Señor te fortalece. Significa que Dios será más que suficiente en tu abundancia y en tu adversidad, porque Cristo te fortalece para encontrar contentamiento den Dios.
C.S. Lewis describió: “el problema no es que deseemos demasiado, sino que deseamos demasiado poco. Estamos muy contentos con demasiada facilidad. Queremos placeres mundanos fugaces. Pero Dios no nos dice: "Qué vergüenza por querer estas cosas". Dice: "Puedo darte algo mucho mejor y más duradero que todas esas baratijas triviales".
Lo mejor que Dios no ha dado es el mismo…
Salmo 16:5–6 NBLA
El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. Las cuerdas me cayeron en lugares agradables; En verdad es hermosa la herencia que me ha tocado.
Juan 6:35 “Jesús les dijo: «Yo soy el pan de la vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed.”
¿Cómo puedes decir que te hace falta algo? ¡Lo tienes todo si tienes a Cristo! “ Mi amado es mío, y yo soy suyo…
Si no tienes a Cristo, el te invita a venir a él.
Oremos
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