Yo Hare Mi Parte
Cada miembro del cuerpo cumple una funcion.
Cada miembro del cuerpo es colocado por Dios como mejor le parece.
Hay congregaciones en las que sólo unos pocos miembros sirven, ocupándose de todo. Éstos, muchas veces, llegan a la extenuación tratando de que todo esté funcionando. Sin embargo, el resto no es que no reciban alimento espiritual para que puedan desarrollarse y fortalecerse, simplemente, como ocurre con una persona que no hace ejercicio, se han debilitado y son incapaces de colaborar por falta de fuerzas. Hay también quienes sienten envidia de la actividad de quienes están sirviendo con diligencia, estos se sienten minusvalorados y resentidos levantan críticas contra los líderes, desprestigian a los hermanos que sirven y generan conflictos en la congregación. Es necesario entender claramente que Dios no ha dejado sin dones a ningún creyente y lo ha colocado en el cuerpo como ha determinado, por tanto, cualquier resentimiento o queja no es contra otros, sino contra Dios mismo. En el correcto uso de los dones, cada uno debe buscar con determinación servir a los demás, porque de ese modo es un instrumento en la mano de Dios para la edificación de Su iglesia y extensión de Su reino.