Sermon Tone Analysis

Overall tone of the sermon

This automated analysis scores the text on the likely presence of emotional, language, and social tones. There are no right or wrong scores; this is just an indication of tones readers or listeners may pick up from the text.
A score of 0.5 or higher indicates the tone is likely present.
Emotion Tone
Anger
0.08UNLIKELY
Disgust
0.07UNLIKELY
Fear
0.12UNLIKELY
Joy
0.28UNLIKELY
Sadness
0.15UNLIKELY
Language Tone
Analytical
0UNLIKELY
Confident
0.05UNLIKELY
Tentative
0UNLIKELY
Social Tone
Openness
0.11UNLIKELY
Conscientiousness
0.15UNLIKELY
Extraversion
0.47UNLIKELY
Agreeableness
0.6LIKELY
Emotional Range
0.14UNLIKELY

Tone of specific sentences

Tones
Emotion
Anger
Disgust
Fear
Joy
Sadness
Language
Analytical
Confident
Tentative
Social Tendencies
Openness
Conscientiousness
Extraversion
Agreeableness
Emotional Range
Anger
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Y le salieron al encuentro unos ángeles de Dios (Gén.
32:1) Después de hacer la paz con su suegro Jacob siguió su camino.
No sabemos cuánta distancia había recorrido cuando le salen al encuentro estos seres celestiales.
El texto no nos dice con claridad la función que vinieron para cumplir, pero su presencia conduce a Jacob a reafirmar cuando menos tres cosas: (1) Que la victoria que acababa de celebrar en las relaciones con su suegro se debió a la intervención del Señor.
(2) Que mientras iba por el camino, en obediencia a la orden dada por Jehovah, el Señor iba cuidándolo paso a paso.
(3) Que de esa manera recibía una "alegre bienvenida" al volver a su tierra.
Recordemos que cuando salió para Padam-Aram unos ángeles lo despidieron, ¿no serían los mismos que ahora le daban la bienvenida?
Solamente aquellos que han estado lejos de su patria o de la tierra donde nacieron pueden comprender el gozo inefable que se siente, la noche anterior, a estar de nuevo en su terruño.
Semillero homilético
Cuando Dios aprieta por una conciencia perturbada
32:1–12
Introducción: Hace un tiempo las noticias informaron de una señora que participó en un robo de un banco perpetrado hacía veinticinco años atrás; en el robo su compañero en el crimen mató a un policía.
Ella manejaba el auto de escape, y logró eludir a los oficiales.
Pero su conciencia no le dejó tranquila.
Al fin confesó el crimen y fue condenada a la cárcel por varios años.
En su testimonio dijo que aunque había eludido a los oficiales de la ley, no podía vivir más con su conciencia perturbada.
Jacob, después de varios años, reconoce que tiene que encararse con el hermano a quien había engañado hace tantos años.
Hay lecciones de esta experiencia.
I. Jacob tomó la iniciativa para reconciliarse con su hermano.
Jacob envió mensajeros delante de sí a su hermano Esaú.
(v.
3).
Fortalecido por la presencia de los ángeles (v. 1) Jacob toma la iniciativa de enviar mensajeros a Esaú hasta Seír, territorio al Sudeste del mar Muerto, para informarle de su retorno y el deseo de hallar gracia delante de él.
Este hecho nos ilustra que cuando tomamos la iniciativa para reconciliarnos con nuestro hermano, hemos dado el primer paso hacia nuestro crecimiento espiritual.
II.
Jacob buscó a Dios en oración y puso manos a la obra.
Entonces Jacob tuvo mucho temor y se angustió (v. 7).
Cuando los mensajeros volvieron con el informe de que Esaú venía a encontrarlo con 400 hombres (vv.
4–6), Jacob siente profundamente atemorizado, pero sin perder la sobriedad decide hacer dos cosas: (1) Divide su gente, ganado y posesiones en dos campamentos previendo un posible ataque.
(2) Ora a Dios reclamando las promesas del pacto (vv.
9–12).
III.
Jacob expresó otra oración que puede ser la nuestra.
Los versículos 9–12 contienen toda la oración de Jacob.
Esta oración contiene tres elementos que quizá podemos incorporar en nuestras propias oraciones:
1. Recuerda la promesa que Dios le había hecho de prosperarlo en todos los aspectos de su vida.
2. Jacob con toda humildad reconoce que él no es digno.
La expresión hebrea usada aquí lit.
dice: "soy muy pequeño" o "soy insignificante y sin valor alguno".
3. Hace una petición concreta: "Líbrame, por favor, de la mano de mi hermano… "
Conclusión: Si tenemos la conciencia perturbada, debemos imitar a Jacob.
Una vida transformada
32:24–30
Introducción: La Biblia proclama enfáticamente que Dios tiene poder para transformar vidas.
Jacob es sólo un ejemplo de muchas vidas cambiadas por el poder de Dios.
Pablo afirma que "si alguno está en Cristo, nueva criatura es" (2 Cor.
5:17).
Para tener una vida transformada usted necesita:
I. Un encuentro personal con Dios (vv.
24, 25).
1. Jacob se quedó solo para encontrarse con Dios.
2. Jacob tuvo un encuentro personal, genuino y único.
3. Dios le ofrece a usted un encuentro personal por medio de Cristo (Juan 14:6).
II.
Un reconocimiento de que le falta algo (v.
26).
1. Jacob no estaba contento consigo mismo.
2. Jacob pidió al Señor una bendición especial y persistió en ella.
