La Santidad de la Vida

Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 9 views
Notes
Transcript
Sermon Tone Analysis
A
D
F
J
S
Emotion
A
C
T
Language
O
C
E
A
E
Social
View more →

Introducción

El 22 de enero del 1973, hace casi 50 años, el tribunal supremo de los EU, haciendo lo que muchos piensan que fueron malabares jurídicos, decidió que la constitución sí garantizaba el derecho al aborto, aunque esto fuese inimaginable para los fundadores de la nación.
No es que la constitución lo mencione explícitamente sino que, según el tribunal, el derecho al aborto emana del derecho a la intimidad.
En otras palabras, como a cada ciudadano le cobija el derecho a la intimidad entonces la mujer tendría el derecho de hacer con su embarazo lo que quiera.
Trágicamente 50 años más tarde, se estima que más de 60 millones de bebés han sido asesinados en el vientre. Si estos bebés fuesen una nación, esto se consideraría como el genocidio más grande de la historia.
Durante 50 años muchos simplemente aceptaron esta realidad, otros se acostumbraron a que hay bebés que simplemente no tiene derecho a nacer, otros han ignorado esta realidad, pero muchos jamás la aceptaron, ni la aceptarán.
El pasado viernes 24 de junio del 2022 la mayoría conservadora el tribunal supremo, en una movida histórica, revirtió aquella decisión, afirmando que jamás fue la intención de los fundadores de la nación reconocer tal derecho.
Al revertir dicha decisión, el tribunal automáticamente le está delegando a cada estado el derecho de regular o prohibir el aborto.
Ciertamente esta decisión no es una garantía de que desde el viernes ya no habrán más abortos, pero sí es una gran victoria para todos aquellos que creemos y defendemos la santidad de la vida. Por la cual tenemos que darle gracias a Dios y celebrarlo.
Nuestra confianza no está puesta en gobiernos. Mañana puede cambiar la composición de los jueces del tribunal y revertir esta decisión. Pero sí celebramos que se abre una puerta para salvar la vida de muchos infantes que están por nacer.
Ahora oramos por cada estado apruebe leyes prohibiendo el aborto.

