Un lugar sin silencio

Ruta 27, mensaje 4  •  Sermon  •  Submitted
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Silencio

Shhhhh.
Escucha tu cuerpo. Tu cuerpo habla.
Escucha tu corazón. Son 100 mil latidos por día, cinco litros de sangre cada minuto.
Escucha tu respiración. Tus pulmones pueden contener hasta 6 o más litros de aire y cada vez que respiras renuevas medio litro de esa capacidad.
Escucha tu voz interna. Escúchate a ti. Escucha al yo que quizás tiene voz de niño, esperando una oportunidad por recordarte quién eres, qué sueñas, para qué existes.
Escucha a Dios. Haz silencio para oír su voz en medio del apabullante murmullo de la ciudad.
A veces podemos hacer una poderosa oración de sanidad. Otras veces podemos hallar alivio en una composición musical pero hoy quiero que aprendamos a hallar sanidad en el silencio, puedes acceder al poder sanador del silencio.

Un lugar en silencio

¿Se imaginan que hubiera una clase de seres que fueran atraídos por el ruido y que atacaran todo lo que generara sonidos de altos decibeles? Tendríamos que vivir en absoluto silencio y si eso pasara, nos daríamos cuenta de la cantidad de ruido que producimos los seres humanos, así como de la cantidad de sonidos que no percibimos dada la cantidad de ruido.
Ese es, en esencia, la trama de una famosa película llamada “Un lugar en silencio”. una familia vive en una casa en el campo, sin contacto con el mundo, no pueden trasladarse de un lugar a otro porque el ruido que produce el carro atraería a unos violentos seres que los matarían si hacen el menor ruido.
Una de las hijas de la familia es sorda y por lo tanto no es consciente del ruido que puede generar, ese es un riesgo con el que la familia debe vivir, pero además, la esposa está embarazada y la pregunta es qué pasará cuando el bebé nazca y llore...
Piensa: ¿Cuánto de nuestro movimiento en la vida se detendría si tuviéramos forzadamente que hacer silencio?
Fábricas, carros, celulares, bocinas, películas, gritos, microondas, abanicos, impresoras, ambulancias, monedas…todo hace ruido.
Hace algún tiempo vi a algunos amigos líderes a quienes no veía desde hace años pero con quienes trabajé por mucho tiempo. Estábamos recordando nuestras historias y salió a relucir una en la que hicimos un tiempo de silencio. La actividad se llamó: “Media hora de silencio”. No se podía hablar ni hacer ruido por ese tiempo. Todos se quedaron muy quietos pero a los 10 minutos todo se volvió incómodo. Logramos completar el tiempo y la reacción al los 29 minutos y 59 segundos fue gritar como forma de desahogo.
Nuestra película de vida no se llama “Un lugar en silencio” sino “Un lugar sin silencio” porque no podemos vivir por más de cinco minutos en silencio total.

Silencio tormentoso

El silencio es como una tortura para nosotros en este siglo. Tanto así que solo buscamos un tiempo prolongado de silencio cuando participamos de un retiro o cuando nos sentimos realmente mal.
Sin embargo, el silencio que nos atormenta pareciera ser la clave para muchos de nuestros males.
Lamentaciones 3:25–28 NVI
25 Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan. 26 Bueno es esperar calladamente que el Señor venga a salvarnos. 27 Bueno es que el hombre aprenda a llevar el yugo desde su juventud. 28 ¡Déjenlo estar solo y en silencio, porque así el Señor se lo impuso!
El profeta afirma: “es bueno esperar en silencio”. ¿No se le pudo haber ocurrido nada mejor que estos dos términos casi ofensivos en nuestra cultura?
Hay cosas buenas pero en esa lista casi nadie coloca esperar y hacer silencio.
Esperar nos desespera.
Hacer silencio lo relacionamos con los límites que nos ponen desde que somos niños y no nos dejan expresarnos con libertar. Los padres, las maestras y la esposa nos pide que hagamos silencio!!
El silencio otorga. Y no nos gusta otorgar nada.
Quien calla se rinde. Y no nos gusta rendirnos. No nos gusta perder.
Parece que en algún punto de la historia empezamos a relacionar el silencio con lo negativo y desde entonces lo relacionamos con lo que no queremos.

El ruido nos enferma

Sin embargo, la realidad es lo opuesto: el ruido nos está matando.
Según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, el ruido causa 72 mil hospitalizaciones y 16 600 muertes prematuras.
Según el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos el ruido puede perturbar los patrones de reproducción y amamantamiento de algunas especies e incluso causar la extinción de otras.
La contaminación sónica puede causar agitación respiratoria, aceleración del pulso cardiaco, aumento de la presión arterial, dolor de cabeza, gastritis, colitis, infartos, episodios de estrés, fatiga, depresión, ansiedad, problemas para dormir, agresividad, irritabilidad, problemas de concentración, bajo rendimiento académico, problemas de memoria y problemas de audición.
Tanta exposición al ruido nos hace daño. El ruido puede ser asfixiante.

¿Por qué preferimos el ruido que el silencio?

El ruido es una forma de distracción. Si estás concentrado en algo, un ruido te puede distraer. Cada nuevo sonido puede ser una nueva aventura o descubrimiento.
El ruido es una forma de alerta. Nuestros oídos funcionan como una señal de alerta ante un peligro. Cuando captamos ciertos sonidos nuestro sistema de alerta nos obliga a buscar la fuente para huir o acudir a esa alerta.
El ruido es una muestra de agresividad. Es una forma de imposición. Por eso cuando estamos enojados gritamos. Es una manera de decir que tenemos algún poder, alguna autoridad. Lo percibimos como señal de fuerza.
El ruido es una forma de desahogo. Por eso muchas veces sentimos que necesitamos gritar para liberar la tensión. Cuando nos subimos a una montaña rusa o algún atractivo semejante gritamos para desahogar la tensión acumulada. Nos pasa cuando nuestro equipo hace un gol después de mucho estrés.

¿Cuáles son los beneficios del silencio?

El silencio es también una forma impactante de hablar, de comunicar un mensaje.
Marcos 15:4–5 NBLA
4 De nuevo Pilato le preguntó: «¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan» 5 Pero Jesús no respondió nada más; de modo que Pilato estaba asombrado.
2. El silencio genera una impresión y prepara los grandes momentos.
Josué 6:10 NBLA
10 Pero Josué dio órdenes al pueblo: «No gritarán ni dejarán oír su voz, ni saldrá palabra de su boca, hasta el día que yo les diga: “¡Griten!”. Entonces gritarán».
3. El silencio te permite apreciar el poder de Dios en acción.
Éxodo 14:13–14 NBLA
13 Pero Moisés dijo al pueblo: «No teman; estén firmes y vean la salvación que el Señor hará hoy por ustedes. Porque los egipcios a quienes han visto hoy, no los volverán a ver jamás. 14 «El Señor peleará por ustedes mientras ustedes se quedan callados».
4. El silencio te hace prudente.
Proverbios 10:19 NBLA
19 En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, Pero el que refrena sus labios es prudente.
5. El silencio te puede hacer vivir el amor verdadero.
Sofonías 3:17 NBLA
17 »El Señor tu Dios está en medio de ti, Guerrero victorioso; Se gozará en ti con alegría, En Su amor guardará silencio, Se regocijará por ti con cantos de júbilo.