Sermon Tone Analysis
Overall tone of the sermon
This automated analysis scores the text on the likely presence of emotional, language, and social tones. There are no right or wrong scores; this is just an indication of tones readers or listeners may pick up from the text.
A score of 0.5 or higher indicates the tone is likely present.
Emotion Tone
Anger
0.07UNLIKELY
Disgust
0.11UNLIKELY
Fear
0.12UNLIKELY
Joy
0.51LIKELY
Sadness
0.16UNLIKELY
Language Tone
Analytical
0UNLIKELY
Confident
0.11UNLIKELY
Tentative
0UNLIKELY
Social Tone
Openness
0.11UNLIKELY
Conscientiousness
0.15UNLIKELY
Extraversion
0.47UNLIKELY
Agreeableness
0.6LIKELY
Emotional Range
0.14UNLIKELY
Tone of specific sentences
Tones
Emotion
Language
Social Tendencies
Anger
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Un hombre llamado Acan, en la Biblia, creyó que había encontrado el mejor lugar donde podía esconder lo que había tomado de la ciudad de Jerico conquistada por los Israelitas.
En su tienda, enterrados, nadie sabrá que yo los tome, dijo para si.
Pero, el no sabía algo, Dios sabía lo que escondía su tienda, Dios sabía lo que escondía su corazón.
Hoy reflexionamos en uno de los capítulos mas cardiacos de la Biblia, Jeremías 17. Donde el profeta hace una operación de corazón abierto a una nación que ha llegado a enfermarse gravemente de el.
Aquí el término corazón se emplea para indicar el “hombre interior” o el “yo esencial” del cual brota toda acción, voluntad y razonamiento.
Asimismo los riñones se consideraban como el asiento de las emociones.
Cuando Jeremías como profeta, dice estas palabras, toda la nación de Israel estaba como Acan, creyendo que todo estaba bien con Dios, que nada malo habían hecho contra El.
¿Cual es la respuesta de Dios a estas preguntas?
de eso trata el capitulo 17 de Jeremías.
No hay lugar en nuestra vida, donde no hayamos tratado de esconder un pecado: En el matrimonio, la familia, el trabajo, donde estudiamos, el lugar donde vamos a recrearnos, y Dios lo sabe.
¿Como describe Jeremías el estado del corazón de Israel en este pasaje bíblico?
Un corazón marcado por el pecado
Dios puede ver las marcas de los tatuajes del pecado de nuestra vida.
Jeremías lo declara, dando a conocer como el corazón de Israel estaba afectado por el pecado:
El corazón de la nación llevaba las marcas de las heridas profundas que produce el pecado.
El corazón de la nación había sido deformado por los golpes del pecado.
Esto trajo como consecuencia la corrupción del corazón de la verdadera adoración a Dios, siendo sus propios hijos testigos de la abominable idolatría en que cayeron.
Un corazón marcado por el pecado siempre conducirá a:
Perdida de tesoros (riqueza acumulada)
Perdida de heredad (perdida de las promesas recibidas)
Perdida de libertad
Un corazón apartado de Jehova
Dios conoce el corazón que le ha rechazado, que le ha dado la espalda.
Lo que Jeremías también señala es la incredulidad, la falta de fe en Dios a que ha llegado el pueblo de Israel.
Tomaron la decisión de vivir bajo maldición que bajo bendición.
Crearon una fuerte confianza o dependencia de si mismos o sus relaciones.
Pusieron como fundamento de sus vidas su propia opinión o creencia, su propia manera de gobernarse y decidieron caminar guiados por sus propios pensamientos.
Un corazón engañoso y perverso
El de Israel era un corazón así: Quebrantado, falso y de condición incurable.
Un corazón así puede ser identificado como:
Alguien que no vive seguro, pues vive a expensas de las circunstancias en que este.
Alguien que no tiene reposo, no sabe lo que es esperar la bendición de Dios.
Alguien que no recibe sustento, porque no tienen de donde tomarlo.
Alguien que vive solitario y que ha perdido el propósito de su vida.
Alguien que ha perdido el sentido del valor de una vida de confianza en Dios.
Lo que solo Dios puede hacer
Estos tres estados solo pueden ser revelados por Dios, el único que conoce lo qué hay en el corazón humano.
Estos tres estados solo pueden ser tratados por Dios a quien debemos acudir por tratamiento y medicina.
El problema no se resuelve cambiando la conducta externa; todo pensamiento del corazón del hombre es malo desde su niñez (Génesis 8:21).
Sólo transformando el corazón, el ser interior, puede haber esperanza de cambio.
El problema del corazón solo se resuelve acercándonos a Dios descansando en su gracia.
El problema del corazón solo se resuelve acercándonos a Dios buscando refugio.
El problema del corazón solo se resuelve con confianza en lo que Dios puede hacer.
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