EL DIOS QUE HABITA CON SU PUEBLO

Estoy seguro de que la mayoría de nosotros que estamos aquí presentes hoy, estamos convencidos de que la Biblia es la Palabra de Dios. Si estás aquí hoy, es porque afirmamos que la Biblia es inspirada por Dios y es útil para lograr sus propósitos.

Sin embargo, no siempre que nos acercamos a un texto tenemos esa misma sensación. Estamos seguros de que la Biblia es la Palabra de Dios, pero hay algunos textos que nos dan la impresión que muchas veces estamos leyendo unas intrucciones de IKEA más que la Palabra de Dios.

Mi mujer y yo hace un par de años nos mudamos a un piso nuevo, y justo fue cuando ella estaba embarazada de nuestro hijo, por lo que me tocó a mí comprar y ensamblar todos los muebles de la casa, y me convertí en un experto de cómo leer instrucciones de IKEA. En algún punto ya tenia mi método ta claro que me podía ahorrar el leer los primeros paso del manual, porque ya lo conocía.

Ahora bien, en algunas ocasiones, nos sentimos así cuando nos acercamos a la Escritura, especialmente, cuando llegamos a las instrucciones de Dios para la construcción del tabernáculo.

Pero, mi esperanza es que hoy, después de este taller, esa convicción se afiance aún más.

DIOS MANDA - Exodo 40:1-15

Nuestro texto de hoy en Éxodo 40 encierra una de las verdades más preciosas del evangelio. Esta verdad es la siguiente: “Dios desea morar con su pueblo”.

Usando el vocabulario que hemos aprendido este fin de semana, nuestro argumento es: Dios desea morar con su pueblo.

En Éxodo 40 nos encontramos precisamente nos encontramos al final de una historia sumamente apasionante, un pueblo esclavo, oprimido, sometido por un Faraón lleno de maldad que los explotaba, a un pueblo libre y que ahora ha entrado en una relación de intimidad con su Dios redentor.

El texto nos lleva por tres momentos en esta narrativa que culmina en el punto focal de todo Éxodo.

En pimer lugar, vemos a Dios dando instrucciones a Moisés sobre cuándo y cómo erigir el templo. Dios ordena como organizar cada elemento del mobiliario de una manera muy detalla y específica, porque este tabernáculo debe ser un lugar santo para que la gloriosa presencia de Dios pueda habitar en el.

Esto es algo que hemos visto, no solo en el libro de Éxodo sino a lo largo de toda la Escritura. Dios es un Dios que desea morar con su pueblo. En libro de Génesis, Dios crea el Edén que es una especia de templo en el que el ser humano fue creado para habitar delante de la presencia de Dios. Desde Génesis hasta Apocalipsis, vemos esta realidad. La nueva Jerusalén, nos dice Apocalipsis 21:2-3 “Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”.

Desde su diseño inicial, hasta su propósito final, Dios desea habitar con su pueblo.

Cuando la Biblia habla acerca del Señor Jesús y su encarnación usa el mismo vocabulario descrito en Exodo, Jesus hizo su tabernáculo entre nosotros, y vimos la gloria de Dios habitando con el ser humano en Cristo Jesus.

MOISES ERIGE - Exodo 40:16-33

En segundo lugar vemos a un Moisés que diligentemente sigue al pie de la letra las instrucciones que Dios le ha dado para el levantamiento del tabernáculo. Vemos como el texto repite “conforme a lo que Dios había mandado a Moisés”.

Todas las instrucciones que Moisés recibió tenían el propósito de levantar el tabernáculo santo en el que el Dios santo moraría. Lo que hace necesaria tanta instrucción y detalles es que la gloria de Dios habitaría en ese lugar, en medio de su pueblo.

Amados hermanos, nosotros como pastores, de alguna manera Dios nos ha llamado a ser parte de la edificación de su casa espiritual, los creyentes.

En este lado de la eternidad, el creyente es la morada de Dios. Dios habita en el creyente.

1 Peter 2:4-5 “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.”

Todo el vocabulario que usa el apóstol Pedro, es un vocabulrio que nos recuerda al Tabernáculo del Éxodo. Es interesante que Pedro hace referencias también a la santidad necesaria en el creyente, quien ya es la morada espiritual de Dios.

1 Peter 2:1-3 “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor.”

Este fin de semana hemos recibido muchas instrucciones y principios para preparar nuestros sermones. De la misma manera que Moisés recibió la Palabra de Dios en forma de instrucciones para el tabernáculo, nosotros hemos sido dados la Palabra de Dios para edificación de la morada espiritual de Dios en este tiempo, el creyente.

¿Se podrá decir de nosotros lo mismo que de Moises? ¿Que hicimos todo confome Jehova nos ha mandado? Es mi oración que si.

DIOS HABITA - Exodo 40:34-38

Finalmente, llegamos al clímax, no solo de nuestro pasaje, sino de todo el libro de Éxodo. Dios finalmente desciende y habita con su pueblo.

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