3. Jesús nos invita a una vida abundante (Juan 10:10).
III.
Una evidencia permanente del encuentro (vv.
27–30).
1. Implica renunciar a nuestros logros y méritos.
2. Implica confesar nuestros pecados.
3. Implica abrirse a la gracia y el perdón de Dios.
4. Implica aceptar por la fe a Jesucristo como Señor y Salvador (Ef.
2:8).
Conclusión: Jacob fue transformado por el poder de Dios y así estuvo en condiciones de dar origen y nombre al pueblo israelita.
Usted necesita ser transformado por el poder de Dios hoy.
El mundo necesita de personas transformadas por el evangelio de Jesucristo para tener un testimonio vivo de lo que significa creer en Cristo como Salvador y Señor.
Para enfrentar este encuentro Jacob apela a estos recursos: Primero, divide su gente y su ganado en dos campamentos, imitando la aparición de los ángeles en Majanaim.
Así, en el evento de un ataque, un campamento podría escapar y librarse.
Segundo, acude a la oración, la que presenta varios elementos: Una invocación donde identifica a Dios como el Dios Patriarcal (de los padres), del pacto y sus promesas.
Y como Jehovah, el Dios de su experiencia personal en Betel y en Harán.
Aquí se combina el Dios recibido de la transmisión paterna con el Dios de la experiencia personal.
Ambos son imprescindibles en la vida del creyente (2 Tim.
1:5).
Luego recuerda a Dios que su regreso a Canaán, el que está causando esta situación de peligro, se debe a su obediencia a la orden de Dios y a la promesa de prosperidad.
También hay una confesión: Su prosperidad actual se debe no a sus méritos sino exclusivamente a las misericordias y fidelidad de Dios para con él.
La iniciativa fue de Dios que por su gracia obró un cambio en la condición de Jacob: De la pobreza y desamparo ahora posee dos campamentos.
Sólo el propósito de Dios permitió a Jacob lograr lo que tenía.
Por último, una petición clara y directa: Líbrame… de la mano… de Esaú (v.
11).
El peligro concreto era la destrucción de la descendencia.
Esta acción le afectaría directamente en su instrumentalidad en el plan de Dios.
Esta oración demuestra el recurso más importante en la vida de Jacob: su relación personal con Dios, su dependencia y confianza en él.
Tercero, envía a Esaú sucesivamente varios presentes significativos como señal de cortesía y homenaje a un gran personaje, según la costumbre oriental.
En su encuentro con Esaú, los siervos debían decir que era un presente a Esaú de su siervo Jacob y que éste venía detrás para un encuentro.
Esta estrategia indica la voluntad de Jacob de perder una riqueza material y temporal a cambio de una seguridad futura.
Además explota al máximo las debilidades humanas de Esaú: su deseo de superioridad y riqueza material inmediata.
Todo esto es reminiscente de la compra de la primogenitura.
El propósito último era el de buscar apaciguar la ira de Esaú y encontrar la reconciliación para asegurar el futuro.
Más adelante usará esta misma estrategia para tratar de apaciguar la ira de aquel hombre (43:11–15).
Por la noche cruza el río Jaboc con toda su gente y ganado.
Este río corría en una garganta profunda y por lo general servía de una buena defensa natural en caso de enfrentamientos bélicos.
Al cruzarlo, Jacob renuncia a una defensa humana y se expone a dos cosas al mismo tiempo: al ataque de Esaú y a la protección única de Dios.
(2) El encuentro de Jacob con el ángel en Peniel, 32:24–32.
Antes del reencuentro con Esaú, Jacob, quedando sólo, tiene un encuentro personal con Dios que se desarrolla de la siguiente manera: Primero, una lucha física con un hombre que se le aparece.
Al principio no se da la identidad del contendedor, pero muy pronto se da a entender que el encuentro no es con un ser humano.
La lucha dura toda la noche indicando la tenacidad y fuerza de Jacob.
Como resultado de la lucha física y prueba de que no fue sólo un sueño, Jacob queda afectado del nervio ciático o tendón de la pierna.
Esto le causa una cojera que limita permanentemente su fuerza física.
Segundo, se desarrolla un diálogo de tres intercambios, al final del cual, Jacob sale transformado espiritualmente, con una nueva identidad y con la bendición pedida.
En la primera y segunda conversación, el ángel toma la iniciativa y pide una liberación de la lucha.
Quiere así dar por terminada la lucha y también intenta proteger su identidad.
Jacob no le niega la libertad sino le condiciona: No te dejaré, si no me bendices (v.
26).
Seguro de la identidad divina de su contendedor, Jacob pide una bendición.
El ángel cambia el tema y pregunta a Jacob por su nombre.
El nombre, más que una identidad convencional o diferenciativa, refleja la personalidad.
Jacob, implicaba todo lo que él había sido hasta entonces.
Aquí hay una confesión de reconocimiento de que realmente Jacob era un “suplantador”, y que el engaño había sido su arma en las dificultades de su vida.
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