ADMINISTRADORES DE DIOS

Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 103 views
Notes
Transcript
Sermon Tone Analysis
A
D
F
J
S
Emotion
A
C
T
Language
O
C
E
A
E
Social
View more →

ADMINISTRADORES DE DIOS

PROVERBIOS 3:9 Honra a Jehová con tus bienes,Y con las primicias de todos tus frutos;10 Y serán llenos tus graneros con abundancia,Y tus lagares rebosarán de mosto.
10 Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.
Dios creó los cielos y la Tierra (Génesis 1:1), es suya toda la creación.
“He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella.” (Deuteronomio 10:14)
Todo lo que hay en la Tierra, seres vivos, riquezas (oro, plata, petróleo, etcétera) son de Dios.
“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.” (Hageo 2:8)
El Señor dice “... La tierra mía es...” (Levítico 25:23)
“Mía es toda bestia del bosque, y los millares de a nimales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me pertenece... porque mío es el mundo y su plenitud.” (Salmo 50:10-12)
EL HOMBRE LE PERTENECE A DIOS
El hombre como ser creado también pertenece a Dios . Y nosotros los cristianos pertenecemos a Dios por dos veces, porque nos creó y porque nos co mpró.
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” (1ª de Corintios 6:19-20)
Nosotros, al igual que toda la creación, somos de Dios, no somos nuestros, pertenecemos a Aquél que nos creó y compró en la cruz con su preciosa sangre.
Nuestra historia es como la que le sucedió a aquel niño que con cariño se hizo un precioso barco de madera, con delicadeza lo pintó, decoró y embelleci ó; hasta que llegó el día en que en el río lo probaría, pero una vez estando allí una corriente se lo llevó y el niño lo perdió de vista; entristecido se marchó a su casa. Algún tiempo más tarde, pasando cerca de una tienda de jugetes , cual fue su sorpresa al ver que su barco, el que había fabricado, estaba allí en la tienda.
Entró rápidamente y lo cogió estrechándolo contra su pecho, pero su alegría no duró mucho, el propietario de la tienda le dijo que si lo quería tendría que pagar su precio, él le explicó que lo había perdido y que con sus propias manos lo había fabricado. De nada le sirvieron sus explicaciones, tendría que pagar el precio marcado.
El niño se afanó en ahorrar todo lo posible para obtener de nuevo su barco, trabajó en los recados, en la compra, en cortar el césped, etcétera; hasta que un buen día con el dinero en la mano se dirigió a la tienda y una vez pagado el precio, cogió a su barco, y muy apretado entre sus manos le hablaba mientras salía del negocio diciéndole: “Ahora eres dos veces mío, una porque yo te hice y dos porque yo te compré.”
Esto mismo hizo Jesús con nuestra vida, nosotros somos aquel barco hecho por Dios, y perdido en el pecado, Jesús pagó un gran precio por tu salvación, precio jamás pagado por nadie, ese precio fue la sangre preciosa de Jesucristo (Dios hecho Hombre).
Por tanto si Él nos hizo y Él nos compró, ya no somos nuestros, somos de Él, y todo lo que tenemos pertenece a nuestro dueño y Señor.
“... Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.” (1ª de Crónicas 29:14)
Todo lo nuestro es de Dios, vida, esposa, hijos, casa, bienes materiales, dinero, trabajo, etcétera. Nada nos pertenece, y si damos al Señor de lo que É l nos ha dado no le estamos haciendo ningún regalo, le damos lo que en derecho es suyo, y si Él nos demanda o pide algo de lo que tenemos, trabajo, casa, dinero, estudios, e incluso esposa o hijos, sólo toma de lo suyo. Nosotros debemos de tener la actitud de Job.
“Y dijo Job: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.” ()
Job perdió familia, bienes, salud, pero reconociend o de quién provenía todo aquello que perdió, glorificaba al Señor, él aprendió que no era más que un administrador de los bienes que Dios le permitió tener.
Nosotros hemos renunciado a todo por Él.
“Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.” (Lucas 14:33)
Y si no hemos renunciado a todo lo que poseemos, es que no somos realmente discípulos de Cristo.
Los apóstoles dejaron todo por seguir a Jesús.
“Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejad o nuestras posesiones y te hemos seguido. Y Jesús les dijo: ... nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más eneste tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.” (Lucas 18:28-30)
SOMOS ADMINISTRADORES DE DIOS
Ellos entendieron que somos administradores de Dios, mayordomos que cuidamos de los bienes del Señor que nos ha confiado para que los usemos bien.
En las parábolas de Jesús se ven muchos ejemplos sobre la mayordomía, uno es Mateo 25:14-30
“Porque el reino de los cielos es como un hombre qu e yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.” (Versículo 14)
Más tarde el Señor reprende al siervo negligente que no administró bien el dinero que se le había confiado.
“... Debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.” (Versículo 27)
Al final recibió el castigo de ser echado fuera a l as tinieblas, por no haber administrado y cuidado el dinero que se le había confiado, él lo había escondido, versículo 25.
Muchos de nosotros tenemos escondido el dinero que Dios nos ha dado en bancos, habiendo tantas necesidades que cubrir en nuestros hermanos.
“... ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa?... A quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.” (Lucas 12:42, 48)
Según lo que recibimos y como lo usamos, así seráal demanda de Dios.
“... Un hombre noble se fue a un país lejano... Y l lamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo.” (Lucas 19:12, 13)
“... Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes.” (Lucas 16:1)
Seamos pues fieles ante nuestro Señor, y sirvámoslehonradamente, no siendo un disipador de sus bienes, pues aquél que derrocha, tira, o malgasta el dinero que Dios le ha dado para administrar santamente, malgasta, tira o derrocha el dinero de Dios.
No sólo en el sentido material somos mayordomos de Dios, lo somos también en el ámbito familiar, por lo que debemos cuidar a nuestros hijos, educándolos, corrigiéndolos, amándolos y enseñándoles, hasta que éstos sean adultos; pues Dios nos pedirá cuentas de qué es lo que hemos hecho con los hijos que Dios nos dio para que en su nombre los cuidáramos. Del mal ejemplo, de las peleas matrimoniales delante de los hijos, de la falta de dedicación en sus problemas, de los pecados cometidos delante de ellos, tendremos que dar cuentas al dador.
Del mal ejemplo, de las peleas matrimoniales delante de los hijos, de la falta de dedicación en sus problemas, de los pecados cometidos delante de ellos, tendremos que dar cuentas al dador. Cuida pues a tu familia, es un regalo de Dios, cuida a tu esposa, el amor que Dios te dio por ella, avívalo y no lo apagues con malas actitudes y pensamientos, es un regalo de Dios para que tú la cuides. El coche, la casa..., que Dios te ha dado, de Dios es, tú eres la persona a la que se le ha dado el privilegio de cuidarlo, cuídalo como si fuera de Dios, regalo suyo es. Y así podíamos hablar de todo lo que Dios nos ha dado.
Cuida pues a tu familia, es un regalo de Dios, cuida a tu esposa, el amor que Dios te dio por ella, avívalo y no lo apagues con malas actitudes y pensamientos, es un regalo de Dios para que tú la cuides. El coche, la casa..., que Dios te ha dado, de Dios es, tú eres la persona a la que se le ha dado el privilegio de cuidarlo, cuídalo como si fuera de Dios, regalo suyo es. Y así podíamos hablar de todo lo que Dios nos ha dado.
pues a tu familia, es un regalo de Dios, cuida a tu esposa, el amor que Dios te dio por ella, avívalo y no lo apagues con malas actitudes y pensamientos, es un regalo de Dios para que tú la cuides. El coche, la casa..., que Dios te ha dado, de Dios es, tú eres la persona a la que se le ha dado el privilegio de cuidarlo, cuídalo como si fuera de Dios, regalo suyo es. Y así podíamos hablar de todo lo que Dios nos ha dado.
