Instrucciones sobre el matrimonio.

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Instrucciones sobre la sexualidad en el matrimonio, consejos a los solteros, y el divorcio.

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En cap. 5 y 6, el apóstol había tratado el tema de la inmoralidad, o sea la actividad sexual de cualquier tipo, fuera del entorno matrimonial. En el cap. 5 habló de la disciplina que la iglesia debía aplicar al inmoral no arrepentido; y en el cap. 6 acerca de la santidad del cuerpo, el templo del Espíritu Santo y de apartarse de aquellos que decían ser creyentes, pero insistían en vivir cometiendo algunos pecados específicos.
Es claro que los corintios habían escrito a Pablo, al parecer, para saber si debían practicar el celibato, como una manera de evitar el riesgo de caer en inmoralidad.
1 Corinthians 7:1 NBLA
En cuanto a las cosas de que me escribieron, bueno es para el hombre no tocar mujer.
Es probable que una carta haya sido enviada de parte de algunos creyentes por medio de miembros de la familia de Cloe, quienes también informaron a Pablo de las cosas que sucedían en la iglesia de Corinto (1 Cor 1:11).
“no tocar mujer”.
Cualquiera que lee esta frase puede deducir que se refiere a tener relaciones sexuales.
Pablo no está abogando por la práctica del celibato como la regla general, sino a las circunstancias de persecución que los cristianos sufrían.
Dios no creo el matrimonio para que vivieran en celibato. Al contrario, Dios dio una mujer a Adán como compañera social, emocional, y sexual. De lo contrario, ¿cómo podrían multiplicarse?
En los vers. 2-9, el apóstol les instruye sobre la sexualidad en el matrimonio.

Sexualidad en el matrimonio.

El matrimonio disminuye la tentación a inmoralidad.

1 Corinthians 7:2 (NBLA)
No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
Más adelante, a los solteros les dice que es mejor casarse que caer en imoralidad.
1 Corinthians 7:9 NBLA
Pero si carecen de dominio propio, cásense. Que mejor es casarse que quemarse.
La necesidad sexual es predominante en el hombre, más que en la mujer. Es una de las más fuertes necesidades del hombre.

El cónyuge debe llenar la necesidad sexual del otro.

1 Corinthians 7:3–4 NBLA
Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido. La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
El apóstol dice claramente que la responsabilidad es de ambos.
La palabra traducida como “deber” es la palabra griega “ὀφειλή” significa “algo que debe hacerse como un asunto de responsabilidad u obligación social”.
El Dicc. RAE dice que deber es “Estar obligado a algo por la ley divina, natural o positiva”.
El Dicc. DHA lo define como “estar obligado a algo por algún imperativo o demanda divina o moral, y aquello a lo que se está obligado”.
El cumplimiento de dicha responsabilidad es independiente de si te gusta, de si tienes interés en ello o no, si estás de humor o no.
El descuido del cumplimiento de la responsabilidad sexual de cada miembro de la pareja, es terreno fértil para las tentaciones de Satanás.

Debe ser una práctica regular.

Pablo les da una recomendación, no una orden: “esto digo por vía de concesión, no como una orden.”
La recomendación es que lo hagan con regularidad, no de vez en cuando.
1 Corinthians 7:5 (NBLA)
No se priven el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicarse a la oración. Vuelvan después a juntarse, a fin de que Satanás no los tiente por causa de falta de dominio propio.
El cese de la práctica no debe ser por largos períodos, sino al contrario “por cierto tiempo”. El diablo no descansa con sus tentaciones y casi siempre las enfoca en aquellas áreas donde el hombre tiene necesidad.
Tristemente, muchas parejas cometen el error de darle vuelta a la recomendación: dejan de juntarse por largos períodos de tiempo. No se dan cuenta que le están abriendo la puerta al enemigo.
“La falta de dominio propio” se refiere a la falta de poder para auto-controlarse (ἀκρασία).
Es importante observar dos cosas importantes: 1- Que el cese de actividad sexual matrimonial no es una decisión unilateral. Los dos deben estar de acuerdo en “el cese de fuego”; y 2- El objetivo del cese debe ser espiritual: para dedicarse a la oración.

Consejos a los solteros.

