La Mente De Cristo

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Introducción: Breve trasfondo del pasaje.-

En su Persona, oficios y sufrimientos, Cristo es la suma y la sustancia del evangelio, y debe ser el gran tema de la predicación de un ministro del evangelio, pero no tanto como para dejar fuera otras partes de la verdad y de la voluntad revelada de Dios. Pablo predicaba todo el consejo de Dios.

Pocos saben el temor y el temblor de los ministros fieles por el profundo sentido de su propia debilidad. Ellos saben cuán insuficientes son, y temen por sí mismos. Cuando nada sino Cristo crucificado es predicado con claridad, el éxito debe ser enteramente del poder divino que acompaña a la palabra, y de esta manera, los hombres son llevados a creer, a la salvación de sus almas.

Texto del sermón: (1Co 2:16) Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

O. T. Para poder decir que tenemos la mente de Cristo necesitamos:

I.- LA REVELACIÓN DEL ESPIRITU SANTO.

(1Co 2:10) Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.

a).- Solo el Espíritu de Dios conoce las cosas de Dios.

(1Co 2:11) Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre

que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

b).- El cristiano no ha recibido el espíritu de este mundo, sino de Dios.

(1Co 2:12) Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de

Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,

c).- La revelación Divina por el E. S. es mayor a cualquier sabiduría de este mundo.

(1Co 2:13) lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino

con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

II.- LA CLARA SUPERIORIDAD SOBRE EL NO CREYENTE.

a).- El no creyente no entiende las cosas del Espíritu.

(1Co 2:14) Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque

para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

b).- El creyente que recibido la revelación completa del Espíritu y por tal razón conoce y tiene la

mente de Cristo:

(1Co 2:15) En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.

III.- LA RESPUESTA A ESTAS PREGUNTAS, COMO EXPERIENCIA PERSONAL.

1a. Corintios 2:16

a).- ¿Quien conoció la mente del Señor? R.= El Espíritu Santo.

b).- ¿Quien le instruirá? R.= NADIE, El es la máxima fuente de sabiduría, poder, y autoridad.

(Rom 11:33) ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán

insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!

(Rom 11:34) Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero?

(Rom 11:35) ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?

(Rom 11:36) Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los

siglos. Amén.

CONCLUSIÓN:

(Isa 40:1) Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios.

(Isa 40:2) Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su

pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.

(Isa 40:3) Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad

a nuestro Dios.

(Isa 40:4) Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo

áspero se allane.

(Isa 40:5) Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de

Jehová ha hablado.

(Isa 40:6) Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne

es hierba, y toda su gloria como flor del campo.

(Isa 40:7) La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella;

ciertamente como hierba es el pueblo.

(Isa 40:8) Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para

siempre.

(Isa 40:9) Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora

de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!

(Isa 40:10) He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su

recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.

(Isa 40:11) Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los

llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.

(Isa 40:12) ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres

dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?

(Isa 40:13) ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole?

(Isa 40:14) ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le

enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?

(Isa 40:15) He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo

polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo.

(Isa 40:16) Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio.

(Isa 40:17) Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas

en menos que nada, y que lo que no es.

(Isa 40:18) ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis?

(Isa 40:19) El artífice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de

plata.

(Isa 40:20) El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio,

que le haga una imagen de talla que no se mueva.

(Isa 40:21) ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis

sido enseñados desde que la tierra se fundó?

(Isa 40:22) El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él

extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.

(Isa 40:23) El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana.

(Isa 40:24) Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si

nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y

el torbellino los lleva como hojarasca.

(Isa 40:25) ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.

(Isa 40:26) Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su

ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y

el poder de su dominio.

(Isa 40:27) ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y

de mi Dios pasó mi juicio

(Isa 40:28) ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la

tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo

alcance.

(Isa 40:29) El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

(Isa 40:30) Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;

(Isa 40:31) pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas;

correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

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