Sabemos que hablar del dinero es uno de los temas que menos le agradan al creyente, pero es necesario saber que el dinero que tú ganas es de tu Señor que te creó y compró, y que el amor al dinero y a las riquezas nos acarreará muchos problemas e incluso muchos se han perdido por amarlo
📷📷📷📷
LAS RIQUEZAS
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” (Mateo 6:24)
Es incompatible amar a Dios y a las riquezas, estas te llevarán a apartarte del buen camino.
“El engaño de las riquezas ahoga la palabra de Dios .” (Mateo 13:22)
Las riquezas son un engaño, el hombre piensa que teniendo dinero lo posee todo, pero éstas no pueden comprar la salvación.
“No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; mas la justicia librará de muerte.” (Proverbios 11:4)
En 1ª de Corintios 6:10 se nos dice que los avaros no entrarán en el reino de los cielos.
“¡Ay de vosotros, ricos! Porque ya tenéis vuestro consuelo.” (Lucas 6:24)
Todo lo que el rico tendrá será lo que aquí tuvo enlos años de vida que vivió, pero en la eternidad le espera la destrucción y la muerte; por cuanto no se acordó en su abundancia del hermano necesitado.
“Los que confían en sus bienes, y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan... ninguno podrá dar a Dios su rescate (porque la redención de su vi da es de gran precio, y no se logrará jamás)” (Salmos 49:6-8).
Marcos 10:23 nos habla de lo difícil que es que un rico se salve, más fácil es meter un camello por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de los cielos. El joven rico no siguió a Jesús porque amaba sus riquezas (Lucas 18:23).
Muchos son los textos que nos hablan de este tema, veamos algunos de ellos:
“El que confía en sus riquezas caerá.” (Proverbios 11:28)
“Guardaos de toda avaricia; porque la vida del homb re no consiste en la abundancia de los bienes que posee...” (Lucas 12:15-21)
“No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?...” (Proverbios 23:4-5)
“Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1ª Timoteo 6:9-10)
“No os hagáis tesoros en la tierra... haceos tesoros en el cielo... porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” (Mateo 6:19-21)
Todos sabemos que para el hombre de nuestra sociedad el dinero es lo más importante, para Dios no es así.
“... Porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.” (Lc.16:15)
Pongamos nuestra confianza en Dios y no en las riquezas.
EL DIEZMO
En la cuestión del diezmo hay varias posturas en la Iglesia actual; están los que piensan que esto pertenece a la Ley judía y por tanto, nosotros no estamos sujetos a tal ley (Gálatas 3:19), estos dan conforme proponen en su corazón, y otros piensan que tienen el diezmo como una obligación y así lo enseñan a sus miembros.
6
Aunque el tema es algo controvertido, quizás el estudio de los textos arroje más luz a nuestro entendimiento, y así estemos más acordes con la voluntad de Dios.
EL DIEZMO ANTES DE LA LEY
Primeramente debemos decir que el diezmo no era una práctica de la Ley, pues antes de que ésta existiera fue usada por los Patriarcas, cosa que Dios bendijo, pues era su voluntad.
Así vemos a Abraham dando el diezmo de todo al sacerdote Melquisedec (Génesis 14:18-20; Hebreos 7:2, 4, 9).
Jacob también aprendió a dar el diezmo de todo, “y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.” (Génesis 28:22).
Ya desde antiguo, el hombre de fe entendió que todo lo que tenía provenía de la mano bendita de
Dios y por tanto, de lo recibido por Él, daban una pequeña parte. Veámoslo de la siguiente manera:
Dios tiene 100 y te da 90 y te reclama sólo 10.
EL DIEZMO DURANTE LA LEY
En la Ley, el diezmo fue un mandamiento de Dios. Son muchísimos los textos que encontramos hablándonos de este tema en el Pentateuco (la Torah), como en el resto de los libros del Antiguo Testamento.
Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.
Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere, entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia. Y no desampararás al levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.
Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades.
Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán ciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren. (Deuteronomio 14:22-29)
De estos diezmos comían los levitas y sacerdotes (Números 18:1-32), así como sostenían todo lo concerniente al culto a Dios. Hasta los sacerdotes y levitas ofrendaban el diezmo de los diezmos recibidos, siendo este mandamiento para todo el pueblo.
Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los diezmos.
Y se os contará vuestra ofrenda como grano de la era, y como producto del lagar. Así ofreceréis también vosotros ofrenda a Jehová de todos vuestros diezmos que recibáis de los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda de Jehová al sacerdote Aarón. (Números 18:25-28)
7
Si alguno por alguna causa no diezmaba o se quedaba con algo del diezmo (“ rescataba algo del diezmo”) devolvían la quinta parte de lo no entregado. Si se había quedado con 10 devolvían 12, o sea el 20% más.
“Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello.” (Levítico 27:31)
Como en todas las cosas espirituales, los israelitas comenzaron a fallarle a Dios, hasta el punto de no diezmar u ofrendar lo estropeado e inservible a Dios. Por lo que Dios se sentía robado.
“Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová edlos ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa.” (Malaquías 3:7-10)
Muchos cristianos hoy en día se encontrarán en esta situación, están robando a Dios, porque sus ofrendas y diezmos son miserables, se olvidan a menudo de hacerlo o simplemente son nulas. Ojala que este estudio te ayude a poner en orden tu vida en este asunto.
EL DIEZMO EN EL NUEVO TESTAMENTO
Es cierto que ahora no estamos bajo la ley sino bajo la gracia.
“La ley y los profetas eran hasta Juan; desde enton ces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.” (Lucas 16:16)
Jesucristo menciona en diversas ocasiones la necesidad de diezmar y ofrendar. Aparecen varios casos mencionados en las Epístolas, uno de ellos en la carta a los Hebreos pero en ella se habla a los judíos que lo habían practicado siempre (Lucas 18:11, 12; Mateo 23:23; Hebreos 7:1-9).
¿Y los miembros de la iglesia tienen la obligación de diezmar? La Biblia es clara en esto, Jesús nos dijo:
“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.” (Mateo 5:20)
Si los escribas diezmaban (Lucas 18:11, 12 y Mateo 23:23), nosotros debemos de hacerlo también, ya que nuestra justicia (vida de piedad y entrega) debe de ser mayor que la de ellos.
Es así como lo practicaban los primeros hermanos; el que tenía propiedades, casa, tierras, bienes..., lo vendía y el precio de lo vendido lo daban a los pobres y necesitados (Hebreos 2:45; Hechos 4:34-37). Luego, la iglesia del Señor daba mucho más deldiezmo.
📷
“Pues doy testimonio de que con agrado han dado con forme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas.(2ª de Corintios 8:3)
Esto es más que el diezmo de lo que ganamos, esto se poner todo lo que tenemos en manos del verdadero dueño, en manos del Señor.
Jesús dijo: “El que tiene dos túnicas dé al que no tiene." (Lucas 3:11).
Luego podríamos decir en este texto que la ofrenda que Jesús propone no es la del 10%, sino la del 50%, o más.
Por tanto, podemos afirmar que el mínimo que deberíamos de ofrendar a Dios debería ser el diezmo de lo que ganamos (para que nuestra justicia sea mayor que la de los escribas y fariseos debíamos de dar más del 10%). Y esto no como ley u obligación, sino con concienciación y actitud dadivosa de corazón, para que con nuestro esfuerzo la obra del señor crezca y las necesidades de la Iglesia sean cubiertas. Deberíamos ponernos delante de Dios y junto a nuestra esposa ver como vamos a ofrendar y ser fieles a este compromiso.
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” (2ª de Corintios 9:7)
“El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.”(2ª de Corintios 9:6)
📷📷📷
y la promesa a de Dios es que segaremos áreas de nuestra vida.
8
Related Media
See more
Related Sermons
See more