1 Corinthians 7:7 NBLA
Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, unos de una manera y otros de otra.
¿Cuál era el estado civil de Pablo? ¿Qué marcaría en una solicitud moderna de empleo?
¿Casado, soltero, viudo, separado?
Si era soltero, ¿Cómo podía hablar con tanta autoridad sobre asuntos matrimoniales? Sería como un sacerdote hablando sobre la relación con la mujer y los hijos. Una cosa es leer al respecto, otra es haberlo vivido.
¿Habrá sido casado? Bueno, hay que recordar que él era judío y había sido “fariseo de fariseos”. En la cultura judía, casarse no era una opción sino una obligación. Los únicos que estaban exemptos eran los impotentes o eunucos.
Eso nos deja solamente con dos opciones: viudo o separado. Es posible que, al convertirse al Cristianismo, la esposa lo hubiera abandonado. Los consejos que da más adelante parecerían confirmar que este pudiera haber sido el caso.
1 Corinthians 7:8–9 NBLA
A los solteros y a las viudas digo que es bueno para ellos si se quedan como yo. Pero si carecen de dominio propio, cásense. Que mejor es casarse que quemarse.
El verbo “πυρόομαι” significa “quemar” y “destruir con fuego” (me imagino que sabes lo que es un puro). Pero al decir “quemarse” no se está refiriendo a ir al infierno, sino a otro significado del verbo: “encenderse con pasión, ser excitado sexualmente”. Esto puede caber en la inmoralidad; por lo tanto, es mejor que se casen.

Divorcio.

El divorcio no es opción.

1 Corinthians 7:10–13 NBLA
A los casados instruyo, no yo, sino el Señor: que la mujer no debe dejar al marido. Pero si lo deja, quédese sin casar, o de lo contrario que se reconcilie con su marido, y que el marido no abandone a su mujer. Pero a los demás digo yo, no el Señor, que si un hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no abandone a su marido.
El divorcio no debería ser una opción para los creyentes. Tanto en el A.T. como en el N.T., vemos que Dios aborrece el divorcio:
Malachi 2:16 NBLA
»Porque Yo detesto el divorcio», dice el Señor, Dios de Israel, «y al que cubre de iniquidad su vestidura», dice el Señor de los ejércitos. «Presten atención, pues, a su espíritu y no sean desleales».
Matthew 19:4–9 NBLA
Jesús les respondió: «¿No han leído que Aquél que los creó, desde el principio los hizo varón y hembra, y dijo: “Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos seran una sola carne”? »Así que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe». Ellos Le dijeron*: «Entonces, ¿por qué mandó Moisés darle carta de divorcio y repudiarla?». Él les contestó*: «Por la dureza de su corazón Moisés les permitió a ustedes divorciarse de sus mujeres; pero no ha sido así desde el principio. »Pero Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio».

La santificación de cónyuge e hijos es el propósito de la unión.

1 Corinthians 7:14 NBLA
Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente. De otra manera sus hijos serían inmundos, pero ahora son santos.
¿A que se refiere al decir que son santificados? ¿Qué están bajo la sombrilla de protección del creyente? ¿Qué son automáticamente santos? o ¿Que el creyente es un canal de Dios para bendición al cónyuge no creyente?
La interpretación de este versículo se me hace difícil. Creo que la última opción es la más adecuada, pero no puede negar que la última parte del versículo, “pero ahora son santos” es desconcertante.

La separación es permitida.

Aunque ya ha hablado acerca de la prohibición de divorcio entre creyentes, ahora habla del matrimonio mixto (creyente con no-creyente). Entre ellos la separación es permitida cuando se origina en el no-creyente.
1 Corinthians 7:15 (NBLA)
Sin embargo, si el que no es creyente se separa, que se separe.
La autoridad de Pablo, como apóstol, se limita a los creyentes. A los incrédulos no puede imponerles u ordenarles que hacer.

El propósito de separarse es vivir en paz.

1 Corinthians 7:15 (NBLA)
En tales casos el hermano o la hermana no están obligados, sino que Dios nos ha llamado para vivir en paz.
El matrimonio debe ser un estado en el cual la paz de Dios reine; no un estado de pleitos y discordia. Pero, para que la paz reine, es necesario que ambos cónyuges tengan el Espíritu Santo, el Espíritu de paz.
Es imposible que haya una vida de paz entre una persona que quiere agradar a Dios y una que no conoce a Dios. Por esa razón, en su segunda carta, el apóstol les manda:
2 Corinthians 6:14–16 NBLA
No estén unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo? ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: «Habitaré en ellos, y andaré entre ellos; Y seré su Dios, y ellos serán Mi pueblo.

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