#3 Nunca va a cambiar.

Una de las grandes mentiras que el diablo usa para desanimar a los seguidores de Jesús es que “____________ nunca va a cambiar.” Entonces, ¿quién va en ese espacio? Más que seguro, esa persona es alguien que amas profundamente y te importa mucho. Tal vez, ella sea un hijo, un nieto, un padre o madre, una hermana o hermano o un amigo cercano. Has perdido las esperanzas porque crees que nunca cambiará.

Por otra parte, la persona con la que llenaste el espacio en blanco puede ser alguien que despierta ira dentro de ti. Es terrible, disfruta de su pecado y, según lo que deja ver, no le importa lo que piensen los demás. Tal vez en momentos de frustración lo describiste a él y a sus acciones como pura maldad. Esta persona puede ser un ex cónyuge, un jefe deshonesto, un vecino cascarrabias o incluso un problemático líder mundial. Es fácil ver sus acciones y decir que no hay esperanzas de cambio alguno.

2. Verdad de Dios

Nada es imposible para Dios. Él tiene el poder de cambiar a las personas para que puedan empezar a vivir la vida que Él desea para ellas.

A. La historia de los dos hijos demuestra la verdad de Dios

En el evangelio según san Lucas, encontramos la narración de una de las 3 parábolas de suma importancia en el evangelio, ya que se presenta, como Dios puede hacer lo que para muchos es imposible en la vida de una persona. Jesús está narrando la historia para confrontar a sus oponentes que le reprochaban lo que él hacia con la gente y Lucas como historiador comparte la tremenda historia.

Luke 15:11–19 RVR60

11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.

Hay personas que son amadas, y aún así no quieren vivir en el amor que su padre por ejemplo este joven de la historia. Le pide a su padre su parte, esto en la antigüedad era como si le dijera a su papá que se muriera pronto, ya que al pedir su herencia por adelantado, era un pedido de muerte.

El padre a sabiendas de esto le concede y le deja irse, el joven despilfarra el dinero y al verse sin dinero, planea un forma de buscar ayuda en su Padre. Sea lo que sean los hijos, un padre o una madre, le aman tanto que no van a abandonarle, más bien le brinda la ayuda que necesitan.

B. Convite por el retorno del hijo menor

Luke 15:20–24 RVR60

20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

El padre al ver el regreso de su hijo, hace una fiesta que provocó un escándalo familiar, ya que el hijo despilfarrador fue bien recibido, y le dieron honores que no merecía. Pero el padre reconoce que su hijo estaba perdido y es menester hacer una fiesta por su retorno a casa. Esto genero...

C. La envidia del hijo mayor

Luke 15:25–30 RVR60

25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.

Era lógico lo que el hijo mayor le reprocha a su padre. Pero realmente en el fondo, el hijo tampoco amaba a su padre, por qué le reclama por las cosas materiales que el hermano menor habia mal gastado. Se enfoca en lo material, y no en lo que realmente es importante, las personas, son más importantes que las cosas materiales. Muchas veces se cae en ese error, de querer más las cosas que a las personas, ejemplo:

Hay padre que descuidan a sus hijos por el simple echo que tienen que trabajar. Hay hijos que descuidan a sus padre ancianos por el echo de que no tienen el tiempo para atenderlos. Hay hombres que abandonan a sus hijos por querer buscar un sueño mejor. Y así podemos mencionar tantos casos más. Veamos cuál es la respuesta del padre a las demandas de su hijo mayor.

D. Las personas son importantes para Dios.

Luke 15:31–32 RVR60

31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

Jesús al contar esta parábola, esta llamado la atención de sus contemporáneos a ver más allá del comportamiento de las personas, las personas son amadas por Dios, así como este padre ama a su hijo.

Algunos han llamado a está parábola como el hijo prodigo, pero en realidad debe de llamarse el padre prodigo, porque el padre fue quien derrochó todo por su hijo. Esto fue lo que Dios mismo hizo por todos nosotros, ninguno de nosotros merecemos el perdón de Dios pero él nos dio ese regalo en su hijo Jesús el Cristo, quien tomó nuestro lugar en la cruz.

Usted y yo somos a veces como el hijo menor o el hijo mayor. Si no amamos al padre derrochamos lo que es del padre. Y si renegamos de lo que Dios hace nos hacemos como el hijo mayor. ¿Cual de los dos es usted?

Conclusión-Repasemos:

Mentira del Mundo: No mereces ser hijo de Dios. Eres el peor hijo. Nunca te van aceptar si decides volver.

Verdad de Dios: Eres mi hijo amado. Nunca dejas de ser mi hijo. Si te vas y vuelves haré una fiesta de bienvenida. Si te quedas y me sirves, eres heredero de todo

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