Scott Klusendorf

Según el presidente del Life Training Institute y profesor de la universidad Biola, Scott Klusendorf, hay 10 cosas que nos pueden ayudar a reafirmar nuestra postura a favor de la vida y a defenderla.
El propósito de estos argumentos no es que nos envolvamos en peleas o discusiones con la gente. Jesús no nos llamó a eso. No nos llamó a discutir, ni a argumentar, ni a pelear, ni a protestar. Él nos llamó a hacer discípulos. Y estos argumentos nos pueden ayudar a ser más efectivos en el proceso.
Sí es posible para un defensor de la vida presentar un caso formal en contra del aborto:
El caso se resumiría de la siguiente manera:
Premisa 1: Está mal matar intencionalmente a un ser humano inocente.
Premisa 2: El aborto es matar intencionalmente a un ser humano inocente.
Conclusión: Por lo tanto, el aborto está mal.
2. Un defensor de la vida puede defender este argumento racional en menos de un minuto.
"Soy pro-vida porque la ciencia de la embriología establece que desde las etapas más tempranas del desarrollo, tú fuiste un ser humano completo, vivo y distintivo. No viniste de un embrión; sino que una ves fuiste un embrión. Es cierto que eras inmaduro y visiblemente falto de desarrollo, pero la clase de cosa que eras no estaba en duda. Y no hay una diferencia esencial entre el embrión que una vez fuiste y el adulto que eres hoy que justificara matarte a esa etapa temprana del desarrollo. Diferencias en tamaño, desarrollo, ambiente y dependencia no son buenas razones para matarte en aquel momento pero ahora no."
3. El aborto es el acto de matar a un ser humano inocente ha sido reconocido por muchos que llevan a cabo y defienden esta práctica.
El aborcionista Warren Hern escribe, "Hemos llegado a tal punto con esta tecnología que es imposible negar que lo que ocurre es un acto de destrucción. Ocurre justo frente a nuestro ojos. Las sensaciones del desmembramiento fluyen a través de las pinzas como si fuera una corriente eléctrica." La feminista Camille Paglia admite francamente, "el aborto es asesinato, la exterminación del impotente por el poderoso. Los liberales en su mayoría se han negado a enfrentar las consecuencias éticas de su aceptación del aborto, que resulta en la aniquilación de individuos concretos y no solo de masas de tejido sin sentido." La feminista Naomi Wolf se refiere al acto de abortar a un feto como "una muerte real."
4. La Biblia es pro-vida aun cuando no menciona la palabra aborto.
La Escritura es clara que todos los humanos tienen valor porque cargan con la imagen de sus creador (Genesis 1:26-28; Santiago 3:9). Para el creyente común esto significa que los humanos son valiosos en virtud de la clase de cosa que son en vez de en virtud de alguna función que llevan a cabo. Los humanos tienen valor simplemente porque son humanos.
Por el hecho de que los humanos cargan con la imagen de Dios, derramar sangre inocente está estrictamente prohibido (Éxodo 23:7; Proverbios 6:16-19; Mateo 5:21). El aborto es el acto de matar intencionalmente a un ser humano. Por lo tanto, los pasajes de la Escritura que prohiben el derramar sangre inocente aplican de igual forma al bebé por nacer como a cualquier otro ser humano inocente.
5. El alegado silencio de la Biblia con respecto al aborto no significa que sus autores condonaron dicha práctica.
Las prohibiciones en contra del aborto fueron totalmente innecesarias en los tiempos bíblicos. En una cultura donde los niños son un regalo y la esterilidad una maldición y donde el destino de la nación depende de que los padres tengan muchos hijos, el aborto es simplemente impensable.
6. Predicar acerca del aborto no es una distracción de la responsabilidad de la iglesia local con la Gran Comisión, sino integral a la misma.
Premisa 1: En la Gran Comisión, Cristo encarga a la iglesia a ir y hacer discípulos.
Premisa 2: La manera en que hacemos discípulos es "enseñándoles a obedecer" sus mandamientos.
Premisa 3: Uno de esos mandamientos es que no derramamos sangre inocente.
Premisa 4: El aborto es el acto de derramar sangre inocente.
Conclusión: Por lo tanto, predicar acerca del aborto está relacionado a la responsabilidad de la iglesia local con la Gran Comisión.
7. La postura pro-vida no descansa en opiniones personales.
Afirmar que solo las mujeres pueden hablar acerca del aborto es caer en la falacia de atacar a la persona en vez del argumento que él o ella presentan. También levanta una pregunta problemática: ¿qué mujeres tienen derecho a hablar?
De hecho, aún entre las feministas que apoyan el aborto, no existe una sola postura acerca del tema. La feminista Naomi Wolf se refiere al aborto como "una muerte real" mientras que la feminista Katha Pollitt piensa que el aborto no es distinto a pasarle la aspiradora a tu casa. En resumen, mientras las posturas acerca del aborto basadas en género nos ayudan a entender la experiencia personal, estas no son sustituto a un cuestionamiento racional. Por el contrario, son argumentos que deben avanzarse y defenderse. Después de todo, las mujeres pro-vida usan los mismos argumentos que los hombres pro-vida.
8. Los cristianos pro-vida tienen una mejor historia que contar acerca de la igualdad.
¿Tiene cada ser humano igual derecho a la vida, o solo algunos lo tienen en virtud de ciertas características que vienen y van a través del curso de la nuestras vidas? De hecho, la postura pro-aborto mina la igualdad humana. Esto es, si los humanos solo tiene valor por alguna característica desarrollada como por ejemplo la auto-conciencia, que no todos compartimos en la misma medida, y ya que esa característica aparece en varios grados, entonces los derechos humanos básicos también aparecerían en varios grados. ¡Por lo tanto, la igualdad humana es un mito!
Teológicamente, es mucho más razonable argumentar que aunque los humanos difieran ampliamente en sus respectivos grados de desarrollo, son de todas formas iguales porque comparten una naturaleza humana en común hecha a la imagen de Dios.
9. Las fotografías de víctimas de aborto cambian la narrativa.
Como Gregg Cunningham apunta, cuando muestras fotos de abortos, "el aborto protesta en su propia contra." Efesios 5:11 dice, "No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz." Prácticamente cada movimiento exitoso de reforma social desde el comienzo del siglo 20 ha utilizado imágenes perturbadoras para transmitir males que las palabras solamente no tienen el poder de transmitir.
Imágenes perturbadoras cambian cómo la gente se siente acerca del aborto mientras los hechos y argumentos pueden cambiar cómo piensan. Ambos son vitales para cambiar el comportamiento. Nuestros oponentes reconocen esto. "Cuando alguien sostiene un modelo de un feto de seis meses y un par de tijeras quirúrgicas, decimos 'escoge' y perdemos," escribe la feminista Naomi Wolf.
10. El remedio para la culpa de alguien que se ha realizado un aborto no es evitarla. Es el perdón.
Es doloroso mirar fotos de un aborto. Pero si se utilizan apropiadamente, preparan el escenario para presentar la Buena Noticia del Evangelio, que es lo único que puede sanarnos de nuestro pecado. Las fotos hacen el trabajo duro de hacer concreto al pecado y entonces usamos nuestras palabras para traer calma y esperanza.
Hombres y mujeres que han pasado por un aborto no necesitan una excusa. Necesitan un intercambio: la justicia de Cristo a cambio de su pecado. Como todo pecador perdonado, hombres y mujeres que han pasado por un aborto pueden vivir cada día seguros de que Dios los acepta por medio de la justicia de Cristo y no la de ellos.

Declaración Sobre la Santidad de la Vida Humana de la ACyM

La Intención de Dios: La Creación

La vida humana es creada por Dios y es buena. Puesto que somos una creación única a la imagen de Dios (Génesis 1:27) y formados por Dios (Génesis 2:7; Job 33:4; Salmo 139:13–16), declaramos la santidad de toda vida humana (Génesis 9:6; Mateo 6:26). Según lo comprendemos, la vida humana empieza con la concepción (Salmo 139:13–16; Jeremías 1:4–5). También perdura más allá de la muerte hasta la eternidad (Juan 5:28–29; 1 Corintios 15:51–52; 2 Corintios 5:8–10). Dios da vida y aliento a todos (Hechos 17:25), y nos llama a valorar igualmente la dignidad de cada vida individual en su totalidad, lo que nos obliga a amar y tener compasión por todos los pueblos del mundo (2 Corintios 5:14–15).

La Distorsión Nuestra: La Caída

El pecado afecta cada aspecto de la vida humana (Génesis 6:5; Jeremías 17:9; Romanos 5:12) y devalúa la vida (Amós 2:6-7; Santiago 2:1–4; Gálatas 5:14–15). Dios revela y condena estas distorsiones por medio de la naturaleza de la Ley que afirma la vida, como se ve en los Diez Mandamientos, que prohiben prácticas que desprecian la vida (Éxodo 20:1–17). Esta devaluación de la vida humana lleva a prácticas deshumanizantes (p. ej. aborto, racismo, injusticia, abuso, suicidio, tráfico humano, genocidio, homicidio, eutanasia). Puesto que cada persona ha sido creada a la imagen de Dios, nos conduelen estas prácticas.

Nuestra Redención: Jesús

Nuestra misión vivificante es proclamar a Jesús en palabras y hechos a todo el mundo (2 Corintios 5:20; Santiago 1:27). Como nuestro Salvador, Santificador, Sanador, y Rey que Viene, Jesús nos trae vida nueva y abundante (Juan 3:3, 10:10; 2 Corintios 5:17), que transforma nuestro concepto distorsionado de la vida humana (2 Corintios 5:16; Romanos 12:2). Afirmamos la dignidad de cada persona, en especial los vulnerables e ignorados (p. ej. los no nacidos, extranjeros, enfermos mentales, pobres, ancianos, viudas, huérfanos, y encarcelados) (Éxodo 23:9; Mateo 24:36, 40; Santiago 1:27, 2:1–4; Hebreos 13:3). Como Iglesia, proclamamos a Cristo haciendo discípulos, y expresamos Su amor cuidando a las personas (p. ej. socorro para desastres, cuidado de refugiados, apoyo para los discapacitados, servicios de acogida y adopción, desarrollo comunal, cuidado de ancianos). En cada oportunidad procuramos actuar como pacificadores en nuestro mundo (Mateo 5:9; Romanos 12:18).
Abogamos por los que no pueden abogar por sí mismos (Proverbios 31:8–9; Mateo 25:45), protegiendo y honrando toda vida humana. Afirmamos el valor de cada persona, desde la matriz hasta el fin de la vida terrenal, sin excepción. Por tanto, el don de la vida debe ser valorado y no quitado prematuramente. Para aquellos con enfermedad terminal, la posibilidad de prolongar la vida por medios artificiales no produce una imperativa moral de prolongarla indefinidamente. Tales decisiones requieren discernimiento además de confianza en la providencia de nuestro Dios.
Al fin y al cabo, Dios es el dador de la vida, y Él cuenta nuestros días (Deuteronomio 32:39; Salmo 139:16; Hechos 17:25–26).

Nuestra Esperanza: La Consumación

¡Jesús es nuestra esperanza para la victoria final sobre la muerte! Puesto que Jesús resucitó de los muertos y regresará para restaurar toda justicia (Mateo 24:30; Tito 2:13–14), todos resucitarán corporalmente de entre los muertos, y los que confían en Cristo vivirán para siempre con Él (Juan 5:28–29; 1 Corintios 15:20–24; 1 Tesalonicenses 4:13–18). La vida, no la muerte, por fin prevalecerá, y Jesús enjugará toda lágrima de nuestros ojos (Apocalipsis 21:4), vindicando por completo la santidad de la vida (Apocalipsis 22:1–5).

Conclusión

Psalm 139:13–16 NTV
Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre. ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo! Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien. Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz. Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara.
Luke 1:39–45 NTV
Pocos días después, María fue de prisa a la zona montañosa de Judea, al pueblo donde vivía Zacarías. Entró en la casa y saludó a Elisabet. Al escuchar el saludo de María, el bebé de Elisabet saltó en su vientre y Elisabet se llenó del Espíritu Santo. Elisabet dio un grito de alegría y le exclamó a María: —Dios te ha bendecido más que todas las mujeres, y tu hijo es bendito. ¿Por qué tengo este honor, que la madre de mi Señor venga a visitarme? Cuando escuché tu saludo, el bebé saltó de alegría en mi vientre. Eres bendita porque creíste que el Señor haría lo que te dijo.
Si en algún momento de tu vida te practicaste un aborto, porque te viste en un momento de tal desesperación y angustia que perdiste toda esperanza, o porque fuiste manipulada y coaccionada a hacerlo, te quiero decir que no todo está perdido. Hay esperanza para ti. Ya no tienes que ignorar más tu pasado. Porque aquí está Jesús y para Él no hay pecado tan grande que no pueda perdonar, ni herida tan profunda que no pueda sanar.
Related Media
See more
Related Sermons
See more